jueves, 16 de junio de 2016

Estamos condenados a estar entretenidos











Las herramientas de entretenimiento humano nunca fueron tan potentes como ahora. Grandes fuerzas económicas y tecnológicas confluyen para desarrollar una poderosísima industria que genera entretenimiento. ¿Su objetivo? captar la atención del ciudadano, su mayor capital. Lo sorprendente es constatar la facilidad con la que el respetable cede su conciencia a programas de televisión basura, a series bien diseñadas, espectáculos diversos, competiciones deportivas de masas, anuncios variados y a un sin fin de cebos que permanentemente pululan a su alrededor. Picamos de continuo en pantallas propias y ajenas, las primeras llenan nuestro domicilio, bolsillo y muchos de nuestros trabajos, las segundas crecen como hierba del campo en medios de transporte, tiendas, calles y centros comerciales.

No consentimos ni el silencio ni el aburrimiento, se acabó eso de viajar mirando por la ventanilla o caminar fijándonos en los demás. Ahora hay que hacerlo escuchando algo por los auriculares o consultando algún vídeo o red social con nuestro móvil. Encendemos radios, ordenadores y televisores al entrar en casa, hacemos lo propio en el trabajo. Nos mantenemos permanentemente conectados y recibimos cientos de mensajes e interrupciones cada día.¿Somos acaso más felices? ¿nos va mejor ahora? Para responder basta observar caminar la gente por la calle o mirarnos un instante al espejo.

Cuando estamos entretenidos nos duele menos el cuerpo y el alma, nos olvidamos un rato del agobio y la tristeza. Cuando hay una final de fútbol o algún acontecimiento mundial baja significativamente la asistencia a las consultas médicas y a los servicios de urgencias. La tragedia es que la distracción nos dura poco, tal vez por eso volamos de flor en flor buscando nuevas fuentes de entretenimiento que nos ayuden a obviar las desazones implicitas al hecho de existir.

¿Qué pasaría si descubriéramos que es posible estar entretenido contemplando el momento presente? Disfrutando del plato de comida que tenemos delante, de la ducha que nos alivia cada día o del placer de caminar al aire libre. Rescatar nuestra atención del secuestro a la que la someten tantas distracciones es un camino de salud. No hay salud sin conciencia. ¿Podrías dar fe de lo que has hecho con la tuya la última semana?

Higiene moral



Los seres humanos somos imperfectos. Nuestros errores nos producen dolor en muchas ocasiones. Lo sentimos en forma de culpa, de intranquilidad moral, tal vez como pinchazos éticos. Las tradiciones religiosas han incorporado desde siempre formas de lavar esas manchas que indefectiblemente terminan tiznando nuestra biografía. Pero hoy, con la gran crisis que los sistemas religiosos sufren y grandes masas sin ningún tipo de inquietud o asidero transcendente, ¿quién perdona los pecados?

A mi consulta de medicina de familia acuden con frecuencia personas atribuladas. No me confiesan sus pecados pero sí sus dolores, penas y alguna que otra culpa. Nuestra sociedad está perdiendo el arte de escuchar y acompañar, el arte de transformar los errores en oportunidades de reconciliación o de mejora. Lo que no cambia es el peso de la culpa, el dolor moral que queda tras un error que no nos perdonamos. Ni los profesionales sanitarios ni los psicoterapéutas somos los más indicados para operar en este nivel, pero tristemente en muchas ocasiones somos los únicos disponibles.

¿Enseñamos a nuestros hijos cómo manejar sus errores y la culpa que de los mismos se deriva? Sería bueno que lo hiciéramos del mismo modo que les enseñamos a lavar sus manos antes de las comidas. Los africanos tienen mucho que enseñarnos a este respecto. El manejo que hacen de estos temas suele ser mucho más sano psicológicamente.







martes, 14 de junio de 2016

Conectar





Lo más complejo para un profesional sanitario no es manejar la incertidumbre, el estrés asistencial o las altas temperaturas del dolor y el sufrimiento. Lo más complejo es conectar con el paciente.

Esto no se nos enseña en los programas formativos, se aprende con el ejemplo, viéndolo en los demás, y con la práctica, atreviéndonos a hacerlo.

Me ha gustado la entrevista a María José Fernández de Sanmamed, colega de altísimo nivel profesional y humano que nos comparte su doble visión como médica de familia experimentada y a la vez como mujer en tiempo de enfermar.

