lunes, 4 de abril de 2011

Lo peor del cancer de mama es: el miedo


"por cada 2000 mujeres invitadas a hacerse mamografías anuales durante 10 años  se evitará una muerte por cáncer de mama, pero diez mujeres sanas serán sobre diagnosticadas, lo que resultará en seis tumorectomías y cuatro mastectomías innecesarias, además de que 200 de las 2000  sufrirán daños psicológicos significativos, secundarios a las pruebas de confirmación por anomalías  detectadas en la mamografía" (Revisión Cochran)

Sergio Minué escribe un impecable post en su blog El Gerente demediado sobre el efecto Betty Ford en el cancer de mama. Está dirigido a médicos pero recomiendo su lectura a pacientes.


En esta línea, una de mis pacientes, en tratamiento quimioterápico, me hacía hoy unas interesantísimas reflexiones sobre el cancer de mama, que reproduzco aquí con su permiso.

"Esto es más psicológico que físico"
"Por la angustia, el miedo, el stress que se pasa".
"Esto no duele. Te operan y en un mes ya estaba trabajando, el dolor no es problema".
"Lo emocional es muy malo". 
"Si alguien me dice que tiene algo en el pecho, yo le recomiendo que se lo quiten, que no esperen".


De sus palabras comprendo que los factores psicológicos son IMPORTANTÍSIMOS, y no siempre son bien atendidos. Y  su consejo a ser intervencionista, puedo entenderlo perféctamente, pero sabiendo que desgraciadamente ser intervencionista hace más daño que no serlo. Como dice la evidencia científica, el ser más intervencionista no evita muertes.

En cualquier caso es importante reconocer que las cosas se ven de forma distinta de un lado al otro de la mesa. Y hay que tratar de ponerse al otro lado de la mesa.


¿Qué pesa más el miedo/dolor de una paciente o los de una población entera?
¿Cómo tomar las mejores decisiones con el paciente?


Complejas preguntas que no puedo responder aquí. Tan solo ofrecer mi voluntad de acompañar a mis pacientes lo mejor posible y hablar y explicar las mejores opciones que existan en cada situación.



foto de  mimitalks, married w/children

sábado, 2 de abril de 2011

El embarazo NO es una enfermedad

Trato de dar este mensaje a todas las mujeres embarazadas de mi cupo de pacientes. Parece una afirmación de perogrullo, sin embargo en nuestra sociedad el embarazo se ha medicalizado y se ha convertido en una enfermedad más. La mujer embarazada recibe medicinas, pruebas diagnósticas, visitas múltiples al centro de salud y al hospital... y finalmente el parto, hospitalario, con goteos, más pruebas, más intervenciones...


Hace falta recuperar el sentido común. Nos ayuda hoy el doctor Juan Gérvas con una entrevista en el programa Hágase la luz de radio Euskadi y un texto del a revista Acta Sanitaria.

Entrevista: Desde el minuto 20 al 43.



EL MIRADOR (DE JUAN GÉRVAS): PARIR EN PAZ       
       

Juan Gérvas      Madrid 01/06/2009

La medicalización del parto normal es objeto de la visión de nuestro colaborador que, entre otros aspectos, critica el aumento del número de cesáreas como consecuencia de las hospitalizaciones para tal cometido. 

Son cordados los animales que desarrollan en el embrión una cuerda dorsal (notocorda) que puede persistir toda la vida o ser substituida por la columna vertebral. La notocorda es dorsal al tubo neural. El tubo neural da origen a la médula espinal y al encéfalo, protegidos por la columna vertebral y el cráneo. Los cordados tienen reproducción sexual, tres capas embrionarias y simetría bilateral. Primero aparecieron los peces, después los anfibios, los reptiles y las aves y finalmente los mamíferos. Los mamíferos incluyen a los monotremas, que ponen huevos (el ornitorrinco, por ejemplo), pero en general tienen útero, en el que crece la cría en su primer periodo, hasta el parto. Entre los mamíferos sólo los primates andan de pie, y sólo el hombre lo hace permanentemente. Sólo el hombre nace tan poco desarrollado como para necesitar un año hasta 'saber' andar. En realidad no se 'aprende' a andar, sino que madura el sistema nervioso central, se mielinizan los axones de las vías correspondientes, y se hace posible la marcha bípeda. Incluso inmaduro, el sistema nervioso central es proporcionalmente enorme en el humano, lo que conlleva una 'monstruosa' cabeza al nacer.

Parir con dolor


La hembra de la especie humana pare con dolor. En cierta forma es lógico, pues es uno de los precios a pagar por tener manos. Es decir, por desplazarnos andando, por ser bípedos. Al andar sobre las dos extremidades posteriores libramos a las anteriores de la servidumbre de la marcha y se transforman sus extremos en manos que devienen manipuladoras. Ello es muy ventajoso, pero tiene el grave inconveniente de forzar la columna vertebral. La columna se 'dobla' y se levanta sobre la cintura pélvica. Si anduviéramos sobre cuatro patas, como otros mamíferos, la columna desde el sacro al atlas seguiría una línea más o menos recta y más o menos paralela a la tierra, a los puntos de apoyo de las cuatro extremidades. La posición erguida implica un enorme promontorio sacro, y con ello el estrechamiento del canal del parto. Es decir, el estrechamiento del eje anteroposterior pélvico. Además, el enorme tamaño de la cabeza del feto humano contribuye a aumentar esa estrechez relativa, y a dificultar el parto. Por todo ello el parto se convierte en la especie humana en más dificultoso. Naturalmente, llevamos unos dos millones de años en la Tierra, y la evolución en estos millones de años ha logrado seleccionar a hembras que paren sin mayor problema. De hecho, en algunas culturas el parto es siempre sin dolor, pero ya conocemos la condena bíblica occidental al parto con dolor.

