lunes, 30 de noviembre de 2015

Creatividad y profesionales de la salud




Los profesionales de la salud serán creativos o no serán.




Fernando Fabiani es uno de los médicos de familia españoles con mayor caché creativo. Es actor y director de teatro entre otras muchas cosas. Habrá que estar atento a la iniciativa DES-enfermando que impulsa y a sus proyectos drámaticos y editoriales que compartirá con nosotros en los próximos meses.

Por si alguien lo dudaba hay otra forma de hacer las cosas, y de contarlas.







domingo, 29 de noviembre de 2015

Relato dominical: La sexóloga.



 Estudio de desnudo. Eugéne Delacroix





Nunca habría podido imaginar que su sexo no estaba principalmente entre las piernas como llevaba años creyendo sino encima de los hombros como le explicó su doctora. Toda la vida le había ido bien con ese tema. No era de los que lo sacara en la conversación ni de los que gustaban de pavonear sus hazañas a diestro y siniestro. Le funcionaba y punto. Con criterios estadísticos tal vez podríamos decir que se salía de la media nacional en cuanto a complexión anatómica y uso y disfrute del asunto tanto en primera como en segunda persona. Sus parejas habitualmente terminaban el encuentro agradecidas. Por eso estaba tan preocupado, su nivel de ansiedad no había estado tan alto ni siquiera cuando tuvo el accidente de coche ó en aquella discusión con su padre tras la que estuvieron años sin hablarse. Hizo de tripas corazón y pidió cita a su médica de familia quien después de realizar una historia clínica completa le expuso claramente que el problema estaba en la cabeza. Aquella  nueva novia escultural con la que llevaba un mes saliendo le producía tal deseo de cumplir que le desbarataba el sutil mecanismo que inyecta sangre en semejantes partes. ¿Tan sólo es eso doctora? pregunto incrédulo. La recomendación fue sencilla de entender, programar una semanas de encuentros sexuales que incluyesen todo tipo de picardías pero evitaran el coito para bajar así el dichoso bloqueo que producía el entuerto. En diez días estaba como nuevo, agradeció tener una facultativa tan competente. 

viernes, 27 de noviembre de 2015

Los siete doctores






'Los mejores médicos del mundo son Doctor Dieta, 
Doctor Quietud y Doctor Alegría' Jonathan Swife




Los médicos más poderosos del mundo están más cerca de ti de lo que crees. Disponibles las veinticuatro horas del día. No los encontrarás mejores.

Tan solo tienes que recordar que su medicina es imbatible, gratuita y fácil de conseguir. Te proporcionarán remedio tanto a ti como a aquellos que quieres.


No los alejes de la vida, más bien hazte amigo de ellos y consulta siempre que la inquietud te alcance. Su opinión te servirá de ayuda.


  1. Dieta,
  2. Movimiento y reposo
  3. Comunicación y silencio
  4. Alegría,
  5. Amor,
  6. Creatividad,               
  7. Conciencia.




Los siete doctores:


La doctora dieta nos recuerda que los alimentos siempre han sido la mejor medicina. Que mejorar lo que comemos es una estupenda manera de cuidarnos. Qué los excesos y faltas de atención con la alimentación nos suelen salir caros. Alimentarse de productos frescos, priorizar los de origen vegetal, tomar conciencia y disfrutar del momento de comer son sugerencias que aportan salud.

El doctor movimiento nos explica que hay que levantarse más de la silla. Nuestro cuerpo está hecho para moverse y desplazarse. Somos delicados mecanismos calibrados para correr y caminar, jugar y hacer deporte. Sin movimiento nos deterioramos y los huesos y articulaciones terminan molestando. Su hermano gemelo el doctor reposo invita a cuidar el descanso tanto del cuerpo como de la mente. Ser cuidadoso con la forma en que nos relajamos y dormimos es básico para poder retomar fuerza y energía para nuestras labores.

El doctor comunicación habla por los codos. Nos anima a contar lo que pensamos y sentimos. Dice que escribir es realmente necesario como también pintar ó cocinar viandas. Cualquier forma de comunicación alivia el alma. Desahogarse con la palabra es buena medicina, aprender a hacerlo con silencios también. Por eso gusta de venir acompañado de su gemelo el doctor silencio que es muy bueno escuchando. Anima a buscar momentos tranquilos para alejar la perniciosa contaminación del ruido de fondo que tanto daño hace.

La doctora Alegría siempre está sonriendo e invitándonos a hacerlo. Es muy agradecida y llena de frescura aquellos lugares que frecuenta. Invitarla a nuestra vida es una buena apuesta dado que es altamente contagiosa y hace que penas y preocupaciones se retiren.

El doctor Amor siempre ha suscitado pasiones. Cuando está ausente la vida se nos desinfla un poco. Nos anima a expresar lo que verdaderamente sentimos y a cultivar aquellas relaciones y actividades que más no enamoran.

La doctora creatividad trata permanentemente de encontrar nuevos caminos. Gusta de hacer las cosas con ingenio y de realizar nuevas combinaciones para no repetir patrones conocidos. Es muy buena medicina para mantenernos ilusionados y cultivar el asombro.

La doctora conciencia gusta de prestar atención al momento presente. De esa forma deshecha quedarse pegado a los recuerdos del pasado y ser absorvido por la incertidumbre del futuro. Nos ayuda a sentir con más intensidad lo que la vida nos presenta y a caminar con más serenidad cuando nos aprieta la tormenta. Cuando somos muy conscientes es más sencillo aceptar lo que el presente nos enseña. No podemos alejarla mucho de nosotros sin terminar dormidos.



Los siete doctores son en realidad nueve pero si bien lo piensas hay muchos más que sólo tú conoces. Invítalos a tomar un té contigo y acudirán contentos para que tú también lo estés.




Como ves hay alternativas a la hipermedicación y al uso excesivo de los servicios y productos sanitarios. Siempre que puedas habla con el doctor sentido común, su palabra es digna de escucharse.



Vector de Infografía diseñado por Freepik


miércoles, 25 de noviembre de 2015

¿Cómo te gustaría morir? La importancia de construir una pedagogía de la muerte.







(Recomiendo dejar esta música de fondo para acompañar la reflexión. Tómese su tiempo con cada pregunta del cuestionario, lo merecen.)




Las preguntas que planteamos en el cuestionario anexo son un interesante ejercicio. Permiten reflexionar sobre la propia muerte y de este modo revindicarla como algo personal. Si uno no hace suya su muerte esta le es escamoteada. Otros decidirán por él.


Nuestra vida se reconoce por su muerte, sin ella no hay sentido posible como no hay música sin silencio.