María José conoce a ciencia cierta la importancia de conectar. Cuando se es paciente esto pasa a ser una prioridad. Su doble punto de vista nos ayuda a recordar algo importante, en el encuentro terapéutico entre un profesional sanitario y un paciente debe haber una conexión. Tal vez podamos disculparla en encuentros administrativos, en situaciones de gran sobrecarga asistencial o en "esos terribles días" que también sufren los profesionales. Pero cuando la situación de enfermedad produce mucha angustia, malestar, dolor o miedo en la persona es fundamental acompañarla con la máxima profesionalidad. Eso exige personalizar, interesarse en la persona... conectar.

Será en ese punto de conexión donde podamos apoyar la palanca de nuestras herramientas diagnósticas y terapéuticas, de nuestros planes de cuidados. Será en esa conexión donde surgirá la necesaria confianza para que todo vaya bien y podamos andar serenamente sobre las encrespadas aguas de la enfermedad sin undirnos en ellas demasiado.







Vídeo de la iniciativa http://www.1cada8horas.org/




Deseo que María José se recupere pronto. Verla con esa energía y estupenda presencia es un ejemplo para mí que me recuerda la gran capacidad del ser humano de sobreponerse ante la adversidad.

Compasión y comunicación.






Me ha gustado encontrar un breve vídeo que define sin palabras lo que es la compasión. No hace falta decir nada, no hacen falta cosas complicadas.

Si los profesionales sanitarios fueramos capaces de hablar este lenguaje, de dominar estos gestos y actitudes... produciríamos profundas curaciones y permirtiríamos el milagro de sentirse cuidado.

Hoy está de moda la tecnología pero no la compasión. Tal vez por eso estén así las cosas. Por mi parte sigo tratando de aprender, pero confieso que voy lento. Tantos años de protocolos, guías y medicina técnica han esclerasdo un poco mi sensibilidad. Por eso me gusta rodearme de profesionales que me inspiran, y entre ellos el grupo Comunicación y Salud es una fuente inagotable. El segundo vídeo que proponemos proviene de ellos y narra de forma agradable la importancia de aprender comunicación, empatía... compasión.



Como todavía estas disciplinas no están muy presentes en los programa de estudios habrá que seguir practicando.







Vídeo del Grupo Comuniación y Salud



lunes, 13 de junio de 2016

Giants. Gigantes


 Foto de la página oficial de Francesco Piemontesi



When I go to a symphonic concert I do so with the conviction of its enormous healing potential. Listen to music from an excellent score of the hand of dozens of teachers who have been countless hours studying, practicing and preparing the program is a huge privilege. If the programe include a seasoned soloist, the joy is usually higher. It amazes me how they are able to master by memory a musical mountain threshed with great harmony and balance. It is for this reason that I try not to leave long without solace with high quality musical baths that produce catharsis in my fellow soul as the venerable classics did in their large stone theaters thousands of years ago.

A few days ago I could enjoy the soloist Francesco Piemontesi playing the concerto for piano and orchestra No. 1 in D minor by Johannes Brahms. The execution was masterful. The Spanich National Orchestra directed by David Afkham had much to do. The piano's dialogue with the french horn were magnificent. I will not do here a music critic, I just will point out that Giants exist. They are human beings like us who believe in something bigger than themselves, which makes them to increase their size to inscrutable limits. Francesco Piemontesi believes in music, the beauty, the possibility of transmitting an ideal which tune the hearts of those who listen to him and thus allow the world to be a little more harmonious place.












Cuando acudo a un concierto sinfónico lo hago con el convencimiento de su enorme potencial sanador. Escuchar la música de una excelente partitura de la mano de varias decenas de profesores que llevan infinidad de horas estudiando, ensayando y preparando el programa es un enorme privilegio. Si además adereza la representación algún solista, el gozo suele ser mayor. Me asombra cómo son capaces de dominar de memoria una montaña musical que desgranan con gran armonía y equilibrio. Es por esta razón por la que intento no dejar mucho tiempo sin solazarme con baños musicales de calidad que producen catarsis en mis entretelas semejantes a las que los venerables clásicos lograban en sus grandes teatros de piedra hace miles de años.

