jueves, 31 de agosto de 2017

Confusión

 

¿Quién nos solucionará la confusión de vida? 
¿Quién el peso de esta levedad nuestra que nos pierde?
Buscas la respuesta en este libro, aquel curso o en nuevo maestro,
Te apuntas al enésimo taller, a una nueva teoría, a otra terapia,
Pero no consigues calmar esa Ausencia que lleva siglos quemando
El alma vieja de una humanidad errante que sigue tan perdida
En los mismos laberintos de sinrazón y olvido
Como cuando consumió el derecho de habitar en Edén.

No serán las pastillas quienes te liberen del agobio,
Tampoco el prestigioso especialista con sus técnicas.
Lo que persigues no se puede comprar, ni poseer, ni siquiera entender
Se dejará encontrar si lo desea pero poco podrás hacer
Más allá de buscar e intentar acercarte una y otra vez.

Fracasaron sabios, poetas y galenos, sacerdotes, filósofos, anacoretas,
No fueron capaces de contar lo incontable, de traducir aquello que alcanzaron a ver
Y el resto seguía ciego, a la intemperie, caravanas abandonadas de sí mismas,
Civilizaciones que se tragó el desierto, mundos totalmente olvidados.

Si sientes el clamor de la desesperanza, la llama de tensión
Que te obliga a buscar otra fuente
Recuerda que la Vida brota en manantiales escondidos 
Debajo de las capas de apariencia con las que te vestiste
Si eres capaz de entrar en el jardín, las mismas plantas te guiarán 
Hacia el lugar más fresco, allí la encontrarás
Y saciará tu sed, aclarará tu confusión, te hará entender.




lunes, 21 de agosto de 2017

La enfermedad como oportunidad




Cuando notamos cualquier síntoma o signo de enfermedad solemos desear que desaparezca lo antes posible. Casi de forma automática nos automedicamos o acudimos al servicio sanitario más accesible que tengamos. Exponemos nuestro problema y de forma implícita o explícita pedimos algún remedio rápido para solucionarlo cuanto antes.

En la mayoría de los casos la propia capacidad corporal conseguirá volver al equilibrio perdido en pocos días, aportando poco valor los medicamentos o remedios. Si el problema de salud tiene cierta gravedad sí será necesario ayudar con tratamientos y medidas externas.

Suelen ser más difíciles de sobrellevar los procesos de enfermedad largos o crónicos. En estos casos es habitual mantener una relación continuada con los profesionales sanitarios y seguir regímenes terapéuticos prolongados con mayor o menor eficacia. Es habitual enfrentarse a sentimientos de desesperanza, miedo, ira, cansancio, tristeza... también lo es sentirse solo, minusvalorado y discapacitado.

Llama la atención que en estas situaciones no deseadas no se ayude a la persona en tiempo de enfermar a adaptarse mejor al mismo. De hecho es excepcional preguntarle cómo lo está llevando o señalar y aconsejar algún aspecto de higiene psicológica o autocuidado personal. En mi experiencia he constatado que a mayor grado de resistencia frente a la enfermedad, mayor sufrimiento. Este aspecto tampoco se suele explorar durante la relación clínica, las enfermeras o los médicos no solemos interesarnos en cómo se lleva el paciente con su malestar pese a que sea evidente en el lenguaje verbal o no verbal del mismo.

Otro aspecto que también suele pasar desapercibido es el sentido que la  enfermedad, el dolor y el sufrimiento puedan tener para el paciente. Lo habitual es que no tenga ninguno, incluso que no se haya planteado esta cuestión. En mi opinión creo que podría aportar valor favorecer que la persona en tiempo de enfermar se formule sus propias preguntas sobre el qué, el por qué y el para qué de su proceso. Animar a que se atreva a contemplar la luz y la sombra de este tiempo y trate de encontrar los elementos que le indiquen cuáles son sus valores, deseos y necesidades. De todo ello podrá destilar un sentido vital que le ayude a avanzar hacia el horizonte elegido. De lo que no cabe duda es que la enfermedad suele simplificar las cosas y dejarnos claro la diferencia entre lo principal y lo accesorio.

Las enfermedades se tipifican y describen en nuestra sociedad según sus aspectos biológicos, psicológicos y sociales. Por esa razón el sistema sanitario no suele ofrecer cursos de acción que incluyan la dimensión existencial, ética y transcendente de la persona. Las oportunidades, enseñanzas, luces y sentido que pudiera contener la enfermedad se esconden precisamente ahí. Dado el enorme coste personal que tiene caer enfermos pareciera inteligente rescatar las potenciales pepitas de oro que pudiera esconder. Si no se buscan se perderán irremisiblemente y habremos dejado de aprender alguna valiosa lección. Y cuando no pasamos un examen, la vida es pertinaz.






miércoles, 16 de agosto de 2017

Medicina artificial




La automatización de procesos y la generación de algoritmos de inteligencia artificial permitirán crear módulos de comunicación médica personal accesibles en cualquier terminal móvil. Los programas recabarán nuestros datos biométricos, antecedentes sanitarios, características personales y los cruzaran con sus ingentes bases de datos dándonos respuesta a nuestras dudas de salud. Podrán diferenciar síntomas de enfermedad de señales corporales normales y en los casos dudosos ofrecer las mejores posibilidades de diagnóstico o consulta. Habrá módulos automatizados de segundo nivel capaces de solicitar pruebas diagnósticas elementales y prescribir tratamientos sencillos, cuando estos no puedan dar respuesta derivarán a un consultor humano por teleconsulta o presencial. Este consultor de primer nivel podrá a su vez derivar al paciente a niveles superiores de lo que será una organización hipercompleja. 

