sábado, 31 de agosto de 2013

Relatos de verano: tipos de dolor

Foto: >Intolerance<'
http://www.flickr.com/photos/44139591@N00/810900501


Hay muchos tipos de dolor, los conozco casi todos. He atendido cientos de miles de pacientes, cientos de miles de dolores. Conozco sus colores, sus texturas, sus sonidos, ausencias, negruras y profundidades. He nadado sus aguas, naufragado mil veces, he sido revolcado por las olas, he penado la angustia del tifón.

Al final el dolor siempre es el mismo, una desazón sorda, profunda, una levedad negra que cambia de vestido según sus intereses pero mantiene con constancia el mismo olor, acre y espantoso. El dolor nos congrega en un magma profundo allá por eso que algunos llaman el inconsciente colectivo, recordando que nadie sufre solo, aquí sufrimos todos aunque no lo notamos. Debe de ser así, si fuéramos conscientes arderíamos al instante, pero ese dolor ajeno nos persigue, como una sombra lánguida, siempre presente, callada, prudente, pertinaz, pegada a la vida con una sorprendente obstinación.

Cuando contempló una pintura, escucho sinfonías o leo un texto excelso siempre me doy cuenta de esa sombra. Todos los autores la sentían, sus obras son meros intentos de exorcizar ese puñal antiguo que nos perfora el alma. Estas mismas palabras que ahora lees están también escritas con cenizas. Puedes respirar hondo, hoy no te toca a ti.


Arten von Schmerzen

Es gibt viele Arten von Schmerzen, ich weiß fast jeder. Ich habe Hunderte von Tausenden von Patienten, Hunderttausende von Sorgen besucht. Ich kenne ihre Farben, Texturen, Sounds, Abwesenheiten, Schwärze und Tiefen. Ich schwamm seine Gewässer, zerstört tausendmal, ich habe von den Wellen gerollt worden, habe ich die Qual der Taifun bestraft.

Am Ende der Schmerz ist immer das gleiche, ein Unbehagen taub, tief, eine Leichtigkeit schwarzen Kleid, die je nach ihren Interessen, aber standhaft gehalten den gleichen Geruch, scharf und erschreckend verändert. Schmerz bringt uns einen tiefen Magma zurück in das, was manche nennen das kollektive Unbewusste, daran erinnern, dass niemand allein leidet, wir alle leiden, wenn nicht bemerkt. Es muß so sein, wenn wir in Kenntnis arderíamos waren sofort, aber der Schmerz der anderen hinter uns, ein Schatten träge, immer präsent, ruhig, klug, beharrlich, beigefügte zum Leben mit überraschender Hartnäckigkeit.

Wenn betrachtete ein Gemälde, zu hören oder einen Text lesen Symphonien sublime merke ich immer wieder, dass die Schatten. Alle Autoren fühlte, seine Werke sind nur Versuche, bannen die alte Dolch durchbohrt die Seele uns. Dieselben Worte jetzt lesen werden auch mit Asche geschrieben. Sie nehmen einen tiefen Atemzug, weiß jetzt nicht drehen.

(automatische Übersetzung)



Lamento d'Arianna by Claudio Monteverdi on Grooveshark

 

viernes, 30 de agosto de 2013

Tiempos líquidos, sanidad líquida






De pequeño me enseñaron que los bienes se dividían en muebles e inmuebles, los primeros eran susceptibles de moverse, cambiar de sitio, los segundos no. Esta semana vi una casa volando, si leen bien, una casa, con sus paredes, su techo, su suelo, incluso con sus muebles dentro. Un amigo hacía mudanza y se llevaba la casa puesta, una casa modular diseñada por el estudio Modulab que fabrica edificios con categoría energética A a precios increíbles. Al ver la vivienda suspendida de la grúa no pude evitar pensar en nuestra maltrecha sociedad, cada vez más líquida y por lo tanto más vulnerable como consecuencia de que muchos derechos se estén escapando por los sumideros sin que haya nada que los retenga. Este fenómeno no es privativo de nuestro país, de alguna manera desde hace años los problemas son globales, cada vez más.
También me enseñaron de pequeño que la sanidad era una cosa sólida, basada en pesados hospitales, en estructuras enormes y complejas. Cuando veo cómo se ceden estos hospitales al capital riesgo, cómo se precarizan los servicios de atención primaria, se cierran urgencias o se deniegan medicamentos o ambulancias, veo una sanidad líquida que se vacía lentamente por el sumidero del interés privado con ánimo de lucro, ese incesante remolino que engulle todo lo que toca con voracidad insaciable. Se supone que los gestores y políticos deberían proteger este bien, deberían cuidarlo en lugar de destruirlo, pero resulta que no tienen criterio, lo debieron perder por el camino.
Mi amigo Fran podrá seguir viviendo cómodamente en su casa en unos días, en cuanto vuelvan a unir los módulos, su sistema es seguro y está bien diseñado. Los pacientes de los hospitales vendidos también seguirán siendo atendidos, pero en este caso poco a poco irán viendo como la asistencia no será igual, no podrá serlo.Será todo más líquido, más liviano, para al final terminar vacío de contenido como una pecera sin agua, entonces empezarán los lamentos.


jueves, 29 de agosto de 2013

¿Quién gana desfuncionarizando a los médicos públicos?