Hace unos días puede disfrutar al solista Francesco Piemontesi interpretando el concierto para piano y orquesta número 1, en re menor de Johannes Brahms. La ejecución fue magistral. La orquesta nacional de España dirigida por David Afkham tuvo mucho que ver. Los diálogos del piano con la trompa fueron magníficos. No les haré aquí una crítica musical, tan solo apuntaré que los Gigantes existen. Son seres humanos como nosotros que creen en algo más grande que ellos mismos, lo que les hace aumentar su talla hasta límites inexcrutables. Francesco Piemontesi cree en la música, en la belleza, en la posibilidad de transmitir un ideal que afine el corazón de los que le escuchan y de ese modo permitan al mundo ser un lugar un poco más armónico.


domingo, 12 de junio de 2016

Respirar



Cuando no podía más se refugiaba escriendo poesía en sus cuadernos. También buscaba alivio en otros fuegos que no hacían más que añadir llamas a las suyas. Gritaba, suspiraba, sangraba. Al final terminaba postrado en el suelo, inerme, desnudo, prestando atención a su respiración. Ella le recordaba que todavía no estaba todo perdido, que quedaban partidas. Le contaba con paciencia la historia de todos los valientes que desde antiguo se habían enfrentado a los gigantes del desaire, el desaliento y la melancolía. Al final se tranquilizaba y en alguna ocasión permitía que unas lágrimas le refrescaran la aridez. Había algo en el aire que inspiraba confianza, que mantenía la vida, que permitía seguir avanzando. Cerrando sus manos sobre esa intuición abría los ojos y solía dejar escapar una sonrisa.







viernes, 10 de junio de 2016

La importancia de gestionar el silencio y el ruido personal







El ruido de fondo aturde los sentidos, genera enfermedad, enreda las emociones y dificulta el pensamiento. No solemos tener una buena higiene de silencio, no estamos acostumbrados a lavarnos las manos de ruido ni velar para que nuestros entornos sean silenciosos y tranquilos.

Merece la pena evaluar qué nivel de ruido padecemos y en qué modo cuidamos nuestros silencios.


¿Sueles poner la radio o la televisión nada más llegar a casa?
¿Cuando haces deporte o sales a correr necesitas usar auriculares con música?
¿Cuántas horas al día pasas con ruido alrededor?


¿Cuándo te diste el último paseo en silencio o en conversación tranquila?
¿Cuándo pasaste la última mañana/tarde sin necesitar tener la televisión/ordenador/radio/tableta/móvil... encendido?



martes, 7 de junio de 2016

¿Es posible ver el alma?








Durante siglos el ser humano ha especulado sobre la existencia del alma. Los científicos la niegan, los místicos la adoran. Y entre unos y otros nos hemos pasado eternidades discutiendo. Al final van a ser Google, Apple, Amazon y demás los que nos terminen demostrando su existencia visibilizando lo que antes era invisible.

Las grandes compañías se valen de big data y computación avanzada, pronto de inteligencia artificial. Con esos mimbres y nuestros datos son capaces de conocernos mejor que nosotros mismos. Saben cómo somos y qué necesitamos, conocen nuestros deseos y anhelos, son capaces de ver nuestra alma. Muchos torcerán el gesto al escucharlo pero lamento decir que ya no hay vuelta atrás. Si tienes teléfono móvil o adsl, si usas los servicios y productos de al menos una de esas grandes empresas ya te han hecho la foto.

Yo he pasado décadas deseando ver una molécula, ahora ya es posible como nos ilustra la imagen que corona este post. Un laboratorio de Hamburgo ha conseguido visualizar intermedios de reacción. Parece magia pero no lo es. Tampoco lo que saben de nosotros y el uso que, sin duda, van a hacer de ello.




