viernes, 2 de octubre de 2020

Defender. Defend. 防守





Con este artículo, que también se publica en el Blog Gestión Clínica Varela, pongo fin a la serie de verbos  con la que he intentado hacer otra aproximación narrativa al proceloso mundo de la asistencia sanitaria cansado como estoy de las narrativas usuales (naufragio, colapso, maltrato, guerra, primera línea de batalla, y demás...).

No sé muy bien si lo he conseguido, pero por lo menos me ha servido para ampliar la perspectiva y salir un poco del bucle negativistic donde muchos profesionales sanitarios estamos metidos. 

Si les ha sugerido algo no duden en comentar sus impresiones al pie del artículo o en Twitter.


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Todo el mundo defiende algo, principalmente su interés. En el mundo sanitario en el que me muevo también pasa y es muy común que esos intereses choquen entre si enfrentando a unas categorías profesionales contra otras o a los que piensan de un modo contra los que piensan del contrario. De hecho esta división ha sido una de las principales razones que explica que se hayan consentido los altos niveles de maltrato institucional a profesionales sanitarios en nuestro medio.

Pero, más allá de lo puramente estatutario, me gustaría plantear la siguiente pregunta ¿Qué defiendo yo como médico de familia asistencial público en un centro de salud rural? ¿Qué defiendes tú desde tu posición?

Podría empezar diciendo que defiendo una serie de valores éticos y deontológicos, unos principios básicos de la medicina familiar y comunitaria como la longitudinalidad, accesibilidad, integralidad, polivalencia, cercanía al paciente... y si bien todo ello es cierto me gustaría ir un poco más allá.

Lo que en el fondo siento que defiendo son personas. Personas que acuden a consulta en calidad de pacientes, enfermos o sanos con algún miedo o problema de salud. Personas que pertenecen a una comunidad y a una familia que conozco. Personas que en muchos casos padecen situaciones de vulnerabilidad por distintos motivos o se enfrentan a enfermedades graves o crisis vitales que les producen dolor, malestar o sufrimiento.

Y esa defensa me exige ser algo más que un mero técnico que cumple con sus obligaciones institucionales, su cartera de servicios y su contrato programa con la gerencia de Atención Primaria. Me exige ser humano, algo que paradójicamente no se puede medir y por lo tanto no es fácil de contar. 

Pero mis pacientes lo saben. Nada más entrar en mi sala saben el grado de humanidad que tiene su médico ese día. Si está despistado, si toca un día de sobrecarga y prisa, si no voy a poder dedicarles un mínimo de tiempo o tal vez sí. Saben si me preocupo por su caso o si lo paso por alto y me lo quito de en medio, saben si les ofrezco soluciones fáciles o me meto a fondo, saben si estoy afinado o no lo estoy. 

La defensa de otros tiene por lo tanto un aspecto musical, precisa sonar bien, ser afinada. Si no lo es nos quedamos en gritos o chirridos, en meros aspamientos, como mucho en una puesta en escena. El afinamiento personal implica tener presencia, estar presente, tener capacidad para escuchar. Implica el reconocimiento del otro como propio y no como ajeno, comprender profundamente que la herida que te muestran es de alguna manera semejante a las tuyas, saber que el espacio que los demás te enseñan junto con sus miserias es terreno sagrado y es necesario descalzarse para no mancharlo con el barro que uno pueda arrastrar. 

Cuando veo como los políticos y responsables defienden sus intereses partidistas y sus cotas de poder no puedo por menos que mirarme las manos vacías. También yo me despisto y en muchas ocasiones trato de barrer para mi propio beneficio. También yo hago trampas y en ocasiones me escaqueo. Pero como los violinistas primerizos sigo afinando mi instrumento sabiendo que mi torpeza indefectiblemente termina arruinando el sonido. Ese afán es quizá lo único de valor que verdaderamente puedo aportar a los que en mi depositan su confianza. 

