Mostrando entradas con la etiqueta consciencia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta consciencia. Mostrar todas las entradas

jueves, 24 de septiembre de 2020

Confiar. Trust. 相信






Las malas noticias generan incertidumbre, la incertidumbre miedo, el miedo bloqueo, ansiedad y un punto de enfado. Y así estamos en un círculo vicioso de mal rollo del que no conseguimos salir.

Lo mismo pasa en situaciones límite como una tormenta en un barco de vela en alta mar o en primera línea de batalla cuando se empiezan a oír los tiros, miedo. Y ante el mismo hay pocos remedios, cada cual tiene los suyos, no me prodigaré en el tema. Tan solo quería señalar la importancia de la confianza en situaciones difíciles. Confianza en los demás. 

Nuestra época vive una profunda crisis de confianza global. Desconfiamos de instituciones, políticos, jefes, responsables, cargos... hasta de vecinos y familiares. Si queda poca gente que crea en dios, imagínense en todo lo demás. Pero sin confianza la vida es muy incómoda, nos pone a la defensiva y a la mínima nos hace saltar. Basta con que se den una vuelta por las redes sociales, cada día más reactivas y tóxicas.

La sanidad  vive estas semanas otro de esos tiempos recios y dada la irresponsable actitud de unos y otros, titulares de prensa incendiarios y declaraciones furibundas, no parece que nadie aporte suficiente sensatez y liderazgo útil cuando más se necesita. Por eso lanzo la pregunta: ¿de quién nos fiamos?

Miro a mi alrededor, en mi centro de salud, y he de reconocer que soy afortunado. Puedo decir que confío en las personas que me rodean como administrativos, personal de limpieza, auxiliares de enfermería, matrona, enfermeras y médicas. Y eso es un alivio cuando sé que me voy a jugar mucho los próximos meses con ellos a mi lado. Por otro lado siento que nuestros pacientes confían a su vez en nosotros, algo que tiene más importancia de lo que se piensa. Ese pozo de confianza es lo que todavía aglutina y sostiene la sociedad. ¿Seremos capaces de mantenerlo?

Dado que no es fácil fiarse de los que en estos momentos tienen las responsabilidades sanitarias en sus manos tal vez sea inteligente poner el foco en algo más cercano, y cuidarlo, reconocerlo, agradecerlo y visibilizarlo. 

Como vamos viendo en esta reflexión basada en verbos que estamos desgranando, hay interesantes alternativas a la mera queja. 






Trust


Bad news generates uncertainty, uncertainty fear, fear blockage, anxiety and a point of anger. And so we are in a vicious circle of bad news from which we cannot escape.

The same thing happens in extreme situations such as a storm on a sailing boat on the high seas or on the front line of a battle when you start to hear shots, fear. And there are few remedies for this, each one has its own, I will not dwell on the subject. I just wanted to point out the importance of trust in difficult situations. Trust in others. 

Our time is experiencing a profound crisis of global trust. We distrust institutions, politicians, bosses, officials, even neighbours and relatives. If there are few people left who believe in God, imagine everything else. But without trust, life is very uncomfortable, it puts us on the defensive and at the slightest bit makes us jump. Just take a look at the social networks, which are more and more reactive and toxic every day.

Healthcare is going through another tough time these weeks and given the irresponsible attitude of politicians, inflammatory headlines and furious statements, it doesn't seem that anyone provides enough sense and useful leadership when it's needed most. That's why I ask the question: who do we trust?

I look around me at my primary health centre and I have to admit that I am lucky. I can say that I trust the people around me as clerks, cleaners, nursing assistants, midwives, nurses and doctors. And that's a relief when I know that I'm going to be playing hard the next few months with them by my side. On the other hand I feel that our patients trust us in turn, something that is more important than people think. That well of trust is what still binds and sustains society. Will we be able to maintain it?

Given that it is not easy to trust those who currently have the political responsibility for health care in their hands, perhaps it would be wise to focus on something closer, and to care for it, recognise it, be grateful for it and make it visible. 

As we are seeing in this reflection based on verbs that we are unpacking, there are interesting alternatives to mere complaint. 