Aprender a relacionarnos con ella desde mucho antes que acuda a nuestro día es la mejor manera de reconocerla y dejar de sentir pánico frente a algo que es íntimamente propio.



Hace falta una pedagogía de la muerte, una manera de enseñarla, un método para poder acercarse a esa realidad sin un exceso de miedo ó emoción de difícil manejo. Nuestro entorno no nos lo facilita pero cada cual es capaz de conseguirlo si se atreve a mirar dentro. Hemos dejado atrás millones de células, hemos cambiado varias veces la totalidad de los átomos que nos conforman. Somos una levedad que avanza por el tiempo aprendiendo y descubriendo mundos. Saber que ese viaje necesariamente tiene un horizonte, una transmutación, nos aporta una información básica. No nos podemos permitir delegar la elección, en una vida no caben todas las posibles. Ser limitados nos obliga a elegir bien. Los besos que no damos, las músicas que no escuchamos, los paseos que no disfrutamos se perderán inevitablemente.


El arte y la poesía nos pueden ayudar. La naturaleza y la belleza que nos rodea también. La impermanencia es inherente al universo a la par que la insondable grandeza del tiempo y el espacio. Tal vez no lleguemos a las respuestas últimas pero al atrevernos a ir tejiendo preguntas la música que surja nos irá acompañando.










domingo, 22 de noviembre de 2015

Palabras mortales


Eran tiempos oscuros
Olvidaron el poder de la risa
La fuerza natural de la palabra.


Se refugiaron entre pesados muros
En artificiales paraísos de silicio
Pero allí dentro no había sol.


En esa tierra sin poetas
Se agostaron los gozos y las sombras
Sólo quedó el olvido.







Aprendió de pequeña el enorme poder que encierran las palabras. Sus padres no la pegaron nunca, tampoco la chillaron, algo inaudito siendo ambos seres desesperados. Trabajaban como actores en lo que les salía, no fueron tiempos fáciles. Aprendió a modular con pocos años, tuvo que espabilar para sobrevivir. El ambiente del barrio y del colegio era completamente hostil para una niña flaca y debilucha que hubiera sido carne de cañón sin un arma tan potente como aquella. Tenía una gran sensibilidad con las palabras, las llegó a conocer y a sentir de una manera antigua como si fueran seres vivos, entes complejos que requieren cuidados. Fue aprendiendo a distinguir las que daban vida de las que la quitaban. Comprendió que eran su única posibilidad, la única salida disponible. Tenía siete años cuando comenzó a declamar. Supo aquella tarde de noviembre que ya nada sería igual. Nadie volvió a pegarla. Se transformó en un ser implacable capaz de movilizar las emociones más terribles. En su mundo habitaban la violencia y el horror, la fuerza bruta y la inmundicia. Cuando entendió que todo era nombrable recuperó el poder que en el principio de los tiempos obstentó Eva. La primera criatura que fue capaz de dar vida y dar muerte con algo tan etéreo, de doblegar al hombre y de engañar a Dios y también al diablo.



Dedicado a Roberto Sánchez, él sabe por qué.

http://youtu.be/fT1QUX0iVIY

sábado, 21 de noviembre de 2015

Prescribir gratitud

Among the waves, 1898. Feodosiya, Aivazovsky National Art Gallery





Agradezco profundamente que mis pacientes verbalicen que comprenden lo que les explico en consulta ó las propuestas ó cuidados que les propongo. Suelo aprovechar esos momentos para hacer evidente el gran poder de la gratitud para ayudarnos a ser un poco más felices.


No es posible sentir enfado y gratitud a la vez.



Tomarnos un instante para sentir y valorar algo que merezca la pena agradecerse es un punto de partida para mejorar nuestra climatología interior.

El hermano David Steindl-Rast lo cuenta estupendamente en esta charla TED.







viernes, 20 de noviembre de 2015

Influir en salud desde la integridad







Busquen cualquier tema de salud en Google y obtendrán información en la primera página que les responderá vendiéndoles mil cosas. Aparecerán montones de propuestas para tratarlo, terapias novedosas, prestigiosas clínicas. Cada vez es más difícil informarse correctamente rodeados como estamos de medios de comunicación de masas y digitales que son potentes herramientas de marketing y venta. Todo el mundo trata de vender algo y esto provoca inevitables conflictos de intereses.

Por otro lado damos más visibilidad a los programas de tertulias, a la prensa del corazón y los medios de comunicación amarillistas que a profesionales cualificados. Nos interesan más los chismes y cotilleos que las fuentes de información serias y fidedignas. Pero ¿qué es una fuente de información de salud fiable? ¿cómo saber reconocerlas? No es fácil responder pero me animo a dar algunas pinceladas.


1. Una fuente de información sobre salud fiable visibiliza su patrocinio y su conflicto de intereses. Explica quién gana dinero con la misma.
2. No hace propaganda directa de productos o servicios.
3. Si recomienda productos o servicios explicita si recibe compensación económica ó de otro tipo por hacerlo.
4. Basa su información y recomendaciones en evidencia científica contrastable y de calidad. Lo que no incluye estudios mal diseñados, sesgados, basados en variables subrogadas u otro tipo de estrategias usadas por los potentes entramados industriales sanitarios.
5. Expone los posible inconvenientes ó efectos indeseables del producto, servicio ó recomiendación dada.


Por otro lado no es lo mismo dar una recomendación siendo médico con consulta privada (con necesidad de más pacientes) que con consulta pública (donde preferiría tener menos). Siendo farmacéutico en farmacia comunitaria (con necesidad de aumentar ventas) que contratado por una gerencia de atención primaria (sin precisar vender nada). Siendo fisioterapéuta privado que con consulta en atención primaria. Hay un matiz como pueden presuponer.

Potencialmente todo profesional sanitario o periodista de salud puede informar correctamente. La realidad nos dice que la integridad no es la misma para todos.







miércoles, 18 de noviembre de 2015

Medicina de urgencias. El manual.







Llevo unas semanas repasando temas de medicina de urgencias, asignatura que nunca pasa de moda para ningún médico asistencial. En esta ocasión me he ayudado de la última edición (2016) del manual de Medicina de Urgencias que coordina el doctor José Javier Cota y edita Panamericana. Como suele ser habitual en estos manuales el esfuerzo de recopilación y síntesis es mayúsculo. La lista de autores es larga y prestigiosa, el índice de temas amplio y generoso y el texto de más de 1400 páginas un barco sólido para aventurarse en esta disciplina con buenos fundamentos.