domingo, 5 de junio de 2016

Relato: געטלעך זון




געטלעך זוןווי אַ קינד איך געוואוסט אַז דאס זענען מער ווי זיי ויסקומען. ניט גענוג צו וויסן אַז דער זון איז די גלאָוינג פּילקע אַז שיינט אויף אונדז און מיר קענען נישט קוקן פאָרויס. איר דאַרפֿן צו פילן אַז אונדזער לעבן איז אַ פּשוט עמאַנאַטיאָן פון אַזאַ ריזיק מאַכט. די מצרים געוואוסט, ווי פילע אנדערע מענטשן ווי פעלנדיק. עס נעמט מיליאַנז פון מאַלעניאַ פֿאַר אַ איין פּאַרטאַקאַל פון ליכט געץ דורך זייַן אָנ אַ סאָף Moors און איז רעלעאַסעד אין פּלאַץ. ין מינוט איר וועט קרייַז די דיסטאַנסע אַז סעפּערייץ עס פון דיין באַק און איר וועט ווערן, שיינינג און געבן דיין קאַמפּעקשאַן היץ. ווייניק וויסן די סודות, ווייניק האָבן געראטן צו זען טאַנצן דער זון. ער איז געווען אַ עדות אין זיין חלומות פון אַלע די וואונדער אָן הייַאַבאַ וועג צו ציילן זיי. ווי צו שטעלן אין ווערטער שייַנען גרייס? יצחק רעטרעאַטעד צו אַ פּשוט הויז אין סאַרעד ווו ער געטרייַ אַלע זייַן שטאַרקייַט צו ענטפֿערן דעם קשיא. לאַנג נאָך זייַן בלויז תלמיד געגאנגען מעדאַטייטינג בייַ פֿאַרנאַכט. ער פּאָזד פֿאַר אַ מאָמענט און פֿאַרשטאַנען.(אָטאַמאַטיק איבערזעצונג, נעבעכדיק פֿאַר די מיסטייקס.)




Divino sol 


Desde niño supo que las cosas son más de lo que parecen. No basta con saber que el sol es esa bola incandescente que nos alumbra y a la que no podemos mirar de frente. Es necesario sentir que nuestra vida es una simple emanación de ese enorme poder. Los egipcios lo sabían, como también muchos otros pueblos ya desaparecidos. Hacen falta millones de milenios para que una simple partícula de luz consiga atravesar sus infinitos páramos y sea liberada al espacio. En pocos minutos cruzará la distancia que la separa de tu mejilla y se convertirá en tí, alumbrando tu tez y dándote calor. Pocos conocen estos misterios, pocos han conseguido ver bailar el astro rey. Él era testigo en sus sueños de todas estas maravillas pero no hallaba forma de contarlas. ¿Cómo expresar con palabras tamaño resplandor? Isaac se retiró a una casa sencilla en Sared donde dedicó todas sus fuerzas a responder esta pregunta. Mucho tiempo después su único discípulo caminaba meditando a la caída de la tarde. Se detuvo un momento y comprendió.

viernes, 3 de junio de 2016

¿Prestamos suficiente atención a la salud?










Estamos obsesionados con la enfermedad. Cuando notamos cualquier tipo de molestia empezamos a preocuparnos y hacernos preguntas ¿será este grano peligroso? ¿tener 37.1º de temperatura indica que estoy grave? ¿este malestar en la tripa será tal vez una enfermedad importante?... Solemos mirar en Google y nos agobiamos más, al final terminamos yendo al centro de salud o a urgencias, habitualmente atestadas de personas con enfermedades serias y una gran mayoría con las mismas dudas que nosotros.

Tras leer en la contra de la Vanguardia la inteligente entrevista que Ima Sanchís le hace a Gabriele Romagnoli me encuentro con la frase de Kurt Vonnegut:  “Cuando seáis felices, prestad atención.

Merece la pena dedicar 4 minutos a leer la entrevista. No tanto al libro Viajar ligero del autor que me ha parecido excesívamente liviano.







Lo que me llama la atención es la poca conciencia que depositamos en la salud. Cuando estamos enfermos lo sabemos, cuando estamos sanos no. Estar bien no duele, ni molesta, ni causa malestar ni zozobra, por lo tanto no es sencillo tomar conciencia de ese estado. Y es una pena, nos perdemos el placer de sentirnos bien, de disfrutar de todas las sensaciones que un cuerpo sano emite de continuo.

Aprender a posar nuestra atención en la respiración, en la sensación de los pies al andar (prueben a hacerlo descalzos sobre una alfombra o césped), en la frescura de la brisa en la cara con los ojos cerrados, en el aroma de una rosa, en el tacto del agua de la ducha en nuestra piel... es una manera de aportar salud y bienestar a nuestra vida que no requiere gasto, ni tiene efectos secundarios. No hacerlo nos priva de un alimento esencial capaz de neutralizar los potentes venenos, prisas y tóxicos con los que entramos en contacto cada día.

