viernes, 11 de febrero de 2011

El valor del silencio



En una sociedad tan ruidosa como la nuestra cada vez más el silencio se muestra como un preciado bien a  conseguir.

La prisa, la eficacia, los agobios... llenan nuestras vidas de un malestar de fondo al que ponemos etiquetas: stress, ansiedad, agobio, depresión...

Los médicos de familia solemos escuchar todos los días las vivencias de nuestros pacientes, muchos sobrecargados y agobiados por tanto "ruido" en sus vidas.

Más de una vez recetamos silencio, tiempo de calidad en el que contactar con uno mismo. Tiempo de calidad en el que callar un poco los muchos ruidos que nos rodean. Para ello no hace falta nada más que querer. No es preciso pagar, no es preciso acudir a nadie, basta con dedicar un momento del dia, parar, callar y escuchar, escucharnos. Nadie nos podrá escuchar mejor que nosotros mismos, nadie nos podrá comprender mejor que nosotros mismos. No podemos exigir a los demás que nos escuchen o comprendan si no lo hacemos nosotros antes.

Hay que reivindicar una higiene del silencio. Igual que lavamos nuestro cuerpo todos los días,  necesitamos lavar nuestro ruido y cultivar pequeños espacios de silencio. Solo ahí podremos escuchar... y tal vez comprender.

2 comentarios:

Gerineldo dijo...

Cierto. Necesitamos silencio. Un rato para nosotros mismos. Para bajarse del tren de la vorágine.

ALEX dijo...

El silencio es la primera piedra del templo de la filosofía. Pitágoras