Los 248 temas que constituyen la obra han sido diseñados para aportar una visión práctica con textos lo razonablemente breves como para dar respuesta adecuada a los diferentes escenarios clínicos que se presentan en la urgencia. El manual permite tanto el estudio sosegado como la consulta rápida en el despacho de la puerta de urgencias, de atención primaria o en cualquier escenario con pacientes. No encontrarán mucha paja. Los médicos de urgencia están habituados a trabajar bajo presión y siempre han necesitado herramientas rápidas para comprobar un dato, un diagnóstico diferencial o una tabla concreta. El formato del libro no permitirá llevarlo en la bata, son casi dos kilos de papel, pero sí tenerlo lo suficientemente cerca como para sentirnos seguros si precisamos alguna vez un repaso rápido de un tema.

La Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias presta su logotipo a la portada garantizando la calidad de la obra cuyos autores pertenecen a lo más granado de esta disciplina.


martes, 17 de noviembre de 2015

La revolución semántica de la salud








Hoy la salud es una mercancía más. Algo que se compra y se vende en el mercado. Los sistemas sanitarios se han hecho muy complejos. Obedecen a intereses no siempre claros, o tal vez sí. Pregúntense quién sale ganando y tendrán las respuestas. Hay que vender servicios y productos sanitarios. Pruebas diagnósticas, tratamientos y mucha tecnología. "El centro es el paciente" dicen, pero si caen enfermos sabrán que no es así. El centro es otra cosa.

Ha llegado la hora de plantear una revolución. Tengan por seguro que el actual estado de cosas no es posible arreglarlo. El paradigma actual se basa en la enfermedad y no en la salud. Está diseñado para detectar enfermedades, diagnosticarlas, etiquetarlas, visibilizarlas, anunciarlas, potenciarlas. Para a continuación atacarlas, enfrentarlas, eliminarlas, controlarlas, doblegarlas. Usará para ello todos los medios disponibles, cada vez más caros, cada vez mas sofisticados, cada vez más numerosos. No dudará en etiquetar a todas las personas que pueda como enfermas, y por si fuera poco entre los sanos rescatará un buen montón de factores de riesgo para animar la cosa y medicalizar uno poco más si cabe. Si tiene riesgo de enfermar es que ya está enfermo. No dude en empezar un nuevo tratamiento, su salud está en juego.

Unos pocos profesionales sanitarios vemos que así no vamos por buen camino, que tal vez haya otra forma de entender las cosas. Proponemos una revolución semántica que no usará pistolas. Recurrirá a algo mucho más potente: las palabras. Si las cargamos de significado serán capaces de abrirnos nuevos horizontes. ¿Sería posible atender al ser humano haciendo palanca en su lado sano en lugar de en el enfermo? ¿Podemos entender que salud y enfermedad son dos facetas trenzadas no susceptibles de ser separadas? ¿Nos atreveríamos a recordar que la capacidad de equilibrio (homeostasis) de los seres vivos es lo que lidera el proceso de sanar? ¿Nos daremos cuenta de que la salud y la enfermedad son parte de la vida y por lo tanto no deberían mercantilizarse?

Si voy al médico con la nariz llena de mocos, estornudos y malestar general me diagnosticará un catarro (enfermedad) y saldré con una receta de paracetamol en la mano. Tal vez llegue el momento en que alguien me diga que tengo un proceso adaptativo respiratorio (salud), que pasará en unos días, que las molestias no son peligrosas y que me puedo aliviar con medidas sencillas. Si voy al centro de salud con diarreas y vómitos seguramente me diagnostiquen una gastroenteritis aguda (enfermedad) y me den una dieta. Tal vez llegue el momento en que me digan que tengo un proceso adaptativo digestivo (salud), que pasará en unos días y para el que necesitaré hidratarme y cuidar la dieta.

El tiempo de enfermar es un tiempo de adaptación que busca recuperar la salud. La mayoría de las veces lo consigue de forma natural, en otras hay que buscar ayuda. Pero varía mucho la película si etiquetamos la enfermedad ó si hacemos lo propio con la salud.

No seremos tan retorcidos de considerar el infarto de miocardio, el cáncer de colon ó la diabetes como inocentes procesos adaptativos. No cabe duda de que son enfermedades serias que han superado la capacidad de adaptación natural produciendo daños presentes y potenciales. Las seguiremos llamando enfermedades, tiempos de enfermar. Pero incluso estos graves problemas encierran su parte de salud, de buen funcionamiento, de equilibrio, como saben aquellos que las padecen. Es posible sacar una sinfonía de debajo de una sordera ó una sonrisa tras una quimioterapia. Las cosas no son tan simples como los manuales médicos explican.

Con respecto a los factores de riesgo daríamos un giro copernicano. No bastará con tener colesterol, tensión alta ó acido úrico para estar enfermo. Nos ayudaremos de las matemáticas para explicar su significado relativo.

No soy capaz de ver la solución completa, tan solo adivino que hay otras formas de respuesta, de entendimiento, de toma de conciencia. Si nos creemos que las personas son el centro de los cuidados de salud tal vez haya que cambiar muchas palabras para no quedarnos solo en la apariencia.



Esta reflexión es fruto de una conversación con el doctor Fernando Casado, si les ha provocado algún eco o les ha ayudado a reflexionar es mérito suyo.






Puedes participar respondiendo estas diez preguntas:





La medicina es una cuestión de perspectivas






"No hay enfermedades sino enfermos"...


Pese a los años que tiene la frase muchos profesionales sanitarios todavía no hemos sido capaces de entenderla. Sobre todo porque encierra una trampa pese a ser cierta. Cada persona tiene muchos registros, muchos rostros, muchas perspectivas. Aprender a contactar con ellas, descubrirlas, desvelarlas es un reto para el que la mejor herramienta sigue siendo la comunicación. Ese viejo arte tan denostado en nuestra época porque requiere tiempo, tiempo en abundancia. Y eso es caro, y no nos lo podemos permitir. ¿Ó tal vez sí?



No hay enfermedades sino enfermos.

No hay enfermos sino distintas perspectivas de nosotros mismos que fluyen en el tiempo de enfermar. 


lunes, 16 de noviembre de 2015

Poesía revolucionaria






No son las palabras las que salvan/ 
Son los silencios hijo,/ 
Por eso la noche y el invierno/ 
Son la fuente del día y de la primavera./



Ustedes me perdonarán pero llevo todo el fin de semana escribiendo poesía. A algunos les da por las tertulias, a otros por las diatribas, un servidor precisa de grandes dosis de lirismo cuando el rumor de la ciudad llega hasta el silencio donde habito.

