miércoles, 28 de septiembre de 2011

¿Es posible una militancia sanitaria?



Está claro que el tiempo de las militancias terminó. Perteneció a la generación anterior, a los que vivieron la postguerra y la transición, a los que tuvieron que vivir en un sistema con libertades cohartadas.

En estos momentos gozamos de muchas libertades. Aparentemente somos más libres que nunca. Pero ¿es esto realmente cierto?

La crisis que están sufriendo los partidos políticos tradicionales y las religiones oficiales es un signo de los tiempos. ¿Qué está pasando?. Una posible respuesta es que apenas quedan militancias. Lo habitual es nadar en una indefinición ideológica, o más correctamente en una falta de implicación socio-política-religiosa.

¿Este hecho afecta a la salud?

Este hecho afecta a la sociedad, nos define una no-mititancia que se pone de relieve cuando únicamente un acontecimiento deportivo saca a la calle a miles de personas que ocupan muchas horas de su semana hablando, viendo o leyendo información de su equipo de futbol. La sociedad civil está inmunodeprimida como ya hemos dicho otras veces. La crisis ideológica y de militancias es otro síntoma que revela nuestra debilidad social. Y la enfermedad siempre suele rondar las debilidades.

Una persona que apoye su vida unicamente en los pilares familiares y laborales, hará crisis con más facilidad que otra cuya red social incluya una militancia activa en cualquier cosa, desde una ONG a un grupo de consumo.

¿Sería posible una militancia sanitaria?

El sistema sanitario es parecido a un sistema político. Una estructura de poder piramidal, un ideario (misión, visión y valores), un cuerpo de gestión y otro ejecutivo. Hay corrientes ideológicas (privatizar/no privatizar, copago/nocopago...). Y como en política, todo el mundo tiene su postura.

Encontramos también algunos militantes destacados de uno y otro perfil. Hoy destacaría dos, Juan Gérvas como ideólogo crítico que trata de proteger los derechos de salud del paciente evitando el encarnizamiento terapéutico y favoreciendo la prevención cuaternaria. Y Julio Mayol como cirujano innovador, trabajando en una línea de creatividad y en la construcción de redes sociales profesionales.

Sin embargo lo que impera en el sistema sanitario es la desidia, a imagen y semejanza del resto de la sociedad. Aquí no milita ni el Tato. Mas bien los profesionales se dejan llevar por la corriente, cansados de haber nadado en contra mucho tiempo.

Quedan pese a todo rescoldos. El próximo domingo se reune en Barcelona el Seminario de Innovación 2011 con un nutrido grupo de brasas calientes, juniors y seniors aportarán sus intuiciones sobre prevención cuaternaria. Gracias a esto aun puedo decir que hay esperanza en Sanidad.


3 comentarios:

Juana dijo...

Siempre hay esperanza, no hay que olvidar:

"Nunca dudes que un pequeño grupo de ciudadanos pensantes y comprometidos pueden cambiar el mundo. De hecho, son los únicos que lo han logrado."
Thomas Sowell

Y esto es así desde la época de Jesucristó o más allá, que mira la que liaron entre 12 tipos y él .... ¿qué no podemos liar nosotros? que tenemos hasta Internet ....

Además ya sabes "no es que estés deprimido, es que estás distraido" .... ¡a poner atención en lo que hacemos! .... yo la primera, que tengo un despiste crónico de cuidado.

Gilbertman dijo...

Sí, yo creo que es posible, y además necesario.

Porque la militancia sanitaria determina una forma de concebir el mundo de la salud desde tu perspectiva ideológica.

Y se debe tomar partido, si no queremos que otra ideología tome el poder.

Yo me alineo con aquellos que creen en una sanidad pública para tod@s, con una gestión eficaz basada principalmente en la potenciación de la Atención Primaria, que no pierda como centro el paciente, y la humanidad como vía de comunicación con él, pero que pueda utilizar todos los sistemas actuales para cominicarnos, como las redes sociales y las tecnologías de información y comunicación.

Un abrazo.

La consulta del doctor Casado dijo...

La fuerza que transmite un pequeño grupo efectivamente puede mover montañas. Las está moviendo.

No hay nada más motivador que rodearse de gente ilusionada.

Transmitir entusiasmo solo es posible si lo sentimos.

Gracias por ser buenos ejemplos.