martes, 12 de mayo de 2015

¿Ayuda a la paciente recibir un diagnóstico de fibromialgia?


Pierrot y Arlequín por Pablo Picasso



Por fibromialgia entendemos un síndrome de dolor miofascial que produce sufrimiento y limitación funcional en quien lo padece. No tiene causa conocida ni tratamiento modificador del curso del proceso. Es una de esas situaciones en las que no somos capaces de saber qué está pasando dado que los análisis y pruebas diagnósticas son normales y no hay daño orgánico que podamos detectar. Por otro lado produce mucha frustración tanto en los profesionales sanitarios que no conseguimos curar el proceso ni apenas aliviarlo como en quien lo sufre y sus familias que ven que no consiguen la ayuda y el consuelo que solicitan.

Recibir un diagnostico de fibromialgia es una faena por las razones esgrimidas y por ser un condicionante inverso. Un médico que reciba a una paciente con esa etiqueta diagnóstica se echará las manos a la cabeza y tratará de escabullirse lo antes posible. A nadie le gusta fracasar en lo que hace y enfrentarse a este diagnóstico suele ser descorazonador para los galenos, por lo que huyen de él como de la peste.

¿Ayuda a la paciente recibir un diagnóstico de fibromialgia? si un diagnóstico no proporciona un tratamiento efectivo y puede predisponer al personal sanitario en tu contra parecería sensato replantearse la utilidad del mismo.

1 comentario:

Jordina dijo...

Buenas tardes,

Agradezco la sinceridad del dr Casado y que ponga de relieve la situación que sufren los médicos al tener un paciente con fibromialgia.

Pero decirle que si hay alteraciones de carácter neurológico, bioquímico, vírico, tóxico que se pueden objetivar en estos pacientes, al igual que si hay tratamientos paliativos que se pueden ofrecer.

Recibir un diagnóstico ayuda a entender que le pasa a una persona que está enferma, también a concederle derechos como ciudadano enfermo (ej. baja laboral, medicación, etc), al igual que también sirve para orientar el tratamiento, aunque no sea curativo pero si paliativo, y sinó almenos a no producir daño con el tratamiento que en estos pacientes se ha comprabado que es contraproducente.

Estoy de acuerdo que falta formar a los profesionales sanitarios, además de que está subinvestigada (un 7 por ciento menos que otras enfermedades cuando su prevalencia es elevada) pero mientras se sigue luchando por ello, hay que seguir atendiendo a estos pacientes y de forma correcta, o almenos sin producir más daño, y no dejarles en un desamparo médico, legal, social y económico como estan sufriendo en la actualidad.

Sólo añadir que esta enfermedad cocurre frecuentemente con otras con las que comparte un tronco común como son el síndrome de fatiga crónica/encefalomielitis miálgica y la sensibilidad química múltiple y en la actualidad no se estan diagnosticando. Hay criterios específicos diagnósticos para las tres enfermedades.

Muchas gracias por poner de relieve la situación en la que se encuentran los profesionales sanitarios ante esta enfermedad.

Jordina