¿Alguna vez algún profesional sanitario le ha indicado que preste atención a su salud? bueno, parece que estamos a tiempo de empezar.



jueves, 2 de junio de 2016

No dar abasto


Foto Festival internacional de música y danza de Granada.





Es imposible dar abasto en estos tiempos rápidos que nos llenan los sentidos de ruido. Y en esa imposibilidad está la causa de nuestro agotamiento, que quema nuestros sueños en afanes mientras corremos desesperados hacia un horizonte que no conseguimos alcanzar.

Doctor estoy cansado, me dicen. Y yo les miro el alma comprendiendo que su sobrecarga es exacta a la mía y que sus fuegos arden con llamas que conozco. Creemos que podemos con todo, organizamos cada día en orden de batalla pero olvidamos algo, las heridas que inevitablemente irán apareciendo en la piel invisible del vulnerable corazón.

En una vida humana no caben tantos mundos, apenas alcanzamos alguno cuando por la noche nos perdemos en la celeste bóbeda que nos recuerda muda lo pequeños que somos. Queremos más y eso nos pierde. En las manos solo caben un par de puñados de arena, que contienen un tiempo limitado escapando a carcajadas sin que nada lo impida.

Parar y andar despacio es revolucionario. No serán las urnas las que cambien las cosas, lo harán los piés cuando descubramos que solo los pasos bien dados conducen a la vida.

Miro a sus ojos y les recuerdo que son reyes y reinas cuyo agotamiento es algo meramente accidental. Basta detenerse un instante, respirar hondo y regresar. Cuando lo hacemos recuperamos esa soberanía que los mercados se empeñan en quitarnos y hacemos del planeta un lugar algo más habitable.
 







Artículo publicado originalmente en el Huffington Post

miércoles, 1 de junio de 2016

Campaña #DaleVoz repensemos el modelo de investigación y desarrollo de los medicamentos








Un sistema que impide que una de cada tres personas tenga acceso a los medicamentos que necesita; que no invierte en investigar enfermedades que no son rentables; que impone precios excesivamente altos a los nuevos fármacos poniendo en peligro la sostenibilidad de los sistemas de salud; y que impone estrictas normas de propiedad intelectual impidiendo el desarrollo de medicamentos para enfermedades globales como el cáncer, el VIH o la hepatitis C...  NO ES SANO.



Ayúdanos a favorecer la reflexión:


http://noessano.org/es/dalevoz

Y en Twitter:   #DaleVoz











martes, 31 de mayo de 2016

¿Cómo evitar quemarnos con la vida?








Difícil cuestión en una sociedad con grandes mayorías en llamas. No deberíamos asombrarnos del dolor que generamos cuando nos rodeamos de fuego en lugar de jardines. Creamos estructuras sociales, familiares, relacionales, laborales... que arden, que no funcionan bien, que pierden mucha energía en forma de calor. Terminan recalentadas y surgen las llamas que con obstinación prenden nuestros sueño y nuestra paz mental. Veo con dolor como buenos compañeros caen a mi alrededor presos de un calor que ya no pueden aguantar. Veo como cientos de pacientes acuden a consulta suspirando por algo que alivie su tormento. Me pareció bien la idea del Vaticano de anular el purgatorio, no hacía falta irse muy lejos, lo tenemos aquí mismo.

Como médico me enfrento todos los días a la pregunta que hoy reflexiono. La vida quema y nuestras manos están hechas de un material terriblemente frágil.

Cuando sentimos algo quemado en nosotros, algo que nos produce una densa desazón, un malestar, un terrible cansancio tal vez sea prudente detenernos y mirarnos.



1. Parar. Apagar el ruído, desconectar pantallas y aparatos.

2. Caminar un rato, irnos a un parque o al campo. Sentarnos en silencio a contemplar algo bello. Tomar conciencia del momento y de nosotros. Respirar. 

3. Preguntarnos ¿qué está pasando? ¿qué sentimos? ¿de dónde vienen esas sensaciones, pensamientos o sentimientos? ¿qué hay debajo¿ ¿qué necesitamos?


¿Qué necesitamos? si hay malestar hay algo que necesitamos, de otra manera no sería necesario.


4. Volver a la tarea, si es posible un poquito más despacio, con algo más de conciencia.




Por supuesto la hoja de ruta es totalmente individual, tan solo pretendo apuntar cuatro sencillos movimientos que a veces pasamos por alto. 








