viernes, 9 de octubre de 2015

Sobrediagnóstico: No todos los cánceres matan (pese a que los médicos suelan pensar lo contrario)









Se acaba de celebrar una interesante reunión internacional en Bethesda sobre el apasionante tema del Sobrediagnóstico. Confluyen factores sociales por un lado por los que la ciudadanía cada vez tiene menos tolerancia a la enfermedad y a la incertidumbre que esta siempre trae consigo. El ciudadano quiere resultados rápidos y anular todo aquello que huela a enfermedad. Por otro lado los médicos son profesionales con alta cualificación para diagnosticar y tratar. Después de seis años de carrera y cuatro de especialidad se puede decir que están sobrepreparados para desempeñar ambas funciones por lo que es muy común que concurran en sobrediagnósticos y sobre tratamientos.

En la imagen que acompaña este texto se puede apreciar la diferente velocidad de evolución de distintos tipos de cáncer. Faltaría representar otra línea que probablemente sea la más significativa, los cánceres autolimitados, aquellos que finalmente desaparecen por la intervención de nuestro sistema de vigilancia immunológica. Es fácil de entender que las intervenciones y procesos en un cáncer de desarrollo rápido sena diferentes a los lentos ó a los no progresivos. Lo que ocurre es que hay una fuerte tendencia a aplicar procedimientos agresivos en muchos más casos de los necesarios con los consiguientes problemas (serios) para los pacientes. Tanto las pruebas diagnósticas como los tratamientos tienen efectos indeseados y pueden condicionar complicaciones desagradables.







Todo el mundo parece alegrarse con la detección precoz. La gente por el supuesto sentido común (que aquí me temo que nos engaña), los especialistas porque más pruebas y más tratamiento suele traerles más beneficios, los hospitales privados porque viven de hacer más y muchos públicos por intereses de gestión, el gobierno porque tiene que hacer algo contra el cáncer, la industria sonríe tras la cortina y los medios de comunicación porque venden historias.

¿Cómo explicar que la detección precoz no siempre es conveniente?

Hace falta mucho para conseguirlo. Lo primero evidencia científica de calidad, lo segundo formas de comunicarla a la población. Los médicos precisan entender la evidencia y disponer de formas sencillas de explicarla usando imágenes, vídeo ó con analogías verbales sencillas.

Las organizaciones sanitarias y los gobiernos también pueden  ayudar a este respecto con material y campañas. Los medios de comunicación aplicando buen hacer profesional que visibilice más la información de calidad en lugar de las historias de famosos ó de casos de detección precoz con impacto emocional.

Por último, y más importante, los propios ciudadanos han de comprender que las buenas noticias son que no todos los cánceres matan y las malas que muchos médicos todavía creen lo contrario. Por ello es fundamental reflexionar antes de aceptar una prueba diagnóstica ó un tratamiento.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Dr. Casado, ¿no cree Vd. que la oncología es una disciplina muy, muy compleja, y no digamos ya la medicina y todo el ámbito sanitario, incluyendo a los agentes privados, las instituciones públicas, y la difícil conceptualización del diagnóstico del cáncer, su cura y prevención, para —con unas breves líneas como las que ha escrito más arriba— arrogarse una lectura tan sencilla del asunto, como la de que los médicos sobrediagnostican y la industria quiere ganar dinero con las intervenciones sobre los cánceres que padece la gente?

¿No cree Vd., asímismo, que para determinar la bondad de las pruebas de diagnóstico precoz y cuán efectivas son las intervenciones sanitarias en una población con determinadas características y enfermedades hacen falta muchísimas más sentencias y discriminaciones que la de la velocidad a la que crecen los cánceres, como serían por ejemplo su localización anatómica, el aparato o aparatos que se ven afectados o los marcadores moleculares que determinan la agresividad (además de la velocidad) de estos procesos cancerígenos?

¿No se ha planteado en ningún momento que para dotar de validez y utilidad a sus líneas deberían llevarse a cabo estudios en varias poblaciones y ver los índices de morbimortalidad en ellas y comprobar si efectivamente en aquellas en las que los médicos (sic) se equivocan sobrediagnosticando y sobretratando dichos índices son peores que en las que el lobby de la industria sanitaria no goza de tanta capacidad de acción como en la actual y en la que los médicos están (sic) mejor preparados y no se equivocan con el sobrediagnóstico?