¿Tendremos que llamar al equipo A para arreglar la sanidad madrileña?


El consejero de sanidad de Madrid ha hecho unas declaraciones en las que pone en tela de juicio la idoneidad del sistema de funcionariado de los médicos públicos aduciendo que no les incentiva. La alternativa propuesta es el libre mercado, que sean las empresas privadas que van a empezar a gestionar hospitales madrileños las que se encarguen de mejorar la eficiencia de los médicos.



Nos olvidamos de que ser funcionario público es un camino de gran sacrificio que exige probar la capacidad con duras oposiciones. Es un sistema mejorable, en eso estamos de acuerdo, sobre todo a la hora de incentivar. Pero eso no implica la destrucción del mismo, tan solo la mejora del complemento de incentivación a los que mejor lo hagan. La precarización laboral que es la alternativa que sufren muchos médicos jóvenes en este país no favorece a nadie, ni a los propios médicos que en muchos casos tienen que dedicarse a otras cosas o emigrar, ni a la sociedad que se queda sin médicos excelentes. Si bajamos el nivel de la profesión, los buenos se irán y se contratará a los que vengan, muchas veces de otros sistemas formativos menos cualificados o del nuestro con peores calificaciones.

Entiendo que al señor consejero le interese incentivar a los médicos, lamentáblemente las directrices de los últimos meses de la consejería que dirige han sido una bomba desincentivadora como nunca se ha visto en décadas. Los médicos hemos salido a la calle, dormido en el suelo de centros de salud  y hospitales, argumentado nuestra postura sin ser oídos ni tenidos en cuenta... Eso no había pasado nunca. Me atrevo avanzar que el primer requisito para incentivar a alguien es tenerle en cuenta, escucharle y tomarle en serio. Proponer cambiar el sistema con ideas como desfuncionarizar tampoco es que ayude mucho. ¿Hay alguien asesorando a la consejería de sanidad o estas propuestas son ideas del dia?


miércoles, 28 de agosto de 2013

Nunca se fíen de un político que en agosto trata de meter la zorra en el gallinero

Foto: 'Vintage Fox and Duck Taxidermy'
http://www.flickr.com/photos/7955505@N05/1472063298


Si como trabajador alguna vez ha estado enfermo y no ha podido ir a trabajar seguramente haya necesitado una baja médica. ¿Qué situación le ofrece más confianza, la actual en la que su médico de cabecera habitual le gestiona la misma o que se encargue una mutua (asociaciones de empresarios) de darle el alta con un médico que no conoce?
Pues se lo puede imaginar, la propuesta de nuestros ilustres próceres (hecha en pleno mes de agosto, no podía ser de otra manera) es permitir que las mutuas puedan dar altas de forma sencilla si la inspección médica no responde a sus requerimientos en seis días, cosa casi imposible al depender a su vez de un informe de los médicos de familia, ya de por sí muy sobrecargados, para elaborar otro papel que justifique el mantenimiento de la baja.
Esta decisión supondrá una merma de los derechos de los pacientes, no les quepa duda que en las mutuas no quieren bajas de larga duración, he trabajado en ellas y sé que sus médicos trabajan bajo un clima de tensión más o menos velada.
Decisiones gubernamentales como esta hacen que los trabajadores parezcan pertener al subtipo de vagos y maleantes, gente perezosa que se escaquea contínuamente y hace todo tipo de trampas para faltar al trabajo. Es lo que se puede deducir de la actitud de nuestros políticos, lo que muestra a las claras la categoría moral de la que gozan.
Es un gran error. Medidas como esta no aportan ventaja social y si menoscabo evidente de la calidad de la atención sanitaria cuando más hace falta, al estar enfermo. El supuesto ahorro que esgrimen, como panacea universal, no justifica permitir que sea el empresario el que custodie algo tan sensible como las bajas de sus trabajadores. Es técnica y éticamente más correcto que la responsabilidad recaiga en el profesional sanitario que más información médica tiene de dicho trabajador, su médico de cabecera. No les quepa duda que este planteará el alta en el momento apropiado, sin presiones de ningún tipo, ni del paciente ni de la organización sanitaria.
¿Quedará algo de sentido común en el horizonte sanitario? por si acaso es bueno que usted conozca lo que se cuece, su opinión es más importante de lo que se imagina.



martes, 27 de agosto de 2013

Relatos de verano: los congresos sanitarios y el valle de Ellah




Había una vez un enorme gigante llamado Goliath, temible en tamaño. Congregaba a más de 3.000 médicos, en ocasiones dicen que reunió 5.000. Dado que las inscripciones costaban 500 euros la cosa salía por una pasta. Grandes expertos, grandes ponencias y un mar de stands publicitarios que daban a entender quien costeaba la fiesta. 