El nivel de conciencia social en nuestra época es muy escaso. Vivimos bajo la doctrina del shock y cada poco tiempo una foto impactante, una desgracia, algún fenómeno climatológico deletéreo o la habitual barbarie de la especie nos inoportuna con un chispazo de dolor que nos hace revolvernos un poco en nuestras cochiqueras. En esos momentos todo el mundo tiene algo que decir, buscamos la forma de compartir la desazón y de aliviarla. Al poco continuamos hozando tranquilos en nuestros múltiples menesteres.

No es verdad que lo que creemos que es la realidad sea toda la realidad. Hacen falta más grietas para que entre la luz.

Por último les confesaré que soy de los que creo que la poesía es más revolucionaria que las bombas. Cuando serví en el ejército disparé armas automáticas y sé que hacen mucho ruido. También he musitado versos al oído siendo testigo de como estos han transformado piedras en antorchas.

Como médico no me he atrevido aún a rescatar en consulta el poder sanador de la poesía. Algo me dice que ese tiempo se acerca. Dejaremos de hacer esta terca guerra a la enfermedad y aprenderemos que la salud tiene mucho más de verso que de consejo vacuo. Dejaremos de hacer la guerra a nuestra pareja o al vecino, a aquellos pérfidos lejanos, al diferente, y recordaremos que son a penas un reflejo de nuestra propia realidad. Ellos eran nosotros.


Caen torres, caen imperios,
Y una infinita muchedumbre
Zarandea una inquietud oscura
Sobre calles sin nombre
En cientos de ciudades.

No nos angustia el crepitar,
La aridez de las fotos,
Los discursos abruptos,
Es algo mas profundo
Aparentemente intrascendente
Velado en el silencio
Casi oculto a los ojos.

Tememos algo cercano y vaporoso
Tejido íntimamente a lo que somos
Invisible y flamígero,
Etéreo y abismal.
Esta sin razón pura que nos forma
Esta levedad adusta y mal criada
Que se escapa tenaz de entre las manos.
Este tiempo liquido inasible,
Esta soledad inmensa de la que somos reyes.

Te llamarán a filas, te pedirán que luches,
Pero recuerda al fin que el enemigo
No es mas que la sombra que te lleva siguiendo
Desde que desnuda llegaste a estas estepas,
Y que una vez vencida y humillada
Desaparecerá llevándose tu vida.

Quédate a mi lado otro ratito
Caminemos despacio bajo la luz de otoño
Cuéntame qué te aflige y escucharé tu historia
Es en ella donde reposan las respuestas
Que andas buscando tanto tiempo.
Yo no te diré nada, ya tienes lo que ansías,
Tan solo paseemos, es la mañana joven
Y tan breve la vida.
















Empezaste con gritos,
-Elijo la palabra.
Diste cientos de golpes.
-Elijo la palabra.
 Sacaste una pistola.
-Elijo la palabra.
Estallaste una bomba.
-Elijo la palabra.
Y si me quitas las palabras
te daré mi silencio
que diciendo muy poco
no dejará de hablarte. 




Vous avez commencé à crier,

-Je choisir le mot.

Gave centaines de hits.

-Je choisir le mot.

  Vous avez retiré un pistolet.

-Je choisir le mot.

Vous exploser une bombe.

-Je choisir le mot.

Et si vous prenez mes paroles

Je vais vous donner mon silence

que dire très peu de

ne manquera pas de parler.
You started yelling,

-I choose the word.

Gave hundreds of hits.

-I choose the word.

  You pulled a gun.

-I choose the word.

You exploded a bomb.

-I choose the word.

And if you take my words

I will give my silence

that saying very little

will not fail to speak.


هل بدأت في الصراخ،

-i اختيار كلمة.

قدم المئات من الزيارات.

-i اختيار كلمة.

  كنت اخرج مسدسا.

-i اختيار كلمة.

كنت فجرت قنبلة.

-i اختيار كلمة.

وإذا كنت تأخذ كلامي

سأقدم بلدي الصمت

هذا القول سوى القليل جدا

لن تفشل في الكلام.

.

domingo, 15 de noviembre de 2015

Relato dominical: Las cruzadas



Papa Innocencio III excomulgando los Albigenses - 
Masacre de albigenses por cruzados 1332-1350 Cronicas de San Denis







 (Recomiendo leer con la música de fondo que anexo en el vídeo)


Pesada es la tela/
Que la realidad vela/
A nuestros pobres ojos./

Pero si escuchas bien/
Hay un rumor muy quedo/
Un corazón que aguarda./





Cuando uno escupe al cielo sabe a lo que se expone. No es lícito llevarnos las manos a la cabeza cuando nuestras acciones y omisiones generan tanto dolor en otros y recibimos el peso de la ola que nos devuelve esa iniquidad en formas detestables. Nuestra historia es terrible. Provenimos de tiempos de marasmo, hambre y sufrimiento. La levedad que nos conforma se ha tejido con hebras oscuras trenzadas con otras de color y de luz. Hemos participado en cruzadas sin saber que nos atacábamos a nosotros mismos. Hemos hecho la guerra a esa parte tierna y vulnerable que cada cual lleva en la mano como un globo la niña por el parque. No lo hemos entendido. Los demás somos nosotros mismos. Esa piedra en el camino determina que este universo sea precisamente este universo. Si no existiera nosotros tampoco podríamos hacerlo. Cuanto más esa insignificante mosca que en esta tarde  te importuna ó aquel viajero que escapa de la muerte y pasa a tu lado en la ciudad sin que lo sepas. Me dicen al oído que hemos sufrido un terrible atentado, que somos vulnerables, que estamos rodeados. Les respondo tranquilo que siempre lo estuvimos. Solo nos queda este silencio para llenarlo de poesía, de ideas, de belleza tranquila.










sábado, 14 de noviembre de 2015

¿Podemos permitirnos que un cubata sea más barato que una ambulancia?






Estamos locos. En este país se está abusando del sistema sanitario y, tal y como están las cosas, no nos lo podemos permitir. Un porcentaje de usuarios hace un uso indebido, excesivo ó manifiestamente incorrecto de la sanidad. Cuando en la vida se abusa de algo ó de alguien, este se resiente, daña y la cosa suele terminal mal. Si los recursos son finitos, los excesos harán que no haya para quien verdaderamente lo necesita.

  • Es común ver que personas con un catarro, diarrea y otros síntomas menores acudan a una urgencia hospitalaria. 
  • Es común ver como personas con algún problema administrativo (una receta, un informe, un parte de baja...) acudan de urgencia, sin cita, a un centro de salud.
  • Es común ver como muchos acuden al centro de salud para consultar cuestiones mínimas (un granito que me salió por la mañana, un picor de garganta desde anoche, dos deposiciones blandas desde hace unas horas...). 