Sobre burnout profesional: aquí.


domingo, 29 de mayo de 2016

Rebeldía





No podía más. Llevaba meses arrastrando un terrible cansancio. Se había sentido así otras veces pero no tanto tiempo. Su médico de familia no encontró nada destacable ni en la exploración ni en los análisis. Pero ella se levantaba agotada. Pasaba el día arrastrándose entre el trabajo y su casa. El ánimo terminó resintíendose, no le apetecía salir, ni tener sexo con su pareja. No le apetecía estar con sus hijos ni con sus amigas, tan solo aspiraba a tumbarse un rato en el sofá. Volvió a ir al médico que en esa ocasión la dejó hablar pese al lío que había en la sala de espera. Fue entonces cuando empezó a darse cuenta de que así no podía seguir. Vio las llamas, salían de ella misma y quemaban por dentro, asolando a su paso todo lo que tocaban. Estaba malgastando algo tan valioso que no tenía precio, su propio tiempo. Ya era bastante. Decidió levantarse, encarar su terrible malestar y atravesarlo. Cuando lo hizo se sorprendió de que todo era humo, una negritud ocre que la impedía mirar más allá. A medida que pasaron las semanas dejó atrás aquel desierto inmenso y volvió a sonreir. Costó, muchos padecieron con su sufrimiento. Había aprendido que la mayor rebeldía era crear, atreverse a construir el día desde cero, tomar conciencia de cada pequeño instante y así poder mantener la sorpresa y la gratitud. Había crecido, sus cicatrices lo anunciaban, miró al cielo sintiendo la brisa y respiró. Tenía otro día por delante para encarnar esa nueva rebeldía.




viernes, 27 de mayo de 2016

Vida, muerte y resurrección de la atencion primaria






Llevo oyendo durante años controversias sobre la atención primaria española. ¿Está muerta? preguntan algunos, "está en llamas" dicen otros. Lo cierto es que tras muchísimos años de presupuestos decrecientes, recortes, políticas de recursos humanos nefastas, desincentivación, buenismo sanitario y otros muchos problemas, la situación no pinta bien.

En el blog médico crítico reflexionan esta semana sobre el tema trayendo a la palestras documentos del King's Fund muy interesantes. Tuve la oportunidad de leerlos hace un par de semanas y confirman la tesis inicial, la situación no pinta bien para la atención primaria en ningún sitio.

El gran problema es que nadie sabe como resetear el sistema o por lo menos mejorar su maniobrabilidad. Se dicen muchas cosas en el plano teórico pero nadie ha aportado ninguna idea implementable que genere cambio y mejora.

Lo que sabemos es que los presupuestos van a seguir bajando y la complejidad asistencial subiendo. Inevitablemente va a haber una explosión pero cada político de turno lo único que trata es de evitar que le toque a él haciendo los mínimos cambios posibles. Por eso el decrecimiento presupuestario va tan despacio. Es la política de calentar ranas en la olla, no notan el calor hasta que están cocidas. No existe pues liderazgo porque el objetivo principal es que no me explote a mí. Vemos lo mismo con otras patatas calientes como la educación pública, las pensiones y otros muchos servicios.

Esta ausente de la plaza pública la necesaria reflexión social sobre qué mínimos y qué máximos queremos y nos podemos permitir en sanidad así como la priorización de servicios y la financiación de estos. Si la sociedad no lo piensa el mercado lo pensará por nosotros y no dude que será más caro.

¿Hemos pensado cómo transmitir esta reflexión a la sociedad? ¿Alguien ha pensado en cómo enseñar a la sociedad a usar y relacionarse con el sistema sanitario? ¿Hace falta algún rol profesional en el sistema que ayude a dirigir al paciente por el mismo y trate de aportar evidencia científica y calidad al uso del mismo? ¿Alguien se va a atrever a decirles a los ciudadanos lo que la sanidad puede hacer por ellos y lo que no?

¿Es posible incentivar y motivar a los profesionales? ¿Se puede evaluar la actuación de estos de una forma que aporte valor tanto a ellos como al sistema? ¿Se puede humanizar una asistencia sanitaria con profesionales quemados o con tiempos de atención al paciente subdesarrollados?