Al otro lado del valle un joven pastor llamado David miraba al horizonte, no tenía media torta pero había comprendido que hay otra forma de hacer las cosas. Congregó a unas 90 personas, pero usando internet llegó a cientos, de hecho a más de 400.000. Con un equipo de voluntarios organizó una jornada teórico práctica de alto nivel, con 26 ponentes y un networking intensivo que hizo que los asistentes se llevaran conceptos, aprendizaje pero sobre todo los nombres y apellidos de otros profesionales inspiradores. La inscripción era gratuita, no hubo patrocinador industrial. 

David y Goliath no tuvieron que luchar, no hizo falta. La bella ciudad de Granada, testiga de otras cuitas no hubo de añadir sangre en esta ocasión. Pero David sabía que el tiempo de los gigantes terminaba. Esa noche pudo festejar con sus amigos la grandeza de lo pequeño, sabiendo que sin armas habían ganado algo muy grande. 

lunes, 26 de agosto de 2013

¿Qué significa que Tiago Villanueva marche a Londres?






 

Porquê Tiago Villanueva mudou-se para Londres?

 



Tiago Villanueva é um jovem médico de família Português, com pouco tempo de exercício. Eu conheço pessoalmente há três anos, depois de trabalhar com ele no Innovation Seminários Atenção Básica coordenado pelo dr. Juan Gérvas, eu sei que é um capaz e intelignete jovem médico. Ele desfrutava de uma posição permanente em um centro de saúde em Lisboa, que contrasta muito bem com seu companheiro espanhol passando insegurança no trabalho brutal. Embora isso tenha acabado de se mudar para Londres para trabalhar como editor do British Medical Journal, que foi ano de trabalho. Ele explica suas razões em um artigo nesta publicação, pelo agravamento das suas condições de trabalho, com queda de salário para um terço do que ele ganhou há dois anos e muitos problemas no atendimento diário. Sul da Europa são condenados a ficar sem os seus melhores médicos? Que não haja dúvida de que, se continuar a agravar as condições de trabalho muitos vão. A parte mais complicada do sistema de saúde são os seus recursos humanos, nem todos os profissionais são iguais, isto é claro, mas não cuidado para que a saúde vai voltar décadas, ao nível dos nossos avós e isso é uma perda social de grande impacto. Especialmente considerando que a pirâmide populacional do tempo dos nossos avós não tem nada a ver com o atual e com isso vem à tona: as sociedades idosos com muitas doenças e tratamentos complexos. Quem vai cuidar dessas pessoas?

(Tradução automática)




Tiago Villanueva es un joven médico de familia portugués con poco tiempo de ejercicio. Le conozco personalmente desde hace tres años tras colaborar con él en los Seminarios de Innovación en Atención Primaria que coordina el dr. Juan Gérvas, me consta que es un médico joven capaz e intelignete. Disfrutaba de una plaza fija en un centro de salud en Lisboa, lo que constrasta con sus compañeros españoles sometidos a una brutal precariedad laboral.  Pese a esto se acaba de mudar a Londres para trabajar como editor de la revista British Medical Journal donde lleva colaborando años. Él mismo explica sus razones en un artículo en dicha publicación, principalmente empeoramiento de sus condiciones laborales con bajada de sueldo a un tercio de lo que ganaba hace dos años y múltiples problemas en la asistencia diaria. ¿Está el sur de europa condenado a quedarse sin sus mejores médicos? No les quepa duda de que si siguen empeorando las condiciones laborales muchos se irán. La parte más delicada del sistema sanitario son sus recursos humanos, no todos los profesionales son iguales, eso está claro, pero no cuidarlos hará que la asistencia sanitaria retroceda décadas, al nivel de nuestros abuelos y esto es una pérdida social de gran impacto. Sobre todo teniendo en cuenta que la pirámide poblacional de la época de nuestros abuelos no tiene nada que ver con la actual ni con la que se nos viene encima: sociedades ancianas con personas con muchas enfermedades y tratamientos complejos. ¿Quién va a cuidar a esas personas?


domingo, 25 de agosto de 2013

¿Es posible tener hoy una buena muerte?



Foto promocional película Amor (2012)



¿Qué hacer cuando se convive con un enfermo de Alzheimer cada vez más deteriorado, cuando cada vez este parece sufrir más?, ¿hasta cuándo seguir cuidando?. Estas preguntas son la base de la película Amor (2012) de Michael Haneke. Pero también son la base del desgraciado incidente en Asturias esta semana, en el que un anciano apuñala a su mujer, enferma de Alzheimer avanzado, y luego se tira por la ventana. ¿Hay otra forma de hacer las cosas?

El doctor Juan Gérvas nos dice que sí, que es posible tener una buena muerte en el propio domicilio asistido por nuestros familiares y con la ayuda del médico de familia y la enfermera. Este no suele ser el escenario habitual, es más común morir en el hospital, habitualmente de malas maneras, en urgencias atestadas, solos en una habitación, o rodeados de tubos tras una larga agonía en la que se nos somete a toda clase de técnicas.

