miércoles, 7 de junio de 2017

El exterminio de los Jedis sanitarios






El imperio galáctico terminó exterminando a todos los caballeros Jedi cuando se dio cuenta de que la ética de estos iba contra sus intereses. Este hecho que la saga de la Guerra de las Galaxias nos ha ido sirviendo en sucesivos largometrajes no es más que una repetición de una constante histórica: al final prevalecen las razones del más poderoso. 

En el Sistema Sanitario pasa lo mismo, también tenemos Jedis. Son caballeros que tratan de hacer su trabajo lo mejor posible defendiendo una consulta de enfermería o de medicina de familia por ejemplo. Son profesionales con experiencia y buena formación capaces de enfrentarse a situaciones muy complejas o de gran incertidumbre. De acompañar enfermedades graves, procesos de agonía, defunciones, duelos, catástrofes familiares, suma desesperanza. Lamentablemente se están quedando sin Fuerza y cada vez las promociones nuevas son menos numerosas.






Pero al Mercado no le interesan los Jedis. Más aún, le vienen mal por esa manía insistente de hablar claro y decir las cosas como son. Los Jedis sanitarios llevan años diciendo que la sanidad se está convirtiendo en un Mc Donalds, que no es posible atender a los pacientes como si fueran ganado en una urgencia hospitalaria o en una consulta de centro de salud. Que no está bien que un médico vea más de 35 pacientes al día, mucho menos si son 45 o 55. Que no podemos dedicar menos tiempo a una persona que un veterinario a sus pequeños pacientes.

En el Reino Unido tienen los mismos problemas que nosotros, también allí se están merendando a los Jedi con patatas. La globalización es lo que tiene, los problemas ya no tienen fronteras.





Lo que me planteo es hasta qué punto los Jedis se dejarán comer la merienda. Hasta qué punto lo hará la ciudadanía. Porque lo que está claro es que lo están haciendo. El menguante estado del bienestar ha devenido en low cost y sus servicios estrella, educación y sanidad, también.

Es verdad que la economía cada vez depende más de Bruselas, pero esto no debería evitar que pensemos un poco al respecto. Si nos quedamos sin buenos maestros y buenos profesionales de la salud habremos perdido algo importante. Se lo cuenta alguien que conoce lo frágiles que son los seres humanos sometidos a gran presión.







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