Las interacciones humanas se reducirán al máximo reservándose a manejo de casos complejos, graves o de pronóstico reservado. Los procesos comunes (el 90% de los casos) serán manejados por algoritmos y teleconsulta, dejando solo la interacción humana a los casos urgentes o que precisen tratamientos operativos como curas, vendajes o cirugía menor. 

Quien desee atención personal para cualquier cuestión tendrá que pagar una elevada cantidad.

El proceso de industrialización sanitaria seguirá su curso, incorporando robotización, automatización y mecanización de todos los flujos de acción posibles. Antes de acudir a cualquier consulta médica será preciso navegar por árboles de decisión que algoritmos cada vez más potentes irán desplegando de forma personalizada ante cada cuestión de salud que aparezca. 

Es cierto que todavía nadie ha sido capaz de pintar el cuadro completo de este escenario de futuro y que quedan importantes incógnitas por resolver. ¿Qué credibilidad tendrán las máquinas ante el agobio de sentirse enfermo? ¿Confiaremos en bots, robots y algoritmos tal y como lo hacemos en los profesionales sanitarios? ¿Seremos capaces de interactuar bien con la tecnología o se desencuadernará una epidemia de malestar y enfermedad ante cualquier señal corporal? ¿Seguirán aumentando el sobrediagnóstico y sobretratamiento que sufrimos actualmente?

Lo que sí sabemos es que el escenario actual se va a transformar rápidamente. Las enormes inversiones en investigación y desarrollo impulsarán cambios graduales que iremos ensayando en los próximos años. Los sistemas sanitarios son una de las estructuras sociales más complejas que existen, con organigramas de recursos humanos ingentes, altos niveles tecnológicos y gran gasto de recursos. Pese a su enorme inercia cambiarán, y nosotros lo veremos. 










jueves, 10 de agosto de 2017

Mapa de Enfermeras de Atención Primaria con presencia en Web Social #MapaEnfermeríaAP




Hace un año iniciábamos un pequeño proyecto que pretendía ayudar a la visibilización de enfermeras de Atención Primaria con presencia en Internet.

Este es el Mapa:

https://docs.google.com/document/d/1i5SWmvuRfn7PXs6_2SGfhYoRpJp5Dj0R4wyERoefv1M/edit?usp=sharing


Es tan solo un primer paso. Si estás interesada en mantenerlo o mejorarlo ponte en contacto conmigo o deja tu comentario.

jueves, 3 de agosto de 2017

La lista


Lista de 52 pacientes, 33 propios y 19 de otros compañeros, que atendí el lunes.




Los centros de salud españoles van justitos. Llevan así años, muchos años. Van tirando como pueden según las estaciones. En otoño y primavera va la cosa a tope, en invierno se saturan y en verano, con las vacaciones no suplidas del personal, también.

Hay días que un médico de familia tiene que pasar el equivalente de dos consultas a la vez, lo que hace desaparecer la dignidad del acto clínico. Como estoy a un lado de la mesa no soy objetivo, mi valoración como problema de gestión, seguridad del paciente, deontología y derechos ciudadanos es del todo parcial. Pero sé de qué hablo. Como lo saben miles de compañeros de profesión a lo largo y ancho del país.

Por muy bueno que uno pueda ser no es posible desplegar la misma eficiencia, resolubilidad y calidad atendiendo a 30 pacientes que a 60.

Esto ya me lo han oído alguna vez. ¿Soluciones? muchas:


  1. Mejorar la capacidad del médico (flexibilizando agendas y horarios por ejemplo).
  2. Mejorar la capacidad de los administrativos para citar de forma inteligente e idividualizada.
  3. Mejorar la consulta a demanda de enfermería y el cribaje de pacientes sin cita en los centros de salud.
  4. Mejorar la organización del servicio.
  5. Mejorar la gestión del servicio.
  6. Mejorar la financiación del servicio.
  7. Mejorar la usabilidad del servicio por el ciudadano. Cuándo ir, cómo ir, a dónde ir y por qué. 
  8. Mejorar la autonomía del ciudadano y su capacidad de autocuidados.





Podría enrollarme mucho más pero ya saben que me gusta la concisión. Dejo abierta la posibilidad de dar opciones en forma de comentario.







Vídeo del canal de Youtube 1 cada 8 horas