En nuestra sociedad no hablamos de estos temas, ni de la propia muerte ni de cómo nos gustaría morir. El tema tiene su importancia pero es un tabú social, incluso en medios sanitarios. Los propios profesionales pocas veces sacamos el tema y hablamos a los pacientes y sus familias sobre el concepto de voluntades anticipadas y testamento vital. Algo importantísimo para evitar los terribles desenlaces de la historia de ficcción y la real que comienzan este post.

Pablo Simón, profesor de ética de la EASP, tiene un estupendo libro para profesionales y nos comparte este breve vídeo de divulgación que merece la pena para entender mejor el tema. Atrévanse a hablar de cómo les gustaría morir con sus amigos y familiares, atrévanse a mirar a la muerte a la cara, es la mejor manera de aceptar que forma parte de la vida y permitir que cuando aparezca en nuestra familia no lo haga como un desastre sino como algo perféctamente natural, doloroso pero natural.







sábado, 24 de agosto de 2013

Relatos de verano: Gambia versus Moraleja

Foto: 'Squeezing only makes them angrier'
http://www.flickr.com/photos/43341152@N00/353040644



Abrió sus ojos lentamente, su cuerpo no se quería mover. La sensación de agotamiento persistía pese a las seis horas de sueño. Y el calor, ese calor permanente y asfixiante, ese nunca se marchaba. El día anterior tuvo que desplazarse a comunidades del norte, cuatro horas por carreteras desvencijadas en vehículos desvencijados. Allí atendió niños con malaria, heridas supurantes crónicas, cegueras causadas por enfermedades reversibles, enormes hernias abdominales no operadas, insuficiencias cardíacas avanzadas sin ningún tratamiento... La gente seguía adelante con todo aquello, y lo más increíble, sin perder la sonrisa, una sonrisa franca que traslucía alegría. Se acordó de su último día de consulta en el ambulatorio de la Moraleja, a penas diez pacientes, en julio se iba mucha gente de vacaciones. Tres partes de baja, dos tratamientos crónicos, un informe de inspección, una colonoscopia recibida, dos faringitis leves y una urgencia. La auxiliar le llamó con la voz angustiada "doctor, una urgencia en la sala  de curas, baje deprisa". Cuando llegó un grupo de seis adolescentes esperaba con cara preocupada, dentro un chico yacía en la camilla rodeado de otros dos amigos y dos enfermeras que le tomaban las constantes. "¿Qué le pasa?" Preguntó de inmediato. Fue uno de los amigos el que respondió, " le ha salido esto, tiene muy mala pinta" y señaló el antebrazo izquierdo, una lesión de 5 milímetros ligeramente elevada y enrojecida... un grano.


Dedicado al doctor Vicente Baos.

viernes, 23 de agosto de 2013

Relatos de verano: doctor VIP



Le gustaba afeitarse con la ventana abierta. La calma del jardín por la mañana, la luz y el canto de los mirlos le hacían sentir bien. Ese jueves estaba especialmente contento, en parte por su proeza deportiva del día anterior, en parte por que en pocas horas tendría que revisar la cadera del rey. Pocos compañeros podrían igualar esos dos buenos temas de conversación en la partida de golf de la tarde. Escogió la camisa de rayas rosas y cuello blanco, la corbata de Hermes que le regaló Pitita, y los pasadores de oro estilo yate. Se perfumó con su colonia Loewe preferida y sin desayunar se despidió de los niños y de la interna mientras se metía en el descapotable poniéndose las gafas de sol. Amaba el momento en el que la puerta del garaje le dejaba paso franco, tenía toda la jornada por delante para comerse el mundo.

jueves, 22 de agosto de 2013

Relatos de verano: la enfermera Blanca

Foto: 'Sky symphony'
http://www.flickr.com/photos/12836528@N00/5192063662



Me gusta la nueva enfermera suplente, es joven y tiene buen humor, da gusto charlar con ella. Como me toca limpiar la parte de abajo del centro  me la encuentro a la hora del primer café, siempre contando cosas divertidas. Da gusto, no como las otras enfermeras que son más secas que Matusalén, es verdad que son muy mayores, pero eso no debería ser inconveniente para sonreír más. En la última oposición vinieron unas que para qué, más quemadas del hospital que la oreja de Niki Lauda... en fin. En el café de la merienda también me la suelo encontrar, no me extraña, siempre que me enseña su lista no tiene más de 10 o 20 pacientes, así está ella de tranquila. Pero me parece bien, ya tendrá tiempo de quemarse como esos doctores de la mañana que no paran de atender pacientes, esos no bajan nunca a por café y así les va, siempre tan serios.