相信

自動翻譯,對錯誤感到抱歉。

壞消息產生不確定性,不確定性恐懼,恐懼阻撓,焦慮和憤怒點。因此,我們處在一個壞消息的惡性循環中,我們無法逃避這個壞消息。

在極端情況下也會發生同樣的事情,例如公海的帆船風暴或戰鬥的前線,當您開始聽到槍聲,恐懼時。對此,幾乎沒有補救措施,每個補救措施都有其自己的用途,我將不贅述。我只是想指出在困難情況下信任的重要性。相信別人。

我們的時代正在經歷一場深刻的全球信任危機。我們不信任機構,政客,老闆,官員,甚至鄰居和親戚。如果只有很少的人相信上帝,那就想想其他的一切。但是,如果沒有信任,生活會非常不舒服,這使我們處於防御狀態,至少一點點就使我們跳了起來。只需看一下社交網絡,這些社交網絡每天都變得越來越活躍和有害。

最近幾週,醫療保健正經歷著另一個艱難的時期,並且由於政客們的不負責任的態度,煽動性的頭條新聞和憤怒的言論,似乎沒有人在最需要時提供足夠的理智和有用的領導才能。這就是為什麼我問一個問題:我們信任誰?

我在我的主要保健中心環顧四周,我不得不承認自己很幸運。我可以說我相信我周圍的人是文員,清潔工,護理助理,助產士,護士和醫生。當我知道接下來的幾個月我將在他們的陪伴下努力工作時,這真是一種解脫。另一方面,我覺得我們的患者反過來信任我們,這比人們想像的重要。信任的良好狀態仍然可以束縛和維持社會。我們能維持嗎?

鑑於要信任那些目前負有醫療保健政治責任的人並不容易,也許明智的做法是專注於更接近的事物,並對其進行照顧,認可,感恩並為之可見。

正如我們在對基於動詞的動詞的反思中所看到的那樣,有很多有趣的替代品可以用來代替抱怨。

miércoles, 23 de septiembre de 2020

Ayunar. Fasting. 禁食

 

Foto submarina de Rosa Taberner


Estamos empachados. De malas noticias, de sombríos pronósticos, de gritos y ruido. Ya no nos cabe nada más. Sin embargo nos siguen dando estopa. Cada día que pasa nos meten más desgracias, cifras funestas y desatinos en vena mediante el potente entramado de información, desinformación y manipulación que nos rodea. 


Y así vamos, de sorpresa en sorpresa, con ese mal sabor de boca del que no ha podido dormir bien por ser imposible desconectar de tan negativa corriente. Los lamentos que se oyen dentro de los centros de salud son el siguiente nivel en intensidad sonora tras años de quejas y llantos variados, más bien susurrantes. Ahora es un clamor. 


Pero por mucho que uno llore, grite o exprese su malestar, el terrible dolor de vísceras y la sensación de empacho no se alivian. Hace falta algo más. La situación de sobrecarga brutal está funcionando como purgante, en todos los sentidos. Nos vamos de vareta, los sanitarios los primeros. Con todo no nos aliviamos. Si preguntamos a uno de esos viejos doctores de pueblo de toda la vida nos dirá que para el empacho lo mejor es ayunar hasta que pase. 


Ayunar de malas noticias, de confrontación, de contertulios malencarados, de telediarios cargados de veneno, de titulares de prensa llenos de hiel, de la bronca de las redes sociales. Ayunar de la queja personal permanente, de ese estado de batalla perpetua contra los que piensan distinto, contra cualquier clase de gobierno, autoridad, político o responsable. 


Tal vez si dejamos de sobredosificarnos tanta negatividad podamos empezar a respirar algo más tranquilos. Y darnos un paseo, contemplar unas nubes, saborear un bocado o disfrutar de una conversación. 


¿Quién iba a decir que la cura social más urgente sea ayunar?. Pues ya ven, atrévanse a probarlo y me cuentan.







Fasting


We're indigested. Of bad news, of gloomy forecasts, of shouting and noise. We have no room for anything else. Yet we are still given more stuff. Every day we get more misfortunes, disastrous figures and misunderstandings in our veins through the powerful web of information, misinformation and manipulation that surrounds us. 


And so we go, from surprise to surprise, with that bad taste in our mouth that we have not been able to sleep well because it is impossible to disconnect from such a negative current. The laments heard inside the primary health centres are the next level in sound intensity after years of varied, rather whispering, complaints and cries. Now it is a loud cry. 


But no matter how much one cries, screams or expresses his discomfort, the terrible tummy pain and the feeling of indigestion are not alleviated. Something else is needed. The situation of brutal working overload is like a purgative, in every sense. We're going to leave, the health professionals first. Yet we are not relieved. If we ask one of those old village doctors, he will tell us that for indigestion it is best to fast until it passes. 


Fasting from bad news, from confrontation, from misunderstandings, from news programmes full of poison, from headlines full of gall, from the anger of the social networks. Fasting from the permanent personal complaint, from that state of perpetual battle against those who think differently, against any kind of government, authority, politician or person in charge. 