El doctor Miguel Gonzalez nos comparte la historia que da pie a esta reflexión. A un adolescente le sale más barata la borrachera que el uso de una unidad de urgencias y personal sanitario, no sanitario y de limpieza. No me planteo aquí juzgar la conducta de este joven, tan solo me hago una pregunta: ¿Sería adecuado pasarle la factura de estos gastos?






viernes, 13 de noviembre de 2015

Los pupitas









Una nueva tribu urbana frecuenta las consultas de los médicos de familia. Son jóvenes de 18 a 35 años que piden cita inquietos ante la aparición de un grano, un manchita en la piel, un mínimo discomfort abdominal ó una molestia en el hombro derecho al adoptar alguna postura inverosímil. Vienen angustiados. Han hecho el esfuerzo de paralizar sus agendas para acudir al centro de salud donde esperarán con paciencia ser atendidos y calmados. Siempre ha existido gente con cierto perfil hipocondriaco y tendencia a preocuparse de forma desproporcionada ante ciertas sensaciones corporales normales ó pequeñas molestias. En casi todas las familias siempre ha habido un pupitas que acudía a sus mayores a la mínima, incluso cada cual se habrá preocupado alguna vez más de lo habitual ante un pequeño síntoma inespecífico. Lo que nos llama la atención a los profesionales sanitarios es que las consultas por este tipo de motivo son cada día más frecuentes, sin llegar a ser una epidemia si es muy llamativo. No puedo aportar datos cuantitativos salvo la encuesta europea de salud que indica que cada vez se consulta un poco más al médico y nos percibimos un poco menos sanos.

Parte de estos pacientes, los más jóvenes, han vivido infancias en las que han tenido múltiples contactos con el sistema sanitario. En el medio urbano en el que trabajo es raro encontrar historias clínicas de niños menores de 14 años que tengan menos de 10 enfermedades reflejadas, además de las revisiones del niño sano, vacunas, etcétera. Esto podría explicar la creación de un reflejo condicionado que nos haga consultar con el sistema sanitario a la mínima. Pero hay más. El fenómeno es muy complejo. Probablemente podamos rescatar la influencia de la crisis, el aislamiento social, y la pérdida de soberanía personal de los que delegan con más facilidad los cuidados de salud al sistema sanitario. Para algo pago mis impuestos.

Lo malo de esta historia es que todos sus actores terminan perdiendo como en los dramas clásicos. El paciente pierde su tiempo y su capacidad de responsabilizarse de sus propios cuidados de salud ante molestias leves, la sociedad pierde dinero al dedicarse el tiempo de los médicos a asuntos que no deberían consumirlo y los facultativos ven como su paciencia se volatiliza en sus ya sobrecargadas consultas.


Este texto está redactado a cuatro manos por Fernando Casado Campolongo y Salvador Casado.


Publicado originalmente en el Huffington Post

miércoles, 11 de noviembre de 2015

La hipótesis de la muerte como asíntota





Pese a los recortes, la crisis institucional, el paro y otros monstruos, disfrutamos de un otoño glorioso. Eso me facilita el privilegio de poder entablar conversaciones de alta calidad con amigos en las que nos regalamos un buen rato de agradable caminata al sol por preciosos parajes naturales. Algo potencialmente asequible a todo el mundo pero que pocos eligen como opción. 

Esta semana hablaba con el escritor Nicolás Fabelo sobre la muerte. No sé cuando tuvieron ustedes la última conversación sobre el tema. A mí me pasa como a Woody Allen o como a tipos como Kierkegaard o Nietzsche, no me puedo quitar el tema de encima. Esto no es tan malo como parece, al revés, nos permite tomar nuevas perspectivas de la vida. Volvamos al grano, la muerte es el limite de todo ser humano, el horizonte de sucesos que rodea su singularidad. Físicamente no es posible saber que hay más allá, metafísicamente tan solo podemos inferir, elucubrar. 

En la conversación, mi amigo y un servidor aventuramos una interesante hipótisis que nos gustaría compartir. En el proceso de morir el ser humano se va acercando a su horizonte de sucesos. Cuando está muy cerca el "tiempo" de la conciencia se curvaría como lo hace la luz al acercarse a un agujero negro, protegido igualmente por una muralla de este tipo. Esa curvatura alargaría el tiempo interior y permitiría ver pasar toda la vida en un tiempo infinito que a ojos de un observador externo serían unos pocos segundos. Los recuerdos, vivencias, todo lo vivido se estiraría por ultima vez y pasaría ante los ojos de la conciencia a medida que nos acercamos al final. La paradoja es que mientras más cerca del final se esté más se alargaría el tiempo a modo de una curva asíntota que cada vez se acerca más al eje de abscisas sin llegar a tocarlo.

Imaginen que todas las vidas terminaran así, en un flujo de asíntotas que se dirigen hacia el final del universo, hacia ese punto omega que describió Teilhard de Chardin

Esta idea no da razón de lo que ocurrirá después, tan solo aporta una hipótesis de lo que puede pasar inmediatamente antes. Con elegancia explica que toda existencia al terminar confluye hacia un punto común modificando los parámetros físicos del marco de referencia existencial ordinario. No es fácil demostrar lo que ocurre en esta fase, los testimonios son variables y no serán fácilmente susceptibles de investigar. Sabemos que nuestra materia y energía se disuelven, redistribuyen y transforman con la muerte. Lo que no tenemos claro es lo que pasa con nuestra identidad y nuestra conciencia. Dotarlas de eternidad apelando a fenómenos físicos relativistas generará repulsa pero no nos resistimos a compartir esta visión que nos recuerda que somos entes físicos, únicos, valiosos e incluso necesarios. Este universo no puede prescindir de ninguna partícula de polvo, mucho menos de ustedes. Es verdad que al final nos disolveremos como lágrimas en la lluvia pero también es cierto que siempre quedará algo de nuestra sal tras el chubasco.




Son autores de este post Nicolás Fabelo y Salvador Casado.

martes, 10 de noviembre de 2015

El percentil 95



 John William Waterhouse's depiction of fashionable ladies peering at Diogenes in his jar. Wikipedia



En nuestra sociedad todos queremos superar el percentil 95. Pertenecer a esa élite que deja bajo ella a todos los demás. Si has tenido hijos te sonará lo de los percentiles de altura y peso, un concepto estadístico para saber si los niños se acercan ó alejan de la media.

Como es matemáticamente imposible que todos podamos pertenecer a ese selecto club cada cual lo intenta como puede. De este modo existe una élite económica que es la que claramente mueve los hilos pero también encontraremos una larga serie de clasificaciones de variables muy diversas. Fama, prestigio, capacidad creadora, habilidades deportivas, visibilidad televisiva, talento musical...

