martes, 12 de mayo de 2020

¿Quién va a escuchar todo este silencio?


A lo largo de las semanas del confinamiento planetario obligatorio millones de personas se han visto forzadas a perder su libertad de salir a la calle para permanecer en arresto domiciliario bajo una severa ley marcial. Perder nuestra capacidad de desplazamiento nos obligó a parar la tempestad de movimiento en que se han convertido nuestras vidas. Dejar de hacer tantísimas cosas, correr tanto, ser productivos. Y pese a que hemos tratado de permanecer distraídos, al final la gran mayoría acabó ahíta de televisión, redes sociales y demás entretenimientos. Hemos terminado cayendo por la pendiente resbaladiza de la pereza para llegar a un territorio árido y monocorde que los antiguos místicos llamaban desierto interior. 

En algún momento nos hemos visto obligados a contemplar nuestra soledad, cuya presencia es ubicua pese a que su grado de manifestación aparente pueda variar. Hemos vuelto la vista a esas heridas escondidas, a todo ese dolor y sinsentido que no queríamos aceptar. Hemos tenido que bajar a las bodegas del alma y quizá abrir armarios que llevaban demasiado tiempo sin ventilar. 

De alguna u otra forma todos hemos tenido contacto con nuestro dolor y no hemos tenido muchas oportunidades de contarlo. Es verdad que el miedo nos ayudaba a permanecer callados pero llegarán tiempos en los que este cambiará por enfado u otras emociones y nos obligue a salir a buscar alguien que apague nuestra desazón. 

¿Quién escuchará todo ese dolor? ¿Quién podrá asumir esa infinita carga de soledad, sinsentido y horror que se ha ido acumulando estas semanas?

2 comentarios:

Juan F. Jimenez dijo...

La respuesta querido compañero, ya la dijo Bob Dylan: esta en el viento o dicho de otro modo: la respuesta queramos o no, podamos o no verlo, está en Dios.

La consulta del doctor Casado dijo...

Gracias Juan F. por aportar esa música como respuesta...