Soy optimista. Si la atención primaria sigue ardiendo, si consiguen terminar de quemarla, el sistema saltará por los aires a nivel presupuestario. Si no hay nadie que ayude a los pacientes a moverse por el sistema estos tenderán a solicitar pruebas diagnósticas, tratamientos y procesos en exceso, incrementando el sobrediagnóstico y sobretratamiento que nos invade. Crecerá la yatrogenia, los efectos secundarios y lo que el sistema y los ciudadanos tendrán que pagar. Ganará el mercado que venderá mucho más.

Tal vez en ese momento alguien piense, "¿y si creamos médicos que sean capaces de resolver el 90% de los problemas, asistan a los pacientes complejos en su comunidad y domicilio y permitan una atención de más calidad reduciendo pruebas y tratamientos innecesarios?". Tendrán que volver a inventar los médicos de familia y las enfermeras comunitarias que a esas alturas ya estarán totalmente quemados o extinguidos.




jueves, 26 de mayo de 2016

Destilar belleza













Se nos suele olvidar y lo pagamos caro. La belleza nos es imprescindible. Y no solo disfrutarla sino también ser capaces de tejerla, cantarla o dejarla volar.

Somos seres creativos capaces de alcanzar inspiración y transformarla en magia. Un soneto, una canción, una mirada o un destello. Lo sabes. Cuando dejas salir de tí esa luz experimentas una alegría y una liberación que alivian un instante tus cargas.

La tragedia del hombre es el olvido. Hoy la prisa, y los ídolos de la eficiencia, el dinero y el lucro nos hacen perder pie. Dejamos de crear y como plantas privadas de luz nos vamos marchitando. Cuando llegan los días de dolor gritamos y pataleamos. Suplicamos una pastilla que nos quite de encima el cetrino halo de congoja, pero no hay en el mundo pócima que consiga sacar a nadie de la profundidad de un pozo.


Me gusta aconsejar dietas ricas en belleza. Menús que incluyan grandes dosis de naturaleza, paseos, buena música y excelentes lecturas. Jornadas en las que no falten miradas profundas a los ojos que nos rodean, garabatos en nuestros cuadernos y alguna que otra nota manuscrita. El mundo nos colma de oportunidades para asombrarnos y no deja de invitarnos a crear. Destilar belleza es propio de la rosa que entrega su aroma a las corrientes, darnos cuenta de que compartimos esa vaporosa facultad es enormemente sanador. 






domingo, 22 de mayo de 2016

Los números irracionales







Había pasado la vida entrenándose para operar con números racionales. Sus padres la llevaron a los mejores colegios y cuidaron su educación hasta el extremo. Disfrutó de una vida ordenada desde que le alcanzaba la memoria. Cursó estudios de piano y finalizó sin gran esfuerzo una brillante licenciatura universitaria. Se especializó, terminó casándose con su novio de toda la vida y tuvo dos preciosas hijas. Aquella manchita negra que apareció en su abdomen lo cambió todo. Resultó ser un número irracional. Y lo peor es que no vino solo, le acompañaban muchos más. Los siguientes meses llenaron su casa de dolor, sufrimiento, enfermedad y el revoloteo de las pesadas sombras de la muerte. Nunca se había asomado de esa forma al abismo del yo, a esa parte insondable de sí misma. Había pasado los cuarenta y siete años de su vida cerca de la costa, no había navegado jamás en altura, le daba pánico. Ahora tenía que hacerlo contra su voluntad y lo que estaba encontrando no le gustaba nada. Comenzó a lamentar no haber mirado antes lo que había mar adentro, ni haber sacado todo el jugo posible a cada amanecer.






Иррациональные числа.

Он провел свою жизнь подготовки для работы с рациональными числами. Ее родители взяли ее в лучшие школы и уход за их образование до конца. Он наслаждался упорядоченного жизнь с самой юности. Он изучал фортепиано и достигается без больших усилий его высшее образование, он специализировался, в конце концов женился ее давний бойфренд и имел двух дочерей. Это черное пятно появилось на ее живот все изменилось. Она оказалась иррациональным числом. Хуже того, он пришел не один. Она сопровождалась многое другое. Следующие месяцы будут заполнены дом боль, страдания, болезни и развевались тяжелой тенью смерти. Он никогда не заглянул в бездну себя, к тому непостижимой частью себя. Он провел 47 лет своей жизни вблизи берегов, там никогда выпрыгнул море. Он был напуган. Теперь он должен был сделать против их воли. И то, что я находил не нравится. Он начал сожалеть, что не посмотрев перед этим был в море.


