jueves, 10 de mayo de 2012

Portales de salud para pacientes. Presentación del portal Onmeda



Ayer estuve en la presentación del portal Onmeda para España. El proyecto original es alemán, donde ya llevan trabajando muchos años con éxito de la mano de  enfemenino.com. El equipo que lo impulsa lo coordina Jorge Segado con la misión de ofrecer información sobre salud y foros para pacientes y ciudadanos.

La presentación del proyecto contó con la participación de Pilar Farjas, Secretaria General del Ministerio de Sanidad y una mesa moderadad por  Manuel Campo Vidal, en la que departimos Enrique Rojas, Carlos Macaya, Francois Peinado y un servidor.

Manuel Campo Vidal hizo alarde de su profesionalidad periodística y moderó excelentemente una mesa que trató de responder a las preguntas que la alfabetización y divulgación en biomedicina a través de internet suscitan.

Como suele ocurrir en estos actos las conversaciones de pasillo fueron lo más potente.  Mantuve una con Marc Schmitz (Dank Marc für ihre aufgeschlossenheit), CEO del proyecto alemán, en la que me convencí de la importancia de aportar creatividad a la hora de conectar distintos ámbitos en la búsqueda de un bien común.

 La información sobre salud compete a profesionales sanitarios, periodistas, agencias, industria farmacéutica y otros muchos actores. Les puedo asegurar que todo el escenario se está transformando. Y lo hace rápido.




¿Qué retos ofrecen este tipo de portales?

A mi entender tres.

1. Transparencia. Es fundamental que quien los consulte sepa quién está detrás. Quién financia el proyecto.

2. Calidad de la información. No solo es necesario que sea información veraz, sino que quien la ofrezca tenga rigor para evitar caer en sensacionalismos, opiniones sin base científica o dirigismo hacia ciertos tratamientos.

3. Seguridad. El modo en que se trate la información por un lado y se moderen los foros por otros es importante para evitar intoxicaciones informativas y mensajes erróneos o sesgados.


¿Cómo conseguirlo? En primer lugar siendo riguroso y serio en los anteriores planteamientos. En segundo contando con algún tipo de asesoría externa imparcial que pueda detectar errores o vicios en los mensajes emitidos. El código HON no es suficiente. No es cuestión de poner puertas a internet ni regular más las cosas, sino de facilitar una retroalimentación por parte de los usuarios de estas herramientas y aportar una visión técnica externa que pueda evaluar las iniciativas.

Foto: Elena Escala

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