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lunes, 3 de julio de 2017

Salir a correr






Como todos tengo una larga lista de cuestiones pendientes, una agenda compleja y obligaciones que atender. Pese a ello trato de buscar un rato de vez en cuando para salir a correr o a pasear, hábito que me ayuda a contemplar y entender mejor el mundo y a mí mismo. Salir de casa ya es un triunfo dado el límite espacial que impone la arquitectura a la mente humana y el virtual con que las pantallas atan a nuestro malogrado espíritu. Estamos diseñados para la intemperie y es ahí donde más a gusto nos sentimos, aunque hoy haya grandes intereses para que el personal olvide algo tan evidente.

Al correr me alejo de las calles y zonas que más suelo frecuentar, tomo distancia. Me suelo encontrar con personas que pasean solas o con perros, ciclistas u otros corredores que gusto saludar sabiendo que ese sencillo gesto es suficiente para alegrar a los demás y a uno mismo. El corazón es el primero que sonríe cuando corro recordándome el movimiento de gozo de la cola de mi viejo cocker spaniel, hace ya muchos años, cuando intuía la cercanía de una salida. Hay que sacar a pasear el corazón, y de paso las emociones, asuntos y problemas. Desplegarlos al sol como en esos tendederos de verano donde colgamos la ropa de cama al viento permitiendo que al orearse adquiera ese olor a limpio que solo el astro rey sabe dar a las cosas. Lo habitual es que dejemos nuestros trapos húmedos encerrados en cajones interiores donde con el tiempo se enmohecen y apulgaran impregnándolo todo de un hedor insalubre. Esa peste interior termina corrompiéndonos el estado de ánimo y haciéndonos perder tanto el equilibrio como el sentido. Acabamos dando vueltas en la vida, como los caballos sin rumbo por la noche, perdidos de nosotros mismos.

Cuando recomiendo salir a pasear o a correr lo hago desde la certeza de saber lo que digo. No hace falta ser un médico con experiencia ni un experto en nada. Todos sabemos que para vivir bien es necesario hacerlo y que cuando lo escatimamos somos los primeros en sufrir las consecuencias de una privación importante. Leí hace años un libro del escritor japonés Murakami en el que contaba su experiencia con el atletismo y con la literatura, actividades ambas que ejerce hasta el extremo. Me gustó que pudiera llegar a encontrarse a sí mismo con cosas tan sencillas como correr o escribir. De alguna forma a todos nos pasa igual, nos terminamos reconociendo en cosas cotidianas. Y cuando nos atrevemos a desarrollarlas con virtud nos sorprende darnos cuenta de que somos capaces de hacer algo excelente. Yo no corro maratones ni escribo novelas, me basta con treinta a sesenta minutos de carrera y con una página o dos al día para compartir un pensamiento o una reflexión. Cada cual tiene su medida. Lo que sí puedo decir es lo liberador que es hacer lo que uno está llamado a hacer, lo que incluye usar nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestras emociones. El día que consiga transmitir correctamente esta sencilla idea a mis pacientes podré decir que al fin he aprendido a hacer algo medianamente bien.

jueves, 27 de febrero de 2014

El sedentarismo perjudica gravemente la salud


Cuadro de Vittore Carpaccio, fundación Thyssen, Madrid



En la vida todo acaba matando, incluso el no hacer nada. Todos sabemos que los extremos son malos. Estar picando 12 horas al día en una mina no tiene buena pinta. Pasarse la vida tirado en un sillón tampoco.

Nuestro cuerpo tiene un diseño dirigido a la actividad física. Estamos hechos para caminar y correr, no para anclarnos a una silla.

El mayor problema lo tienen las personas de más edad. Un reciente estudio aporta evidencias de que el sedentarismo es factor de riesgo para la discapacidad y la dependencia. 


De alguna forma esto ya lo sabemos todos. El reto vuelve a ser el mismo: atrevernos a movernos más.