Uno puede ser un corriente funcionario y a la par decidir especializarse en maratones y ultramaratones que le lleven a ingresar en el percentil 95 de resistencia física extrema. Un adolescente puede animarse a grabar vídeos virales que terminen dándole más visibilidad que el mismo presidente del gobierno. Las posibilidades son infinitas y el deseo para obtener el premio es incluso mayor que ganar la lotería de Navidad, que dicho sea de paso abre las puertas a nuestro querido percentil.

Lo verdaderamente complejo del caso no es acceder, que ya es difícil, sino permanecer. "Quítate tú para ponerme yo", el mundo va cada vez más rápido y no es posible agarrarse mucho tiempo a esta zona estadística. Hay muchos esperando y, por muy buenos que seamos, siempre vendrán otros que nos superen. Si ganas un premio detrás vendrá otro con un premio mayor. Si descubres algo digno del Nobel en poco tiempo será desplazado por otro brillante sabio, si atraviesas a nado el Atlántico poco después vendrá alguien que se ha atrevido con el Pacífico...

Cielo e infierno son a fin de cuentas cuestiones estadísticas. A todos nos gusta el cielo del percentil 95 casi tanto como nos aterra el infierno del percentil 5. Del purgatorio tampoco queremos saber nada. Es fácil imaginar que debajo del percentil 30 no se debe vivir nada bien. Es triste que hayamos olvidado que la estadística implosiona si la dividimos por el cero de dejar de compararnos. Como aquel sabio griego que decidió retirarse a vivir en un simple tonel. Recibir el sol en la mejilla llegó a ser para él el cielo de la libertad, más allá de la tiranía de la comparación estadística. La única forma de derrotar (parcialmente) a los dioses del deseo humano es dándose cuenta del engaño al que nos someten cuando nos compararnos contínuamente con los demás y el 95% de nosotros termina convertido en esclavo.


lunes, 9 de noviembre de 2015

La teoría del interlocutor válido en salud


Arlequín y Pierrot. Pablo Picasso.



"Disponer de un interlocutor válido para comunicar nuestros problemas mejora la salud"




Para que la comunicación sea eficaz se precisa un interlocutor válido. Pero ¿qué ocurre cuando no lo encontramos?. En esos casos solo es posible la reflexión interior, no ha lugar un acto comunicativo.

Muchos pacientes acuden a consulta con problemas de salud ó malestares interiores que no pueden aliviar con nadie. Pese a vivir en la sociedad de la comunicación y disponer de tecnologías avanzadas y medios de telecomunicación impresionantes nos sigue resultando muy complicado encontrar interlocutores adecuados para tratar los problemas que de verdad nos importan.

Tras mantener un agradable diálogo socrático con el prestigioso periodista y amigo Álvaro Sánchez León este me ayuda a tomar conciencia de que la complejidad y debilidad humana precisa ser acompañada y asistida. No disponer de interlocutores adecuados produce un sufrimiento patente. Tal vez sea esta una de las razones por las que hoy se muere y se vive mal. Una cosa es disponer de relaciones sociales y conversaciones de café y otra muy distinta pode hablar de lo divino y de lo humano, de nuestros pecados y sombras, del anhelo y los deseos. Sin narrativa no seremos plenamente humanos, y para narrar alguien debe escuchar. 

Muchas consultas al sistema sanitario se obviarían si el adolescente, el adulto ó la anciana que acude angustiada ó preocupada tuviera alguien que le pudiera escuchar de forma digna. Acuden al pobre medico de cabecera cuya maltrecha agenda solo permite dedicar seis minutos a cada consultante... 

La crisis de comunicación humana de calidad no ocupa titulares ni telediarios, créanme si les digo que causa mas dolor global que las peores enfermedades que puedan imaginar. Paradójicamente el remedio es sencillo, mejorar la propia capacidad de escucha. Si escuchamos mejor a los demás el universo ya se buscará la forma de compensarnos.

domingo, 8 de noviembre de 2015

Relato dominical: Mi barba.




 Autorretrato. 1887. Óleo sobre cartón. 19 x 14 cm. Fundación Vincent van Gogh. Rijksmuseum Vincent van Gogh. Amsterdam. Holanda.



En ocasiones me dejo barba. A veces por desidia otras por rebeldía; la lista de razones es muy larga. Lo cierto es que además de dar a mi imagen un toque hipster ó claramente desaliñado me recuerda que dentro albergo a un cavernícola por mucho que me empeñe en maquillarlo. Saber que en nuestros armarios llevamos de serie un ser tan primitivo debería ser causa de regocijo y motivación para afrontarlo de forma rigurosa en lugar de optar por el camino fácil de la represión furibunda y la negación máxima. Al cavernícola le gusta holgazanear, dormir largas siestas, hacer el amor siempre que sea posible, hartarse de comida y vino si se tercia... saben de que les hablo, no voy a descubrirles Troya a estas alturas. La barba temporal produce ciertas molestias en cutis delicados, tanto en el propio como en el de los ajenos, por lo que no suelo abusar de su uso. Unos pocos días suelen bastar para hacer la toma de conciencia preceptiva y conciliarme con la caverna de antepasados que de alguna manera viaja dentro de mis bibliotecas de ADN. Para ser rigurosos el 99,9% de ellos fue barbudo y desde su ostracismo deben de contemplarme con impaciencia y estupor. Qué le vamos a hacer, los apóstatas de la especie estamos señalados. Así pues pido perdón a coetáneos y difuntos por mi osadía recordándoles con humildad que mi vello facial es uno de los pocos territorios en los que ejerzo una temporal y limitada soberanía. 

sábado, 7 de noviembre de 2015

El otoño




Nadie me dijo nunca que era posible encarnar el otoño
Transformarse en olvidos amarillos, en ocre indiferencia,
En cascada de errores, en infinita pérdida naranja.

Ahora por fin lo sé, estaba todo escrito 
En las blandas carnes de esa fruta turgente,
De ese caqui gigante que de alguna manera soy por dentro,
Una voluptuosidad membranosa y translúcida 
Rica en aromas y matices velados.

Por un instante soy emperador del mundo
Como aquellos poetas que se inmolaron a si mismos
Tras apurar el cáliz de la belleza áurea de una pasión desenfrenada.
Habito este palacio de Noviembre cuyas paredes se deshacen
Cayendo lentamente con trémulos susurros 
Que implacables van desnudando la estructura
Hasta dejarla yerma, pulida, limpia y tersa.

Este breve reinado bien vale la vida que me habita
En justicia la entrego.... todo lo que me quede por vivir
Entiendo que es en balde, pura gracia.
Por eso me desnudo recostando mi cuerpo
En el lecho de hojas que demuestran al mundo
La verdadera esencia de los colores cálidos
Esos que nos enseñaron a amar los horizontes.