Me gusta la enfermera Blanca, ayer trajo un bizcocho que hizo ella y nos pasamos una hora hablando de las fiestas de su pueblo. Como es verano hay que tomarlo con calma.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Relatos de verano: la directora general de sistemas



Disfrutaba de  uno de los puestos claves de la consejería. Una buena posición en el escalafón, buenos contactos, un despacho con vistas. Sus jefes la apreciaban. Ella les daba información, se dedicaba a ello. Pese a la crisis su departamento contaba con un presupuesto generoso con el que atender montones de proyectos. Era casi imposible cumplir los plazos, lo urgente se comía literalmente lo importante. Ese talón de Aquiles la hacía sufrir, sabía que los asistenciales la criticaban duramente, sabía que con toda la razón. Afortunadamente no tenía mucho trato con ellos, tan solo algún grupo de trabajo con profesionales debidamente filtrados y de perfil no beligerante.
Esa tarde tenía el cumpleaños de Cuquita. Le pediría al chofer que la dejara en Serrano quería  comprar un regalo y tenía clara la tienda. Luego iría andando, el ático de su amiga no quedaba lejos, para un café con pastas siempre hay tiempo, especialmente si son de Viena Capellanes.

martes, 20 de agosto de 2013

Relatos de verano: el peor escenario posible


Vuelvo a repasar los datos. Caen gotas de sudor por mi frente, los informes que tengo delante no están equivocados, no lo pueden estar. Tras seguir hace unas semanas la pista de ese viejo libro que me recomendó Robinson empecé a hacer cábalas y encontrar evidencias irrefutables. Tomé de nuevo entre mis manos el viejo manual,  "Sano y salvo y libre de intervenciones médicas", Juan Gérvas y Mercedes Pérez... Estaba todo en el índice... Y luego los informes de la OMS, datos fehacientes que ilustraban con gráficos escalofriantes las cifras de obesidad, diabetes, hipertensión, colesterol... También disponía de datos de las nuevas enfermedades, un altísimo número de niños padecía déficit de atención e hiperactividad, otros catarros múltiples, moquitis perenne o tranquilidad excesiva. Los adolescentes sufrían, trastorno de timidez aguda, pabitis prolongada o sofafilia televisiva. Las mujeres se llevaban la peor parte como siempre, los embarazos eran en un 90% seguidos en unidades de alto riesgo, a partir de los 20 años se las sometía a un seguimiento intensivo bimensual en unidades de mama especializadas y a partir de la menopausia se las trataba a todas frente a la cascada de enfermedades que esa edad producía, desde los huesos a la piel, el ánimo o los terribles sofocos.
No había duda, los datos lo mostraban a las claras, los individuos saludables eran menos del 5%. Se cumplía así la terrible predicción del profesor Zurita que sostenía que la humanidad sigue una curváis de Gauss de patología creciente orientada a la enfermedad máxima y a la muerte. La paradoja es que nunca antes habíamos vivido con estándares tan altos, tecnología sanitaria hiperdesarrollada, alimentación bioecológica, protección social completa... Que los extranjeros más allá de las vallas padeciesen miserias era comprensible, pero nosotros, en nuestra posición...
Estaba claro que algo iba mal, algo importante.

lunes, 19 de agosto de 2013

Relatos de verano: la anestesista



La conocí en su viaje de novios. Tuve una conversación casual con ella, estaba de buen humor. Llevaba años en un hospital de una capital importante. Su trabajo de anestesista era cómodo. La habían bajado el sueldo pero aun así no estaba mal, dos a cuatro cirugías al dia, pocas guardias, mucho tiempo para leer. Ahora con el ipad mucho mejor. Su marido no era sanitario y tenía una posición desahogada, con los dos sueldos vivían de forma bastante confortable. Cuando le dije que era médico de cabecera respondió con un seco "ya".  No le comenté que ese mes me habían hecho tres entrevistas para distintos medios, me habían posicionado excelentemente en un estudio de redes sociales, mis artículos habían llegado a decenas de miles de personas y que estaba enamorado de mi trabajo. Sencillamente no surgió en la conversación. Dejé que se marcharan abrazados, un viaje de novios no se hace todos los días. Afortunadamente con los años uno va descubriendo que hay cosas mejores, a menudo muy sencillas,  por ejemplo no abrir la boca y sonreír.



domingo, 18 de agosto de 2013

Ecosistemas sanitarios



Los ecosistemas se apoyan unos en otros formando sistemas complejos. Su capacidad de adaptación es grande dado que todos colaboran para flexibilizar los impactos y adaptarse mejor a ellos. Aun así hay un componente de fragilidad que aumenta según se complejizan.

El sistema sanitario es una construcción social compleja. Consta de gran número de subsistemas, funciones y servicios, recursos humanos generalistas y especializados, sistemas organizativos multinivel y tecnología avanzada. Organizar algo tan complejo no es fácil. En los últimos años hemos visto que los costes se han elevado más allá de lo que nos podemos permitir. ¿Cómo adecuar los recursos a los costes?
La respuesta a esta pregunta suele ser un sálvese quien pueda, y cada parte del sistema argumentará las razones de su imprescindibilidad. Los cirujanos defenderán sus caros robots quirúrgicos y el sistema de transplantes, los oncólogos sus carísimos tratamientos, los radiólogos sus impresicindibles aparatos que todo lo ven... Al final de la cola aparecerán los médicos de familia arguyendo que son capaces de solucionar el 90% de los problemas de los pacientes con un coste mínimo para el sistema, pero ya nadie escucha... el pescado ya está todo vendido. ¿Se habrá hecho bien? En estos tiempos no todos tienen la misma voz, y dado que quien no llora no mama, está claro que no habrá leche para todos.