Me considero pues un médico descalzo por las razones expuestas y porque la institución donde trabajo no me pone fácil caminar con seguridad al obligarme a atender al paciente con tiempos y modos que con frecuencia serían más propios de una atención veterinaria que de adultos, escatimándome la posibilidad de realizar una anamnesis, una exploración y una reflexión mínima.  Siento fundamental visibilizarlo pero no me gusta quedarme estancado en una actitud de queja o de protesta permanente que considero tóxica tanto para mi como para los que me rodean. Por eso lo compatibilizo compartiendo mi escasa reflexión en lo que considero es una senda narrativa que me conecta y hermana con otros muchos cuidadores. 

Defender es pues un verbo esencial para mi que se une a una larga lista cuya conjugación me permite encontrar sentido en lo que hago. Y eso en estos tiempos que corren tiene mucho valor dado que toda sociedad precisa de personas que además de servir y sostener puedan aportar comprensión y entendimiento. Quizá no nos lo reconozcan como merece pero les puedo asegurar que cuando consigo ser fiel a estos valores mi conciencia puede descansar en paz por las noches, algo que pocos notables o poderosos pueden permitirse. 







Defend


Everyone defends something, mainly their interest. In the healthcare world in which I work, this also happens and it is very common for these interests to clash between some professional categories against others or those who think in one way against those who think the opposite. In fact, this division has been one of the main reasons for the high levels of institutional mistreatment of health professionals in our environment.

But, beyond the purely statutory, I would like to ask the following question What do I defend as a public family doctor in a rural health centre? What do you defend from your position?

I could start by saying that I defend a series of ethical and deontological values, some basic principles of family and community medicine such as longitudinality, accessibility, integrality, polyvalence, closeness to the patient... and although all this is true I would like to go a little further.

What I basically feel I am defending are people. People who come to consult as patients, sick or healthy, with some fear or health problem. People who belong to a community and a family I know. People who in many cases are in vulnerable situations for various reasons or are facing serious illnesses or life crises that cause them pain, discomfort or suffering.

And that advocacy requires me to be more than just a technician who fulfils his institutional obligations, his portfolio of services and his programme contract with Primary Care management. It requires me to be human, something that paradoxically cannot be measured and therefore is not easy to count. 

But my patients know this. As soon as they enter my clinic they know the degree of humanity their doctor has that day. If I are absent-minded, if I are in a hurry, if I will not be able to spend a minimum of time with them, or maybe I will. They know if I worry about their case or if I overlook it and take it out of my hands, they know if I offer them easy solutions or if I go in deep, they know if I am in tune or not. 

The defence of others therefore has a musical aspect, it needs to sound good, to be in tune. If it is not, we are left with shouts or squeaks, with mere performance, at most with a mise en scène. Personal tuning implies having presence, being present, having the capacity to listen. It implies the recognition of the other as one's own and not as someone else's, to understand deeply that the wound they show you is somehow similar to your own, to know that the personal space that others show you along with their miseries is sacred ground and it is necessary to take off one's shoes so as not to stain it with the mud one may drag. 

When I see how politicians and decision-makers defend their partisan interests and their level of power, I cannot help but look at myself empty-handed. I also get confused and often try to sweep up for my own benefit. I also cheat and sometimes I get away with it. But like first-time violinists I keep tuning my instrument knowing that my clumsiness will inevitably end up ruining the sound. This desire is perhaps the only thing of value that I can truly bring to those who place their trust in me. 

I consider myself a barefoot doctor for the above reasons and because the institution where I work does not make it easy for me to walk safely by forcing me to attend the patient with times and manners that would often be more typical of veterinary care than of adults, sparing me the possibility of an anamnesis, an exploration and a minimum of reflection.  I feel it is fundamental to make it visible but I do not like to get stuck in an attitude of permanent complaint or protest that I consider toxic both for me and for those around me. That is why I make it compatible by sharing my scarce reflection on what I consider to be a narrative path that connects and twins me with many other caregivers. 