Perhaps if we stop overdosing ourselves with so much negativity we can start breathing a little easier. And take a walk, contemplate some clouds, savour a bite or enjoy a conversation. 


Who would have thought that the most urgent social cure would be to fast? Well, you see, dare to try it and tell me about it.





禁食


自動翻譯,對錯誤感到抱歉。


我們被消化了。壞消息,令人沮喪的預測,喊叫聲和噪音。我們沒有別的空間。然而,我們仍然得到了更多的東西。通過圍繞我們的強大信息網絡,錯誤信息和操縱,每天我們都會遭受更多的不幸,災難性的數字和誤解。


因此,我們吃驚地發現口中的不良味道使我們無法入睡,因為不可能擺脫這種負電流。在經歷了數年的不斷變化,低聲細語,抱怨和哭泣之後,初級保健中心內聽到的哀嘆聲達到了更高的水平。現在是一個大聲的呼喊。


但是,無論人們哭泣,尖叫或表達不舒服的程度如何,都不會減輕可怕的肚子痛和消化不良的感覺。還需要其他一些東西。從任何意義上講,殘酷的工作超負荷情況都像瀉藥。我們要離開了,首先是衛生專業人員。然而,我們並不放心。如果我們問那些鄉村醫生中的一位,他會告訴我們,為了消化不良,最好禁食直到它過去。


與壞消息,對抗,誤解,充滿毒氣的新聞節目,充滿膽怯的頭條新聞,社交網絡的憤怒相抵觸。從永久的個人抱怨,與與不同思維的人,與任何類型的政府,機關,政客或負責人的永恆鬥爭中擺脫出來。


也許,如果我們停止過度消極地過度用藥,我們可以開始呼吸輕鬆一些。散散步,考慮烏雲,品嚐美食或進行對話。


誰會想到最緊急的社會治療方法就是禁食?好吧,你知道,敢嘗試一下,並告訴我有關情況。

lunes, 21 de septiembre de 2020

Escuchar.








Sabemos que no es lo mismo oír que escuchar. Pero qué difícil nos resulta discernirlo en estos tiempos de gritos y anuncios comerciales permanentes. Desde que nos levantamos el ruido de fondo acompaña nuestros pasos, habitualmente de la mano de su hermana la imagen. Por eso nos resultan extraños esos momentos de calma y de silencio que, de alguna manera, terminamos rehuyendo para llenarlos en seguida de estímulos enlatados servidos en cualquier dispositivo con pantalla. 

Sin embargo sin escucha no es posible el diálogo, tampoco la reflexión ni quizá la toma de conciencia. Caminar despacio por el campo sin usar auriculares es un potente acto político. Meditar un instante, contemplar en silencio, centrarse en hacer cualquier cosa sin tener algo de fondo... son conductas casi revolucionarias que nos sacan del permanente atracón de estímulos al que estamos acostumbrados. 

No nos damos cuenta de que ese exceso de información nos embota y nos deshumaniza. ¿Cuándo miramos la última vez un cielo estrellado, una hilera de hormigas, el baile de las nubes? ¿Cuándo bailamos en mitad del salón con algún ser querido? ¿Cuándo dimos un abrazo de esos reconfortantes?

No escuchamos y nos perdemos la voz de la naturaleza, la belleza, el sentido, la compasión y la divinidad. Porque, aunque parezca mentira, el mismo creador se sigue paseando por estos pagos cuando le viene en gana... y no nos enteramos corriendo como vamos. Esa voz no aparece en el buscador del teléfono móvil, tampoco en la pila de mensajes que recibimos cada día. Hay que callarse de verdad para poder oírla pues remeda el murmullo de esos arroyos de montaña que saltan frescos en el borde del bosque. 

A los que por azares vamos teniendo un curriculum demasiado lleno de papeles nos suele resultar imposible escuchar otra voz distinta de la propia. Hay excepciones pero son escasas. Por eso no entendemos como las instituciones se funden unas detrás de otra y el mundo cambia a una velocidad que no da opción a comprensión alguna. 

En sanidad estamos perdiendo la habilidad de escuchar al que sufre. A los pocos segundos interrumpimos su discurso aportando la correspondiente etiqueta diagnóstica y un vale de remedios a retirar en la botica. Y que pase el siguiente. La gente encantada de la vida de poder consumir la barra libre de pastillas que el sistema permite. Más tarde alguno lamentará haberse dejado escatimar aquella antigua relación de confianza que se tenía con la enfermera y con el médico de toda la vida. Eso no se estilará más, ya se encarga el sistema de cambiarlos con periodicidad o de expulsarlos o quemarlos lentamente.