sábado, 17 de agosto de 2013

Intemperie sanitaria



Vivir a la intemperie es desabrido. Podemos salir, trabajar, pasear, buscarnos la vida, pero luego nos es necesario volver, guarecernos, apartarnos de ella. Incluso un sabio como Diógenes  eligió un tonel como vivienda mínima. Ser un sin techo en una ciudad es una desgracia, serlo en un páramo inhóspito puede ser mortal. La intemperie se rige por reglas estrictas que si son incumplidas se castigan con rigor. Pero hay muchos tipos de intemperie. Jesús Carrasco lo explícita en su novela de éxito. La del llano ardiente, la de los sentimientos, la de la iniquidad... Todas nos condenan al infierno si no se saben manejar. El ser humano siempre ha tratado de escapar de ellas con exiguo éxito. Es el corazón de la tragedia, esta termina atrapando a los héroes. La sociedad occidental trata de levantar enormes muros para protegerse en un esfuerzo inútil. La mayor intemperie la llevamos por dentro, el secarral del alma nos pertenece por entero, como la sombra y nuestros sueños. Pese a las protecciones una de las fuerzas de la vida que nos deja en descampado sigue siendo la enfermedad. Da igual que construyamos enormes hospitales, máquinas de cobalto o resonancias magnéticas para exorcisarla, cuando llega nos deja desnudos frente a nosotros mismos. Una simple gripe irrumpe en nuestra vida como un elefante en una cacharrería, si el diagnóstico es más grave el impacto es terrible. La tecnología no nos salvará, tampoco el orgullo. Sólo cabe esperar  salir lo antes posible del embrollo, tal vez encontrando a alguien que conozca el terreno y se sepa manejar. En la dura y excelente obra de Carrasco se describe a un pastor que tiene este rol, en definitiva el mismo de los profesionales sanitarios, acompañar, cuidar, proteger y guiar, verbos de la primera conjugación imprescindibles en tiempo de enfermar. Ya podremos rodearnos de aparatos, chequeos o medicamentos maravillosos, si no nos proveen de esos cuatro verbos estaremos perdidos.



viernes, 16 de agosto de 2013

Relatos de verano: la caída



Caía por un enorme agujero de paredes resbaladizas. Hacía tiempo que había perdido el control y ya no hacía contacto con los bordes, la caída era libre, negra, oscura, angustiosa. Le había pasado antes. Siempre era igual. Se encontraba caminando fatigosamente por el sendero, cansado, agotado. Decidía refrescarse con las manzanas rojas que a cada trecho se podían encontrar al lado del camino, decidía olvidar la prohibición. Su médico se lo había dejado claro, él también lo sabía. Esas manzanas le mataban. Comió de nuevo y al instante se sintió más ligero, más fuerte, más poderoso. A la par comenzó a descender, al principio despacio, luego ya más ligero. El sendero de subida se transformó en una pista resbaladiza, cada vez bajaba más deprisa, más y más deprisa... hasta qué perdió pie y la caída se hizo incontrolable.

Amaneció en el hospital, con veinte kilos menos, muy mala cara y dolor en todo el cuerpo, sobre todo en el alma. Necesitó varias semanas para volver en sí. En esta ocasión el choque había sido monumental. Volvió a poner su resistencia al límite, volvió a inflamar sus maltrechas neuronas. Avanzaba despacio por el pasillo, vistiendo el pijama azul del hospital, arrastrando un poco los pies. Todavía no podía saber si tendría fuerzas de nuevo para volver a pasar consulta.

jueves, 15 de agosto de 2013

La visión de Pissarro




El museo Thyssen de Madrid suele ofrecer exposiones temporales de altísima calidad. La actual se centra en uno de los impresionistas más importantes Camille Pissarro. La muestra incluye varios lienzos de la propia colección, algo esperable al ser uno de los pintores favoritos de la baronesa. Además de invitar a regalarse los ojos con las obras de este genio, me parecía oportuno aprender de la sensibilidad del artista. Pissarro gusta de pintar al aire libre, fundamentalmente escenas campestres, también del barrio de Montmatre con un agradable tono decimonónico en los vestidos y coches de caballos. Pero lo que les llamará la atención es el manejo de la luz y la composición, el milagro de conseguir detalles y delicadeza con pincelada gruesa y trazos largos. Como suele pasar la mayoría de los visitantes pululaban por la sala abducidos por sus audioguías a un metro de las obras. Lo entenderían todo, pero no estaban viendo nada. A los impresionistas hay que contemplarles desde el otro lado de la sala, como mínimo a cinco metros de la obra. Luego pueden jugar y acercarse, pero sin distancia no hay belleza.

