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jueves, 15 de septiembre de 2022

Dieciséis vueltas al mundo. Sixteen times around the world. 绕行世界16次




Mientras su madre leía un libro del espacio a nuestra hija en la cocina oigo desde el salón que hablan del tamaño terrestre, me preguntan si conozco el diámetro, respondo que se lo pregunten a Siri. El asistente les da el dato y tras un breve cálculo mental oigo "pues con los dos últimos coches he dado la vuelta al mundo dieciséis veces". Mi mujer es médica de familia, para ir a trabajar conduce 112 km al día, 560 a la semana, 2240 al mes, 24640 al año. Muchos años de suplencias en pueblos remotos, refuerzos lejanos, interinidades a distancia y plaza fija a más de 56 km de casa. Pienso que no voy muy a la zaga, podría poner sobre la mesa otras tantas vueltas y ya hablaríamos de 32 sin contar las que por viajes de ocio acumulamos. 

Si hiciéramos el cálculo de pacientes atendidos también saldría una cifra loca, toda vez que un generalista en España tiene presiones asistenciales y cargas de trabajo superiores a los países que nos rodean. 

Pero, más allá de los números me pregunto ¿servirá esto para algo? y viendo cómo las instituciones parecen derretirse y el malestar social aumentar no puedo evitar sentir escalofríos. 

Nos acercamos a un momento en el que tendremos que dejar de girar como locos y volver a caminar. Un momento en que quizá no será fácil encontrar médicos de familia. No adelantemos el futuro, hoy me conformo con mirar a la luna y parar un momento. 





Sixteen times around the world



While her mother was reading a space book to our daughter in the kitchen, I heard from the living room that they were talking about the size of the Earth, they asked me if I knew the diameter, and I told them to ask Siri. The assistant gives them the information and after a brief mental calculation I hear "well, I've been around the world sixteen times with the last two cars". My wife is a family doctor, she drives 112 km a day, 560 km a week, 2240 km a month, 24640 km a year to get to work. Many years of clinics in remote villages, distant reinforcements, long-distance internships and a permanent post more than 56 km from home. I think I am not far behind, I could put as many rounds on the table and we would already be talking about 32 without counting those that we accumulate for leisure trips. 

If we were to calculate the number of patients attended to, we would also come up with a crazy figure, given that a general practitioner in Spain has greater care pressures and workloads than in the countries around us. 

But, beyond the numbers, I ask myself, will this be of any use? And seeing how institutions seem to be melting down and social unrest increasing, I can't help but shiver. 

We are approaching a time when we will have to stop spinning like crazy and start walking again. A time when it may not be easy to find family doctors. Let's not look ahead to the future, today I'm content to look at the moon and stop for a moment. 





绕行世界16次


自动翻译,原谅错误。


当她的母亲在厨房里给我们的女儿读一本太空书时,我从客厅里听到他们在谈论地球的大小,他们问我是否知道直径,我告诉他们可以问Siri。助理给了他们信息,在简短的心理计算后,我听到 "好吧,我已经用最后两辆车绕地球十六圈了"。我的妻子是一名家庭医生,她每天开车112公里,每周560公里,每月2240公里,每年24640公里来上班。多年来,在偏远的村庄代课,远距离增援,长距离实习,以及离家56公里以上的长期岗位。我想我也差不了多少,我可以把同样多的轮子放在桌子上,我们已经在谈论32个了,还没有算上我们为休闲旅行积累的那些。

如果我们要计算接受治疗的病人数量,我们也会得出一个疯狂的数字,因为在西班牙,一个普通医生的护理压力和工作量比我们周围的国家更大。

但是,在数字之外,我问自己,这有什么用吗? 看到机构似乎正在融化,社会动荡加剧,我不禁打了个寒颤。

我们正在接近一个时刻,我们将不得不停止疯狂地旋转,重新开始行走。一个可能不容易找到家庭医生的时代。我们不要展望未来,今天我满足于看一看月亮,停一停。



sábado, 13 de septiembre de 2014

Relato: El clero sanitario

Foto: Wikipedia




Cuando se pasea bajo las enormes proporciones de un templo egipcio uno se da perfecta cuenta del significado de la palabra poder. Un poder que cada tradición ha convertido en piedra en forma de bellas catedrales, murallas, pirámides, templos o castillos. Las religiones siempre han concentrado mucho poder, al proporcionar ideas y memes de enorme valor para explicar la vida y la muerte, el mundo y su sentido. En la sociedad globalizada actual asistimos a una nueva polarización, por un lado grupos que caminan hacia un mayor integrismo religioso y por otro otros que lo hacen en sentido contrario. Es en estas sociedades laicas donde observamos que el vacío dejado por las instituciones religiosas se está ocupando por otras, que de este modo proporcionan respuestas y explicaciones a los ciudadanos que a ellas acuden. La ciencia por un lado y una de sus hijas, la medicina, por otro se están convirtiendo en una pseudoreligión laica con un credo que sublima la eterna salud y un clero de profesionales con sus hábitos y ritos, con sus templos llenos de ídolos tecnológicos donde se pesan la vida y la muerte de los que comulgan con los impuestos del estado o sus seguros médicos.
El clero sanitario promete salud y vida a los que siguen unos hábitos saludables. Al no imponer una rígida moral hacen que esta religión sea llevadera cuando se está sano pero la cosa cambia al enfermar apareciendo entonces las prohibiciones y las severas penitencias. Dentro de su rígida jerarquía encontramos un bajo clero en barrios y pueblos, cerca de la gente, que procura servicio y consuelo de una forma cercana y asequible. Dada su sobrecarga delegan en los grandes templos sanitarios, las verdaderas catedrales de nuestro siglo, donde el alto clero se ocupa de operar o manejar los tratamientos y tecnologías más avanzados. Hay jefes de servicio con mas poder que muchos alcaldes y gerentes de hospital más relevantes que muchos altos cargos del estado, manejan enormes presupuestos sostenidos por el miedo a la enfermedad y la muerte de toda ciudadanía. Curiosamente la cúpula de todo este sistema se encuentra en el ministerio de hacienda, dado que toda la pirámide se basa en el dinero. Desde allí toman las decisiones con estrictos criterios de rentabilidad política en lugar de en otros de salud pública o bien común. Se precisa obtener votos en las siguientes elecciones, si para ello hay que construir otro templo-hospital, aunque no haga falta, o invertir recursos en unidades o procesos hospitalarios de utilidad remota pero sabrosos para la opinión pública adelante. 

Vivimos tiempos paradójicos, ilustres ciudadanos críticos y agnósticos peregrinan a distintos templos sanitarios buscando la absolución a sus enfermedades y problemas. Tiempos en los que se tolera mal la merma en la salud y en los que nos olvidamos del sentido que pudiera tener la enfermedad y la muerte. Es verdad que el imperio egipcio pasó hace mucho a la historia pero me temo que sigue siendo cierta la máxima de Lampedusa, todo suele cambiar para seguir igual.