Aquí en mitad del bosque encontraran mi cuerpo los pastores
Se acercarán despacio, temerosos, para terminar acariciando
El deseado cuerno que emanó de mi frente.
No pude resistir tanta belleza, 
Eso ha perdido siempre a los flamígeros miembros de mi estirpe.
Pero valió la pena, ahora soy el otoño,
Un asombro escarlata, un esplendor infame,
Una ternura lenta que sueña pertinaz con unicornios.



Dialogando con Marta Sánchez-Celaya, nueva gerente de Atención Primaria de Madrid





El que un médico del extrarradio entre en el despacho de la Gerente de Atención Primaria de Madrid no es muy habitual.. Esta semana tuve la oportunidad de acometer este reto y disfrutar de la hospitalidad de Marta Sánchez Celaya. La reunión era informal y se centró en ideas de interés común como la comunicación institucional, la visibilización del talento y la innovación en Atención Primaria. Tambíen se trataron la potenciación de las habilidades de uso y comunicación mediante internet y la creación de mapas y canales de comunicación que aporten valor a los profesionales sanitarios. Quien tenga la amabilidad de visitar este blog con regularidad sabe de sobra que son algunos de mis temas favoritos. En la reunión citamos a muchos compañeros de labor asistencial como Fernando Casado, Vicente Baos, Raúl Ferrer, y otros muchos, así como proyectos como mapeando Carabachel alto y otros que merecerían mucha mayor visibilización institucional.

Lo bueno de proponer ideas sin intención de vender ninguna moto es que uno puede expresarse con total libertad teniendo claro que lo que le interesa es el bien común y la mejora de este barco de la atención primaria madrileña que tanto buen y esforzado marinero tiene pese a que tan poca estima se haga de los mismos. Personalmente albergo la intuición de que si no potenciamos la gestión del conocimiento y la creatividad en las instituciones sanitarias públicas no se lograrán ni los objetivos mínimos de calidad ni mantener la propia institución a flote. Espero que entre todos podamos generar ideas que lleguen a ser implementadas; arrecia la tormenta y las necesitamos con urgencia.








En Atención Primaria es posible hacer las cosas de otra forma. Tenemos herramientas, tenemos talento, habrá que ir a por ello.

viernes, 6 de noviembre de 2015

Método de peinado húmedo un remedio eficaz contra piojos





Por mucho que nuestros entornos estén cada vez más limpios hay un tema que no hemos conseguido vencer: las epidemias de piojos escolares.

Mi recomendación del día es que dejemos de gastarnos dinero en tratamientos con permetrinas, caros y no exentos de toxicidad. Estos productos matan los piojos y luego hay que eliminar las liendres. Si se dejan algunas el tratamiento será del todo inefectivo.

El método de peinado húmedo (wet combing) es otra opción bastante eficaz, únicamente requiere constancia. Se basa en la eliminación de piojos vivos. El objetivo no es quitar las liendres, repito, sólo los piojos.


1. Lavar el pelo normalmente.
2. Utilizar suavizante de pelo en cantidad generosa.
3. Peinar el pelo húmedo con peine ordinario.
4. Pasar la liendrera.
5. Repetir la operación cada cuatro días, durante dos semanas.


Con cinco ó seis sesiones suele bastar. Cada sesión puede requerir unos 15-20 minutos.
El suavizante facilita que el piojo se desprenda fácilmente del pelo. Al peinar con peine el pelo húmedo evitaremos los molestos tirones de la liendrera que podremos pasar con facilidad al estar el pelo más suave por la acción de suavizante.



Bibliografía:

National Health Service. Choices.
RACGP
Journal of the Royal Society of Medicine
Blog de Amalia Arce





jueves, 5 de noviembre de 2015

La verdadera crisis atañe a nuestra forma de relacionarnos con el mundo








Existen muchas formas de relación. Cada cultura y dentro de ella cada persona tiene las suyas. Unas se basan en el respeto, otras en el interés. Hoy prevalecen las segundas. El interés vertebra la mayor parte de nuestras relaciones con los demás, con el entorno, con el planeta... y con nosotros mismos. El problema que afrontamos hoy es el hecho de que la nueva religión económica entroniza la maximización del interés como valor máximo, lo que pone en segundo lugar todo lo demás, incluyendo los derechos humanos, la ecología y el sentido común. Maximizar el beneficio personal lleva de la mano cierto perjuicio para los demás, es una cuestión de matemáticas. Por esta razón los medios de comunicación no paran de mostrarnos casos de personalidades públicas que meten la mano en la caja común ó se venden a todo tipo de corrupciones. No puede ser de otra forma dado que son un mero reflejo de la gran mayoría social que constituimos. La supervivencia individual siempre ha tenido una buena dosis de egoísmo, de búsqueda del propio beneficio pero no ocurre igual a nivel grupal.donde el altruismo ó la búsqueda del bien común son valores imprescindibles. La individuoalización máxima que vive nuestro mundo civilizado está erosionando la relación altruista ó de respeto con la vida. Si comparamos la capacidad de interacción equilibrada de los americanos precolombinos de las praderas con la voracidad de las empresas que deforestan el Amazonas ó la generación de guerras en África sufragadas con diamantes comprobaremos que la situación actual no es sostenible. Tampoco en lo personal. Mucha gente expresa un fondo de malestar sicológico que no sabe atribuir a nada concreto. Bajos estados de ánimo, ansiedad, stress, agobios múltiples... acompañados de la impotencia para poder verbalizarlos con alguien ó desahogarse de alguna forma significativa. La trama social de la familia extensa y las relaciones de proximidad se ha erosionado. Cada vez tenemos más interacciones de comunicación, servicios ó productos que intercambiamos por dinero. La complejidad social nos hace más dependientes de los demás en un marco dominado por el mercado y las relaciones económicas que este delimita. No sirve de mucho autocastigarnos por nuestro aparente materialismo, egoísmos e individualismo. Las causas son complejas y no sirve de mucho fustigarnos. Lo que sí parece interesante es tomar conciencia del enorme valor de nuestras relaciones y de la importancia de nuestro modo de relacionarnos en general, uno de los programas conductuales personales más valiosos. Como todo programa es susceptible de reprogramación en el caso de que lo consideremos subsidiario de mejora. Una de las formas más sencillas para hacerlo es mediante la reflexión basada en preguntas, algo que ya usaba con éxito Sócrates hace bastante tiempo. Adelanto algunas cuestiones que puedan complementar las suyas:

¿Qué necesito verderamente de los demás y del mundo?, ¿y de mí mismo?, ¿Cuáles son mis verdaderas necesidades?

