jueves, 5 de enero de 2012

¿Cómo te gustaría morir?



Hacer preguntas es una de las facultades que nos hace plenamente humanos. Pensar sobre la muerte también. Lamentablemente  hacemos poco lo primero y casi nada lo segundo. Lastima. Nos vienen bien ambas cosas para gozar de una vida plena. Y no digo que haya que estar todo el dia con ideas oscuras en la cabeza, tan solo constato que las sociedades que incorporan el hecho de morir en su cotidianidad suelen gozar más de la vida.

Hoy en occidente se muere mal. Y no precisamente por falta de medios. El problema es el exceso, una vez más. Los sistemas sanitarios gastan muchísimo dinero en la atención de las últimas semanas de vida. Pero ¿es necesario? ¿esto nos hace más felices?

Leo un estupendo artículo que ilustra cómo mueren los médicos que  me comparte mi amigo Sergio Minué
Es muy ilustrativo que los médicos prioricen morir sin dolor y rodeado de sus seres queridos antes que ser sometidos a complejos tratamientos y hospitalizaciones. Los médicos conocen los límites de la medicina, esa es la razón de que el consumo de fármacos y de pruebas diagnósticas para ellos y sus familias sea de los más bajos a nivel social.




¿Te has hecho alguna vez la pregunta?. ¿Se la has hecho a tus seres queridos?


El tema merece ser tenido en cuenta como para reflexionar cinco minutos  de vez en cuando. No todo va a ser hablar de fútbol o de la crisis.


Para poder hablar de la vida, hay que tener en cuenta la muerte.




Tell me you, Death:
What´s your eyes color?
I deeply breath


Díme tú, Muerte:
¿De qué color es tu mirar?
Respiro hondo





Canon In D by Pachebel on Grooveshark






Foto de Crhisty Lee Jones via Andres Schsuschny

2 comentarios:

Aitor GUITARTE VIDAURRE dijo...

Yo lo tengo claro, viejo y satisfecho. Y supongo que será porque estoy terminando la carrera y ya me arrimo a la profesión, pero lo de sin dolor y acompañado me parece requisito imprescindible para lo de "satisfecho"

Paloma Peña dijo...

Salvador, hace poco tiempo he tenido que tomar parte en una decisión de este tipo, y se hizo lo que quiso el enfermo: morir en su casa y tranquilo.
Cuando no hay tratamiento posible y sólo queda esperar a la muerte me parece una crueldad intentar alargar la vida con tratamientos que a la postre hacen sufrir al enfermo.
Yo prefiero vivir menos pero con calma y sin dolor.
Gracias por hacernos reflexionar. Un abrazo.