Esto días de verano he visto muchos pacientes agobiados, daba la impresión de que miraban la vida demasiado pegados a ella, sin distancia, sin perspecitva. Por otro lado las peripecias de nuestro responsables y gobernantes, que tanta zozobra nos causan a todos, parece que pintan la realidad con un trazo demasiado grueso, casi grotesco. Seguramente nos venga bien alejarnos del cuadro, este tiempo de verano lo favorece. Pero no se confíen, cuando llegue septiembre mas nos vale seguir haciéndolo.



post dedicado a mi amigo Ferando Guzón, él sabe porqué.




miércoles, 14 de agosto de 2013

Salud en el club de jazz

Foto: Pablo Martín Caminero



La música es vida, es pura terapia, es imprescindible para todos. El lenguaje musical llega al centro del alma aunque no se sepa solfeo. Una guitarra o un piano pueden producir más catarsis que años de psicoanálisis. Como médico no puedo dejar de recomendar música a mis pacientes, pero eso sí, de calidad. ¿Qué significa calidad? pues igual que con los alimentos, si puede permitírselo consuma alimentos frescos, música en directo. No es tan caro como se imagina, una sesión de jazz en uno de los clubs de moda en Madrid vale poco más que un cine. Y tendrá ante usted a un grupo que le transmitirá algo más que sabor enlatado. El poder de los instrumentos musicales es enorme. Someternos a esta inmersión en fuego y agua que es la música nos arreglará flecos que todos llevamos colgando por el alma.
De vez en cuando es bueno apagar la televisión y darse una vuelta por ahí.





martes, 13 de agosto de 2013

¿Ha muerto la blogosfera sanitaria?


Foto: participantes en el 1º congreso de la blogosfera sanitaria, Madrid 2011



Muchos se hacen esta pregunta periódicamente. La respuesta es variable según le haya ido la fiesta a cada cual. Es verdad es que la creación global de contenidos de la primera generación blogosférica sanitaria en español ha podido decaer, pero no nos engañemos, este medio no tiene nada que ver con lo que conocíamos. El tiempo en internet corre deprisa y las evoluciones personales por un lado y el recambio de personas por otro, hacen que todo cambie a gran velocidad.

Si siguen leyendo a Vicente Baos, Miguel Angel Manyez, Rafa Bravo o Amalia Arce (por citar tan solo cuatro de los muchos blogs excelentes que existen) sabrán que todavía hay vida en internet. Por otro lado los blogs no dejan de ser expresión de la voz de cada cual en el modo, frecuencia y tono que cada cual elija. Cada dia miles de nuevos usuarios se suben al carro, lo prueban, lo abandonan... Así es internet. La ventaja que siguen teniendo los blogs es que cada cual publica lo que le apetece compartir. A fin de cuentas ya ven nuestras bandejas de entrada y de salida, nuestros mensajes de Whatsapp y hasta pueden oírnos usando los micrófonos de nuestros móviles y ordenadores...

Se acabó la privacidad, el que no comparta se está perdiendo algo.


lunes, 12 de agosto de 2013

No soy lo que parezco


Foto:  'little face'
http://www.flickr.com/photos/84144593@N00/358600630
Un precioso texto de Charles C. Finn muy apropiado para el verano. ¡Cuánta liberación encontraríamos si fueramos capaces de dejar caer nuestras máscaras!


"No dejes que te engañe. Que no te engañe la cara que llevo porque sólo es una máscara, una de las máscaras que temo quitarme y ninguna de ellas soy yo. Aparentar es un arte que domino, pero no te dejes engañar. Te doy la impresión de ser fuerte, de que dentro y fuera de mí hay un día soleado y apacible, de que mi nombre es “confianza” y que “control” es mi juego.

   De que el mar está sereno y yo sereno al timón, de que no necesito a nadie, pero no me creas. Mi exterior refleja serenidad, pero sólo es una máscara, siempre cambiando, siempre ocultando.

   Detrás de ella hay confusión, temor y soledad, pero esto lo escondo. No quiero que nadie lo sepa. Me da pánico que mi debilidad y mi temor queden expuestos.

   Es por eso el afán con que he creado una máscara en dónde ocultarme. Una fachada indiferente y sofisticada que me ayude a fingir, que me sirva de escudo ante una mirada conocedora. Pero precisamente, esa mirada es mi salvación, mi única esperanza, lo sé.

   Siempre y cuando venga acompañada de aceptación y de amor. Es lo único que puede liberarme de mí mismo, de la prisión que yo solo he construido. Es lo único que puede revelarme lo que yo mismo no me he podido revelar, que soy alguien que valgo. Pero esto no te lo digo. No me atrevo. Tengo miedo que tu mirada no venga acompañada de aceptación y de amor.

   Temo rebajarme ante ti, que te rías. Tengo miedo de que me rechaces. Por eso es que juego mi juego, mí desesperado juego de aparentar, con una fachada de seguridad por fuera, y un niño temeroso por dentro.

   Así empieza el desfile de máscaras, y mi vida se coloca al frente, con caretas destellantes pero vacías. Inútilmente platico contigo en los tonos suaves de una plática superficial. Te digo todo acerca de nada, y nada acerca de lo que es todo para mí.