Ayudar a parir

Sostiene Andreu Segura que el primer médico fue mujer, comadrona que ayudaba a otras mujeres a parir. Contra este origen se puede esgrimir el del chamán como varón que aprendió a vivir sin tener que cazar ni recolectar, fundando en su capacidad de apoyo ante la angustia del vivir, ante el dolor y ante la muerte. En todo caso, lo cierto es que todavía en el siglo XXI los partos normales tienen mejor resultado si los atiende una comadrona que si los atiende un médico general/de familia, y mejor todavía que si los atiende un tocólogo/ginecó logo. Mejor resultado se refiere a mejores resultados en salud de la madre y del hijo. La intervención de los tocólogos/ginecó logos en los partos normales conlleva peor resultado en salud. A los tocólogos/ginecó logos, como a todos los especialistas, hay que reservarlos para un segundo nivel, para un trabajo concatenado que les vuelve útiles. En el parto normal el tocólogo/ginecó logo es perjudicial; su labor clave es la de atender a los partos patológicos.

Medicalización del parto

El hospital no es lugar para partos normales, aunque ésta sea la 'patología' más frecuente de hospitalizació n en el mundo desarrollado. Ello sólo demuestra la medicalizació n de la vida y de la muerte. El hospital debería reservarse para los partos patológicos. Ante un anuncio de colchones, con un parto en casa, el presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia ha escrito sobre el parto como situación potencialmente mortal que exige hospitalizació n. Pero el parto no es más mortal en los países desarrollados que la simple gripe. ¿Ingresaremos a todos los pacientes con gripe por ser algo potencialmente mortal (unas tres mil muertes al año)?.

En Australia, en Canadá y en EEUU, países desarrollados donde los haya, sigue habiendo embarazos y partos atendidos exclusivamente por matronas y médicos generales. En Holanda, el 30% de los partos lo son a domicilio y atendidos exclusivamente por matronas. El parto a domicilio es una opción sana y lleva a un parto natural. La hospitalizació n innecesaria lleva a tasas de cesárea brutales (hasta el 50% en el Hospital de Puertollano) y a todo un estilo de parto medicalizado, y partos con pautas acientíficas tipo episiotomías en el 90% (con más desgarros y minusvalías varias por lesiones del suelo pélvico), rasurados púbicos y enemas innecesarios. Las cesáreas y la anestesia son las causas principales de mortalidad materna en los países desarrollados.

Es penoso amenazar con la muerte para forzar hospitalizaciones innecesarias. Parir no es morir sino dar vida, tener plenitud como mujer, y el propio domicilio es el mejor lugar para tener un parto normal atendido con dignidad.

Juan Gérvas. - Médico General Rural y promotor del Equipo CESCA

viernes, 1 de abril de 2011

Innovación desde abajo

Las cosas en una organización se pueden hacer desde abajo o desde arriba. Podemos buscar escusas (no hay tiempo, estamos sobrecargados...) o no buscarlas. Yo de momento trato de hacer lo posible para atender lo mejor que sé a mis 2200 pacientes y a todos los que sigan viniendo, y aportar algún apunte de innovación.


Camilo Erazo hace un comenario del evento de innovación y salud que auspició Ideagoras el otoño pasado:


"En un ambiente profesional, pero amigable, pudimos escuchar las experiencias de dos médicos españoles pioneros en el uso de tecnologías sociales. Si el lector es un seguidor serio de la blogósfera sanitaria en español, reconocerá de inmediato los nombres de Julio Mayol y Fernando Casado, quienes desde distintas perspectivas (la cirugía en un centro hospitalario de alta complejidad, el primero, y la medicina familiar en “la trinchera” de la atención primaria, el segundo), han incorporado el uso de Twitter, Facebook y los blogs como herramienta habitual en su práctica clínica.

Miguel Ángel Mañez (@manyez), conduce la discusión generada luego 
de las ponencias de @juliomayol y @drcasado
Miguel Ángel Mañez (@), conduce la discusión generada luego de las ponencias de @ y @


Lo notable de estos colegas es que no esperaron una orden de más arriba para dar el salto a las redes sociales. No se subieron a la red por un dictamen político o un manual de buenas prácticas, si no que se atrevieron a escribir y ponerle el cuerpo al escrutinio público a partir de la firme convicción de que era imprescindible utilizar las herramientas disponibles para comunicarse mejor con sus pacientes. Ellos, junto a otros como Salvador Casado, Rafael Cofiño, Rafael Bravo, están demostrando que se puede hacer innovación en el uso de redes sociales en salud:

1. En la práctica clínica habitual (no como una actividad “extra”)
2. Desde el sistema público (y adelantándose en muchos casos a iniciativas privadas)
3. ¡En Español!"


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