Tampoco hay voluntarios que escuchen a los escasos sanitarios que llaman a las cosas por su nombre. Se les permite lanzar sus mensajes al mar en botellas cerradas, mientras otros suben el volumen de los monitores de las salas de espera y la desfachatez de los programas que la gente consume con placer. 

Pero cuando las cosas se ponen duras de verdad no queda más remedio que buscar soluciones. Y para eso hay que atreverse a hablar y sobre todo sacar valor para escuchar. No nos engañemos, el carácter pasivo del verbo lleva implícito la voluntad de dejarse alcanzar y para eso hay que tener agallas o al menos la ingenuidad del niño pequeño que no teme lanzarse de bruces a un mundo incomprensible. 










viernes, 18 de septiembre de 2020

Rezar. Pray. 祈禱。






Imaginen por un momento que no hay enfermeras, ni médicos, ni sistema sanitario. Imaginen que tienen un problema de salud, elijan el que quieran. Imaginen lo lento que se les pasa el tiempo con ese flemón, cólico renal, dolor intenso o herida supurante, sabiendo que solo pueden esperar.

No hay que irse muy lejos, nuestros bisabuelos tuvieron un acceso muy limitado a servicios sanitarios. Antes de ellos menos todavía. Se defendían con remedios caseros, algún medicamento básico y solo de forma excepcional podían acceder puntualmente a consultar con alguien. 

Muchos solo podían rezar. Y si no tenían a quien aguantar el sufrimiento lo mejor que podían. 

Hoy nos hemos olvidado de rezar, algo que ha quedado trasnochado cuando podemos solucionar casi cualquier problema tirando de tarjeta de crédito o comprando a distancia. Con respecto a la salud pasa lo mismo. La hemos convertido en un bien de consumo más siguiendo las reglas de la nueva religión de mercado que impera en este sistema de cosas. 

Pero a veces las cosas se tuercen y uno se pone malo de verdad o aparece una pandemia que satura el sistema sanitario. En esos momentos no es posible comprar la solución, por más dinero que tengamos no encontraremos la puerta de salida. Ahí tal vez podamos empezar a rezar. 

No es nada fácil en estos tiempos recordar que no somos el centro del universo, pero la naturaleza nos lo sigue mostrando a base de huracanes, incendios, terremotos y pandemias. Somos vulnerables, pura levedad. Los que trabajamos en lo sanitario bien lo sabemos, como todo el que haya pasado por algún camino de dolor o enfermedad importante. 

Reconocer que nuestra posición en el mundo es muy pequeña y que quizá haya otros referentes mayores que nosotros nos abre la puerta a analizar nuestras prioridades. 

¿Es la oración un recurso sanitario? ¿puede ayudar al que sufre enfermedad o dificultad? 

Lo que parece cierto es que quizá necesitemos abrir la mente y reconocer que ante circunstancias extraordinarias es preciso conjugar verbos no habituales. 







Pray.

Imagine for a moment that there are no nurses, no doctors, no health system. Imagine that you have a health problem, choose the one you want. Imagine how slowly time passes with that boil, kidney colic, severe pain or oozing wound, knowing that you can only wait.

You don't have to go far, our great-grandparents had very limited access to health services. Even less so before them. They defended themselves with home remedies, some basic medication and only exceptionally were they able to access someone with sanitary habilities. 

Many could only pray. And if they had no faith to endure the suffering as best they could. 

Today we have forgotten to pray, something that is outdated when we can solve almost any problem by pulling a credit card or buying on line. The same goes for health. We have turned it into another consumer good by following the rules of the new market religion that prevails in our time.

But sometimes things go wrong and you get really sick or a pandemic comes along and overwhelms the health system. In those moments it is not possible to buy the solution, no matter how much money we have we will not find the way out. Then maybe we can start praying. 

It is not easy in these times to remember that we are not the centre of the universe, but nature continues to show us this through hurricanes, fires, earthquakes and pandemics. We are vulnerable, pure lightness. Those of us who work in the health field know this well, as does anyone who has gone through any major pain or illness. 

Recognising that our position in this world is very small and that there may be other references greater than ourselves opens the door to analysing our priorities. 

Is prayer a health resource? Can it help those who are suffering from illness or difficulty? 

What seems to be true is that we may need to open our minds and recognise that in extraordinary circumstances it is necessary to conjugate unusual verbs. 