  • Si va al supermercado, aparque en un lugar alejado a la entrada
  • Cuando se levante a por agua, camine por la casa o la oficina
  • Si puede, suba las escaleras a pie en lugar de elegir el ascensor
  • Haga los pequeños recados caminando y no coja el coche
  • Levantese cuando hable por teléfono o en las reuniones en la oficina
  • Planifique actividades de ocio compartido al aire libre: paseos, excursiones...
  • Cree rutinas para salir a pasear
  • Si se cita para conversar con alguien hágalo caminando


consejos vía @elmundoes


Sedentary Time in U.S. Older Adults Associated With Disability in Activities of Daily Living Independent of Physical Activity



Section: Original Research
Authors: Dorothy Dunlop1, Jing Song1, Emily Arnston2, Pamela Semanik3, Jungwha Lee4, Rowland Chang4, and Jennifer M. Hootman5
Affiliations: 1Center for Healthcare Studies, Northwestern University, Chicago, IL. 2Department of Health Policy and Management, Harvard University, Boston, MA. 3Department of Physical Medicine and Rehabilitation, Northwestern University Feinberg School of Medicine, Chicago, IL. 4Department of Preventive Medicine, Northwestern University Feinberg School of Medicine, Chicago, IL. 5Arthritis Department Centers for Disease Control and Prevention, Atlanta, GA.
Acceptance Date: November 12, 2013
DOI: http://dx.doi.org/10.1123/jpah.2013-0311
ABSTRACT
Background:
The harmful relationship of sedentary behavior to health may reflect an exchange of sedentary activity for moderate-vigorous activity or sedentary behavior may be a separate risk factor.   We examined whether time spent in sedentary behavior is related to disability in activities of daily living (ADL), independent of time spent in moderate-vigorous activity in older adults. Methods:  The nationally representative 2003-2005 National Health and Nutrition Examinations Surveys (NHANES) included 2286 adults aged 60 years and older with accelerometer-assessed physical activity. The association between ADL task disability and the daily percentage of sedentary time was evaluated by multiple logistic regression. Results:  This sample spent almost 9 hours/day being sedentary during waking hours and 3.6% reported ADL disability. The odds of ADL disability were 46% greater (odds ratio 1.46, 95% confidence interval: 1.07, 1.98) for each daily hour spent in sedentary behavior, adjusted for moderate-vigorous activity, socioeconomic, and health factors. Conclusion: These U.S. national data show a strong relationship between greater time spent in sedentary behavior and the presence of ADL disability, independent of time spent in moderate or vigorous activity. These findings support programs encouraging older adults to decrease sedentary behavior regardless of their engagement in moderate or vigorous activity.
Key words: accelerometer, aging, sedentary behavior, activities of daily life

Fuente:  http://journals.humankinetics.com/jpah-in-press/jpah-in-press/sedentary-time-in-us-older-adults-associated-with-disability-in-activities-of-daily-living-independent-of-physical-activity

jueves, 3 de octubre de 2013

La importancia del ejercicio para reducir muertes de corazón



Comparative effectiveness of exercise and drug interventions on mortality outcomes: metaepidemiological study

BMJ 2013; 347 doi: http://dx.doi.org/10.1136/bmj.f5577 (Published 1 October 2013)
Cite this as: BMJ 2013;347:f5577

Abstract

Objective To determine the comparative effectiveness of exercise versus drug interventions on mortality outcomes.
Design Metaepidemiological study.
Eligibility criteria Meta-analyses of randomised controlled trials with mortality outcomes comparing the effectiveness of exercise and drug interventions with each other or with control (placebo or usual care).
Data sources Medline and Cochrane Database of Systematic Reviews, May 2013.
Main outcome measure Mortality.
Data synthesis We combined study level death outcomes from exercise and drug trials using random effects network meta-analysis.
Results We included 16 (four exercise and 12 drug) meta-analyses. Incorporating an additional three recent exercise trials, our review collectively included 305 randomised controlled trials with 339 274 participants. Across all four conditions with evidence on the effectiveness of exercise on mortality outcomes (secondary prevention of coronary heart disease, rehabilitation of stroke, treatment of heart failure, prevention of diabetes), 14 716 participants were randomised to physical activity interventions in 57 trials. No statistically detectable differences were evident between exercise and drug interventions in the secondary prevention of coronary heart disease and prediabetes. Physical activity interventions were more effective than drug treatment among patients with stroke (odds ratios, exercise v anticoagulants 0.09, 95% credible intervals 0.01 to 0.70 and exercise v antiplatelets 0.10, 0.01 to 0.62). Diuretics were more effective than exercise in heart failure (exercise v diuretics 4.11, 1.17 to 24.76). Inconsistency between direct and indirect comparisons was not significant.
Conclusions Although limited in quantity, existing randomised trial evidence on exercise interventions suggests that exercise and many drug interventions are often potentially similar in terms of their mortality benefits in the secondary prevention of coronary heart disease, rehabilitation after stroke, treatment of heart failure, and prevention of diabetes.



vía Carlos F. Oropesa