¿Puedo ajustar mi vida para adecuarla a un patrón de consumo y requerimiento de recursos más sencillo?

¿Tengo tiempo para relacionarme con los demás de una manera equilibrada y satisfactoria para mí?

¿Y para dedicarme a mí mismo/a?


La lista podría ser más larga pero lo dejaremos aquí. Pequeños cambios cómo aprender a disfrutar paseos semanales al aire libre, buenas conversaciones ó simplemente sonreír un poco más pueden tener efectos tangibles en nuestro modo de relacionarnos y adaptarnos al entorno. La salud no es más que un buen horizonte de adaptación a nuestro alrededor. Sanar, por lo tanto, tiene que ver en parte con cómo nos conseguimos relacionar, por eso como médico no puedo dejar de recordarlo.




miércoles, 4 de noviembre de 2015

¿Es posible meter salsa en la medicina de familia?






Muchos médicos de familia en nuestro país están avinagrados y quemados. Tienen sus razones, razones de peso. Pero por muy altas que sean no cambian un ápice la desbordada afluencia a las consultas. Algo complicado de cambiar cuando es una de las pocas cosas que no cuestan dinero aparente al usuario y cuyo sobreuso no está penalizado.

Por otra parte la saturación y las consultas médicas de cinco minutos no permiten estudiar en profundidad los problemas del paciente y es frecuente terminar la misma con uno ó varios medicamentos. El sistema peca de sobrediagnóstico (excesivas pruebas diagnósticas) y sobretratamiento en parte porque el ciudadano lo percibe como calidad (mientras más me hagan ó me den mejor) y los gestores y políticos lo consienten. Desgraciadamente en sanidad más no es necesariamente mejor. Mayor número de pruebas incorrectamente indicadas traen más falsos positivos, se detectan variaciones que finalmente no son enfermedad y que obligan a hacer más pruebas agresivas. Mayor número de tratamientos incorrectamente indicados nos traerán más efectos indeseados e interacciones entre fármacos.

¿Podemos plantearnos otra forma de leer la partitura? ¿algo más dinámico como meter un poco de salsa en la novena sinfonía? probablemente sí pero me temo que estos cambios no se inicien en las encorsetadas esferas de las organizaciones sanitarias poco proclibes a la innovación y a los experimentos.

Lo cierto es que los ciudadanos cada vez se automedican más y van aprendiendo a buscar mejor información de salud en Internet. Lo cierto es que cada vez hay más profesionales sanitarios produciendo contenidos para pacientes y con presencia en Internet. El estudio #toptensalud20 ha investigado más de 1800 cuentas de twitter de sanitarios y ha llegado a interesantes conclusiones. Por primera vez hay profesionales produciendo contenido en medios electrónicos en igualdad de condiciones que medios de prensa sanitaria o general como Diario Médico ó el País. Por primera vez existe la posibilidad de que cualquier ciudadano pueda seguir, leer e interactuar con profesionales sanitarios sin tener que ir obligatoriamente a una consulta.

Aun no sabemos dónde nos van a llevar estos cambios pero es fácil deducir que van a transformar mucho las cosas. Si se le ofrecen opciones a la ciudadanía esta las va a usar. Si es posible relacionarse con el sistema sanitario por otros medios que no impliquen únicamente una cita a una consulta esas posibilidades se usarán.

Francamente no veo a muchos profesionales sanitarios adaptando su partitura a los nuevos rítmos que la sociedad plantea pero al final tendremos que conseguirlo. Si atender cincuenta pacientes al día no es una opción mantenible, estamos tardando en ponernos las pilas para plantear alternativas. La supervivencia de muchos profesionales está en juego, la calidad de la atención sanitaria también.




Vídeo vía Mercedes Solar 

Post publicado originalmente en el Huffington post

martes, 3 de noviembre de 2015

Dentro de una madre siempre queda algo de sus hijos, su adn completo.





Durante el embarazo la madre y el feto se comunican de muchas maneras. El feto oye el latido materno así como otros sonidos de su cuerpo y del ambiente. También percibe vibraciones y tacto mediante su piel. Las diferencias en la cantidad de glucosa del torrente sanguíneo y otros cambios en el mismo también son detectados. Por otro lado la madre también puede notar los movimientos del niño, su posición incluso puede sentir su cuerpo a través de la pared abdominal. Lo que no sabíamos hasta ahora es que esta comunicación incorpora un aspecto de enorme transcendencia. En la sangre materna se pueden detectar proteínas del ADN fetal y células completas. No conocemos la transcencendia de este hallazgo ni como afecta a la salud del feto y de la madre. Lo que sí parece claro es que nos da una explicación de por qué pueden variar tanto las sensaciones de la madre durante cada uno de sus embarazos. La mayor o menor activación del sistema inmunitario y de otros muchos procesos, incluyendo quizá procesos tan sutiles como el estado de ánimo, se están investigando y en lo próximos años tendremos más respuestas. Queda claro que la relación maternoinfantil es un vínculo muy fuerte que comparte bibliotecas genéticas completas. Dentro de una madre siempre queda algo de sus hijos, su adn completo.

domingo, 1 de noviembre de 2015

Relato dominical: La capacidad de narración.







Aunque la adversidad parezca ganarnos la partida siempre podremos ir un paso más adelante gracias a la maravillosa capacidad de relatar que los seres humanos urdieron en la noche de los tiempos. Tal vez fue al revés y la posibilidad de narración constituyó el verdadero nacimiento de la especie. Lo cierto es que hay un universo ahí fuera que espera ser contado y un cerebro aquí dentro ansioso por hacerlo. Hoy la montaña está brumosa pero tengo la capacidad de imaginarla despejada. Ese hermoso don que comparten los niños con locos y poetas ha permitido que seamos capaces de pintar un bisonte en una cueva ó que lleguemos a la luna. Sin narración no hay creatividad. Por eso estoy tan preocupado al ver como tantos delegan dicha capacidad en pantallas y adminículos que les procuran sucedáneos evitando que cada cual vaya construyendo sus propias historias. El pensamiento único tiende a visibilizar narradores únicos, según su interés, empobreciendo hasta el extremo las mil tribus que constituyen la ciudad. Por ello viene bien recordar que desde el paleolítico todo clan tenía sus narradores. Los pequeños aprendían de los mayores a construir el mundo tejiendo historias. Esa capacidad tiene la facultad de salvarnos de nosotros mismos al concedernos mil caminos y horizontes distintos al que originalmente habíamos visibilizado. Tal vez no se venda en farmacias pero puedo decir que conozco pocas medicinas más potentes que esta.