miércoles, 11 de diciembre de 2013

Adolescentes, salud y redes sociales






Los adolescentes necesitan comunicar, no pueden parar de hacerlo todo el tiempo. Para ello usarán todo lo que caiga en sus manos. Elegirán los canales, códigos y lenguajes que les permitan hackear sistemas, conocer gente, ligar, exponerse y correr los riesgos que ese periodo les ofrece. Tienen todo el mundo por delante y tiene claro que se lo quieren comer. No nos debe extrañar que las tecnologías de la información y la comunicación sean para ellos cotidianas y necesarias. Casi todos disponen de teléfonos móviles de una capacidad que hace una década era inimaginable. Aplicaciones que permiten mensajergía instantánea grautita, compartir fotos, vídeo, audio. Redes sociales que les abren al mundo de sus amigos y a su vez de millones de personas, organizaciones, proyectos. Nómadas que van cambiado de ubicación dejando atrás facebook y tuenti para dirigirse hacia los vídeos o twitter.
Hay basura y hay oro, malas influencias y sabios consagrados... la vida misma. Los adultos no sabemos muchas veces cómo guiarles en esa selva porque nosotros mismos apenas avanzamos a trompicones por ella. El reto es para todos, lo queramos o no es necesario aprender ese lenguaje y atrevernos a hablarlo. Un lenguaje que implica conjugar los verbos compartir, conectar, comunicar. Un lenguaje que se basa en la imagen y el vídeo. Un código de comunicación que nos implica ofrecer a los demás contenidos de comunicación que aporten valor, que den más inforación o conocimiento que ruido.

Lo que decimos para el mundo de internet se aplica a todo, estamos en una sociedad donde los libros de Belén Esteban y Risto Mejide son lo más vendidos, pero también en la que nos permite acceder a toda la literatura universal o a cualquier pinacoteca del mundo desde un ordenador.

En cuanto a la salud de los adolescentes los profesionales sanitarios tendremos que seguir aprendiendo sus códigos y lenguajes si queremos emitir mensajes que entiendan. No podemos dejarles abandonados a su suerte en el mar de internet.













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