(Автоматический перевод, извините за ошибки)





jueves, 19 de mayo de 2016

Rescatar la dulzura


Ternura. Oswaldo Guayasamin





Agárrame bien/
Dentro de tu abrazo/
No hay caída./





La vida nos ofrece un amplio surtido de experiencias que vamos atravesando poco a poco. Desechamos algunas, nos quedamos con otras. Ese proceso de decisión es lo que  condiciona la luz de fondo de nuestra existencia, a veces radiante, a veces tormentosa. 

Todos sabemos que solemos ser hábiles para centrar la atención en el oprobio, la maldad y la injusticia. Siempre ha sido así y, aunque no nos guste demasiado, es lo que nos permite sobrevivir. Sin embargo esta costumbre llena nuestro espacio interno de basura y ruido, de restos macilentos que quedan pegados a las suelas y aportan hedor al caminar.

Los poetas y artistas nos recuerdan la importancia de rescatar la dulzura. En su propia experiencia comprobaron la utilidad de este contraveneno capaz de hacer brotar de nuevo el sentido y la belleza de los secos yermos de nuestras mesetas interiores. 

La enfermedad, sobre todo la larga o penosa, suele arrasar la delicada estabilidad que sostiene la existencia de los hombres. Los médicos prescribimos remedios y consejos que intentan restaurar la perdida armonía. Lo que no solemos hacer es favorecer el rescate de la dulzura, arte que se ha perdido tras décadas de favorecer la ciencia estricta y su poderosa hija: la tecnología. En tiempos pasados en los que la naturaleza y sus ritmos eran más importantes, al no estar disponibles otras alternativas, era más fácil recurrir a la capacidad sanadora de lo sencillo. 

Hoy me parece necesario volver a plantear la importancia de los elementos más sutiles de la sanación humana. La calidez y cercanía del profesional que acompaña a una persona en tiempo de enfermar, aconsejar un baño de bosque, un poco de música en directo, quizá un paseo. Tener la habilidad para destacar un detalle afortunado en el aspecto del paciente o en sus circunstancias vitales, saber situarse a la distancia adecuada y sostener con la intensidad justa. Permitir que en la consulta no falten unas flores, un apretón de manos y alguna sonrisa. Aprender a agradecer a la vida la posiblidad diaria de poder ayudar a otros, o intentarlo al menos. 

En el encuentro con el paciente no suelo atreverme a compartir un poema, mi pudor científico me lo impide. Pero no por ello dejo de darme cuenta del enorme poder de la poesía para ayudarnos a rescatar esa dulzura vital que tanta falta hace. Además de en mis cuadernos, dejo en ocasiones algún verso escrito en mi blog o en algún recodo de Internet. Trato de no olvidarme de algo tan importante. Sospecho que si soy capaz de recordarlo tal vez sea capaz de despertarlo en los demás, sobre todo cuando están enfermos que es cuando más se necesita. 













Contar la medicina en cómic y con-ciencia






Muchos tal vez no conozcan todavía a Mónica Lalanda, en ese caso permítanme presentarsela. Mónica es una médica de mucho talento. Compagina su trabajo en urgencias con dos de sus pasiones, la bioética y sus dibujos. Si buscan en google encontrarán información a raudales. Baste decir que acaba de publicar un libro Con-ciencia médica donde usando su inteligencia gráfica nos regala un buen montón de tiras de cómic que ayudan a reflexionar y tomar conciencia (médica). Hará las delicias tanto de estudiantes y residentes como de ímprobos galenos que acostumbrados a bregar con tediosos artículos científicos y largos manuales encontrarán de mucho agrado este formato tan visual. No se engañen, no es un libro para el público en general ni de fácil lectura. Muchas de las propuestas son duras, críticas y hasta mordaces al señalar conductas, hábitos y procedimientos incorrectos que los médicos hacen en contra de la ética, la deontología y el buen hacer. El único pero que le pongo es que se me quedó corto al leerse del tirón en poco tiempo. Es lo que tienen los cómic, su brevedad queda compensada por su intensidad.

No les digo más, atrévanse con estos 173 dibujos inéditos y encontrarán reflexión de calidad y más de una sonrisa.