martes, 2 de agosto de 2011

¿Qué tienen en común Vargas Llosa y Salvador Casado?



Si hay algo que compartimos Mario Vargas Llosa y un servidor es el placer de leer libros. La aventura de deslizarse por las páginas de papel que mediante algo tan etéreo como la palabra nos transporta a lugares, ideas o propuestas antes inaccesibles. Mario y yo a veces coincidimos en gustos. Uno de los últimos libros que ha leído el, lo estoy disfrutando ahora. Es la estupenda propuesta que Nicholas Carr titula Superficiales ¿qué está haciendo internet con nuestras mentes? Y que aprovecho para recomendar a Paco Traver que seguro le sacará punta.

Mario lo resume en un excelente artículo en el País. Tan solo añadir alguna pincelada. La primera recomendar la relectura de Marshal McLuhan, conocido quizá más por la generación anterior. Imprescindible en estos momentos. Su idea icónica "el medio es el mensaje" tiene máxima relevancia ante la avalancha de cambios que internet, las redes sociales y el nuevo armamento tecnológico implican para nuestras vidas.




La idea de Nicholas Carr se puede resumir en una frase. Internet multiplica la cantidad de información que llega a nosotros y nuestra capacidad de surfearla, perdemos profundización e aras de superficialidad.

Doy la razón al autor. Hace unas semanas conversando con uno de mis amigos más introspectivos, el dr. Abad Aguirr-Iturriotz, charlábamos de esto. Yo le contaba las maravillas de #salud2eus, un curso en la Universidad de Deusto que reunió a lo más granado de las redes sociales sanitarias. El me corregía diciendo que para su vida, sus cinco amigos y su familia le bastaban, no necesitaba más redes sociales para discurrir, ingeniar y producir ideas y novelas.

A nivel personal trato de potenciar el uso del cuaderno moleskine en detrimento de  ipads y otros gadgets. Respetar saludables periodos de desconexión en fines de semana y vacaciones,  rodearme de amigos y libros.Como decía Cicerón: "Si posees una biblioteca y un jardín, tienes todo lo que hace falta".

Quizá la milenaria sabiduría taoista nos de una pista con el símbolo del Tao. Ser capaces de congeniar inn y yang y permitir que rueden de forma armónica es el máximo reto. ¿Lo conseguiremos o pereceremos superficialmente en el intento?

1 comentario:

Jose Mateos dijo...

Muy buena entrada Salvador y aunque no conocía el libro ya estoy buscando donde comprarlo. Hace tiempo que vengo reflexionado sobre este tema porque yo también había notado que me cuesta cada vez mas leer libros de un tirón y que profundizo menos. Y ya se de algunos investigadores de neuropsicología que están intentando demostrar cambios en la forma en la que conseguimos asimilar los conceptos. Y mi respuesta personal es la misma que tu planteas tan acertadamente: desconectar de la red los fines de semana, leer un poco mas, forzaste a terminar artículos de investigación y no quedrte en la sinopsis ....Ademas es falso que este toda la información en internet, si abres algunos de los grandes manuales te puedo asegurar que esa información completa y recogida de forma tan exhaustiva todavía no esta.