martes, 11 de octubre de 2016

Mirar por la ventana interior

Lincoln 06-10-2012

Foto de  Karen Roe



Solemos mirar con frecuencia por la ventana para saber qué tiempo hace en la calle. Una costumbre que nos indicará si es necesario coger un paraguas o si es preciso abrigo o gabardina. Esa rápida mirada tiene mucho valor a la hora de elegir la indumentaria que usaremos ese día, todos sabemos lo que significa no salir de casa suficientemente preparados. Lo que no solemos hacer con tanta frecuencia es mirar por la ventana interior, asomarnos un instante para ver qué tiempo hace por dentro.

Basta un tiempo breve para hacerlo, lo ideal por la mañana tras levantarnos, antes de salir de casa.

Parar un momento y sentir cómo estamos por dentro: física, mental y emocionalmente. ¿Cómo notamos el cuerpo, hemos descansado bien, hay alguna tensión? ¿cómo están nuestros pensamientos, estamos rumiando algún asunto? ¿cómo van nuestros sentimientos, despejados, alguna nube en el horizonte, amenaza tormenta?

Tal vez tengamos la costumbre de meditar un rato matinal, otros quizá se detengan a observar su cuerpo bajo la ducha, alguno habrá que deje la mirada perdida mientras desayuna y trate de sentir la climatología interior de esa mañana.

Es buena costumbre mirar por la ventana varias veces. Durante el día disfrutaremos de la luz de ese momento y tal vez de las nubes, el cielo despejado o algún árbol. Puede que también por nuestra ventana interior sintamos tranquilidad, alegría, tal vez asombro en un momento dado aunque también pueden aparecer tensiones, pensamientos oscuros o sentimientos incómodos. En este caso es mejor estar avisados si amenaza lluvia, no vayamos a descargar algún rayo a quien menos lo merezca.

Bob Stahl denomina a esto Mindful check-in, yo prefiero la expresión mirar por la ventana.Y les puedo decir que se ven muchas cosas.


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