Defending is therefore an essential verb for me that joins a long list whose conjugation allows me to find meaning in what I do. And that in these times is very valuable because every society needs people who not only serve and support, but also bring understanding and insight. Perhaps you don't recognize this as you deserve, but I can assure you that when I manage to be faithful to these values my conscience can rest in peace at night, something that few notable or powerful people can afford. 






防守

自動翻譯,對錯誤感到抱歉。

每個人都捍衛某些東西,主要是他們的利益。在我工作的醫療保健領域中,這種情況也經常發生,並且這些利益之間的衝突在某些專業類別中與其他類別或那些以一種方式認為與另一種方式相反的人士之間發生衝突是很常見的。實際上,該部門已經成為我們環境中對衛生專業人員進行高級別機構虐待的主要原因之一。

但是,除了純粹的法律規定外,我想問以下問題:作為農村醫療中心的公共家庭醫生,我應該捍衛什麼?您從職位上捍衛什麼?

首先,我捍衛一系列倫理和道義價值觀念,捍衛家庭和社區醫學的一些基本原則,例如縱向性,可及性,完整性,多價性,對患者的親近感……儘管所有這些都是真的,我仍希望走得更遠。

我基本上覺得我在捍衛的是人。前來諮詢患者的患者(患病或健康),有些恐懼或健康問題。我認識的一個社區和一個家庭的人。在許多情況下,由於各種原因處於脆弱狀態的人或面臨嚴重疾病或生命危機的人,這些疾病或疾病會導致他們的痛苦,不適或痛苦。

這項倡導要求我不僅僅是一名技術人員,他必須履行其機構義務,他的服務組合以及與初級保健管理部門的計劃合同。它要求我是人類,這是無法衡量的,因此不易計算。

但是我的病人知道這一點。他們一進入我的診所,就知道他們那天醫生的人道程度。如果我心不在a,如果我著急,如果我不能花最少的時間和他們在一起,或者也許我會。他們知道我是否擔心他們的案子,或者我是否忽略了它並把它從我手中拿走,他們知道我是否為他們提供簡單的解決方案,或者如果我深入研究,他們就會知道我是否同意。

因此,為他人辯護具有音樂方面的意義,它需要聽起來不錯,而且要與時俱進。如果不是這樣,我們將只留下表演的叫喊聲或尖叫聲,最多只能留下一個場面。個人調音意味著存在,在場,具有聆聽的能力。這意味著承認對方是自己的,而不是別人的認識,要深刻理解他們給您展示的傷口與您自己的傷口有點相似,要知道別人向您展示的個人空間以及他們的痛苦是神聖的,有必要脫下鞋子,以免弄髒鞋子。

當我看到政客和決策者如何捍衛黨派利益和權力水平時,我不由自主地看著自己。我也很困惑,常常為了自己的利益而大掃除。我也作弊,有時我逃避它。但是像初學者一樣,我一直在調音,因為我的笨拙無可避免會破壞聲音。這種渴望也許是我真正能帶給那些信任我的人的唯一有價值的東西。

由於上述原因,我認為自己是赤腳醫生,因為我工作的機構無法通過強迫我以比成人更典型的獸醫護理方式和方式來陪護患者,從而使我難以安全行走,使我免於進行回憶,探索和反射的可能性。我覺得讓它可見是至關重要的,但是我不喜歡陷入永久抱怨或抗議的態度,因為我認為這對我和我周圍的人都是有毒的。這就是為什麼我通過分享自己對我認為是一種敘事之路的稀缺反思的原因,這種敘事之路使我與許多其他照料者聯繫並成雙成對。

因此,保衛對於我來說是必不可少的動詞,它加入了很長的列表,其變位使我能夠從自己的工作中找到意義。在當今時代,這是非常寶貴的,因為每個社會都需要不僅為人民服務和支持,而且要帶來理解和見識的人。也許您不應該認識到這一點,但是我可以向您保證,當我忠於這些價值觀時,我的良心可以在晚上安息,這是很少有有名望或有能力的人負擔得起的。

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