   Así que cuando te hable, no te dejes engañar por lo que te diga. Por favor escucha cuidadosamente, trata de oír lo que me gustaría decir, pero que no puedo manifestar abiertamente. No me gusta esconder. No me gusta jugar al impostor.

   Quiero dejar de aparentar. Quiero ser auténtico, espontáneo, pero tienes que ayudarme. Extiéndeme tu mano aun cuando parezca ser lo último que necesito. Cada vez que eres amable, cada vez que tratas de comprenderme, mi corazón hace crecer unas alas, unas pequeñas alas, unas alas frágiles, ¡pero alas!.

   Una arraigada convicción de que valgo poco me ha hecho construir una muralla a mi alrededor. Mientras más te acerques a mí, con más ímpetu te rechazaré. Es irracional pero, contrario a lo que dicen los libros acerca del hombre, frecuentemente soy irracional.

   Se me ha dicho que el amor es más fuerte que cualquier barrera y en ello está mi esperanza. Por favor trata de derrumbar esa muralla con manos firmes, pero gentiles, ya que mi niño interior es muy sensible.

   ¿Quién soy yo? te preguntarás… Soy alguien a quien tú conoces muy bien. Soy cualquier hombre o cualquier mujer que cruza por tu camino."
visto en Denko Mesa vía Amor en el Aire 




Please Hear What I'm Not Saying

               Don't be fooled by me.
               Don't be fooled by the face I wear
               for I wear a mask, a thousand masks,
               masks that I'm afraid to take off,
               and none of them is me.

               Pretending is an art that's second nature with me,
               but don't be fooled,
               for God's sake don't be fooled.
               I give you the impression that I'm secure,
               that all is sunny and unruffled with me, within as well
                    as without,
               that confidence is my name and coolness my game,
               that the water's calm and I'm in command
               and that I need no one,
               but don't believe me.
               My surface may seem smooth but my surface is my mask,
               ever-varying and ever-concealing.
               Beneath lies no complacence.
               Beneath lies confusion, and fear, and aloneness.
               But I hide this.  I don't want anybody to know it.
               I panic at the thought of my weakness exposed.
               That's why I frantically create a mask to hide behind,
               a nonchalant sophisticated facade,
               to help me pretend,
               to shield me from the glance that knows.

               But such a glance is precisely my salvation, my only hope,
               and I know it.
               That is, if it's followed by acceptance,
               if it's followed by love.
               It's the only thing that can liberate me from myself,
               from my own self-built prison walls,
               from the barriers I so painstakingly erect.
               It's the only thing that will assure me
               of what I can't assure myself,
               that I'm really worth something.
               But I don't tell you this.  I don't dare to, I'm afraid to.
               I'm afraid your glance will not be followed by acceptance,
               will not be followed by love.
               I'm afraid you'll think less of me,
               that you'll laugh, and your laugh would kill me.
               I'm afraid that deep-down I'm nothing
               and that you will see this and reject me.

               So I play my game, my desperate pretending game,
               with a facade of assurance without
               and a trembling child within.
               So begins the glittering but empty parade of masks,
               and my life becomes a front.
I idly chatter to you in the suave tones of surface talk.
               I tell you everything that's really nothing,
               and nothing of what's everything,
               of what's crying within me.
               So when I'm going through my routine
               do not be fooled by what I'm saying.
               Please listen carefully and try to hear what I'm not saying,
               what I'd like to be able to say,
               what for survival I need to say,
               but what I can't say.

               I don't like hiding.
               I don't like playing superficial phony games.
               I want to stop playing them.
               I want to be genuine and spontaneous and me
               but you've got to help me.
               You've got to hold out your hand
               even when that's the last thing I seem to want.
               Only you can wipe away from my eyes
               the blank stare of the breathing dead.
               Only you can call me into aliveness.
               Each time you're kind, and gentle, and encouraging,
               each time you try to understand because you really care,
               my heart begins to grow wings--
               very small wings,
               very feeble wings,
               but wings!

               With your power to touch me into feeling
               you can breathe life into me.
               I want you to know that.
               I want you to know how important you are to me,
               how you can be a creator--an honest-to-God creator--
               of the person that is me
               if you choose to.
               You alone can break down the wall behind which I tremble,
               you alone can remove my mask,
               you alone can release me from my shadow-world of panic,
               from my lonely prison,
               if you choose to.
               Please choose to.

               Do not pass me by.
               It will not be easy for you.
               A long conviction of worthlessness builds strong walls.
               The nearer you approach to me
               the blinder I may strike back.
               It's irrational, but despite what the books say about man
               often I am irrational.
               I fight against the very thing I cry out for.
               But I am told that love is stronger than strong walls
               and in this lies my hope.
               Please try to beat down those walls
               with firm hands but with gentle hands
               for a child is very sensitive.

               Who am I, you may wonder?
               I am someone you know very well.
               For I am every man you meet
               and I am every woman you meet.

                                                                     Charles C. Finn
                                                      September 1966