祈禱。

自動翻譯,對錯誤感到抱歉。

想像一下,這裡沒有護士,沒有醫生,沒有衛生系統。假設您遇到健康問題,請選擇所需的健康問題。想像一下,煮沸,腎臟絞痛,劇烈疼痛或傷口滲血會花多長時間,知道您只能等待。



您不必走太遠,我們的曾祖父母獲得醫療服務的機會非常有限。在他們面前更是如此。他們以家庭療法,一些基本藥物為自己辯護,只有在例外情況下,他們才能夠接觸具有衛生能力的人。



許多人只能祈禱。如果他們沒有信心盡力忍受痛苦。



今天我們忘了祈禱,當我們可以通過拉信用卡或在線購買解決幾乎所有問題時,這已經過時了。健康也是如此。通過遵循當今流行的新市場信仰的規則,我們已將其轉變為另一種消費品。



但是有時情況會出錯,您會真正生病,或者發生大流行,使衛生系統不堪重負。在那些時刻,不可能購買解決方案,無論我們有多少錢,我們都找不到出路。然後,也許我們可以開始祈禱了。



在這些時期,要記住我們不是宇宙的中心並不容易,但是大自然繼續通過颶風,火災,地震和大流行向我們展示這一點。我們脆弱,純潔。我們這些在衛生領域工作的人以及任何經歷過重大痛苦或疾病的人都知道這一點。



認識到我們在這個世界上的地位很小,並且可能還有比我們更大的參考文獻,這為分析我們的優先事項打開了大門。



祈禱是一種健康資源嗎?它可以幫助那些患有疾病或困難的人嗎?



似乎正確的是,我們可能需要敞開胸懷,意識到在特殊情況下,有必要將不尋常動詞進行共軛。

jueves, 17 de septiembre de 2020

Desvelar







Muchos desvelos traen estos tiempos. Mucho quebranto.

La confusión genera una capa densa de ruido que se queda pegada a la piel como esa humedad de las ciudades de mar en verano. Una adherente pátina de gelatinosa desidia. 

Y las pantallas vomitando fuego griego, ese fluido misterioso que ardía destrozando flotas sin que nada pudiera apagarlo.

¿Cómo llegar a ver? ¿Cómo alcanzar a oír la voz del ángel que desde las alturas nos indica?

El denso velo nos impide entender. Los sumos sacerdotes durante siglos remendaron el que cayó cuando crucificaron al viviente. Ya no es posible entrar a ese nivel de intimidad que Eva y Adán tenían a la caída de la tarde. 

Pero tal vez haya una pequeña posibilidad si cada cual desvela sus heridas. Si entre todos mostramos esta nueva normalidad como lo que verdaderamente es: un robo monstruoso de derechos para aplastar sociedades enteras. 

Los médicos de Madrid estamos saliendo a las 12 a la puerta de los centros como pequeño signo de protesta. Tal vez podamos además enseñar en un papel lo que pasa por dentro y ahora es invisible para tantas personas que necesitan atención y no pueden ni siquiera contactar por teléfono. 

Desvelar es mostrar, demostrar y permitir que otros vean, entiendan y puedan pasar donde antes había velo y confusión.

































miércoles, 16 de septiembre de 2020

Reconocer






Foto de Rafa Cofiño





Déjame taparte esta noche
Acomodar la sábana en tu cuello
Respirar un momento
Las luces apagadas
Salir con suavidad.

Luego fundiremos nuestro sueño
De una manera misteriosa
Para terminar en la mañana
Como dos náufragos novatos

Recién llegados a la aurora.




Voy a intentar escribir algunos artículos centrándome en un verbo. Una manera como cualquier otra de intentar ponerme en movimiento, en búsqueda de acción. Y comienzo el viaje reconociendo que no veo. 

Llevo meses sin ver claro. Ni evidencia científica, ni liderazgo, ni claridad. Mi capacitación profesional no sirve, es insuficiente en estos momentos para aportar a los demás el servicio que desean. La estructura en la que trabajo limita mis manos con burocracia y protocolos rígidos e ineficaces. Los pacientes a mi alrededor están confundidos y molestos al ver que la atención sanitaria que conocían ya no está. Mis compañeros gritan sobrecargados y angustiados. Yo grito también.

Salgo de la consulta buscando algo de luz. Camino lejos hasta la consejería de sanidad, hablo con ellos, no consigo claridad. Camino al ministerio de sanidad, me dejan entrar al descansillo pero no al salón, me voy frustrado. Miro en las redes sociales, solo encuentro más gritos. 

Termino en el silencio, bueno más bien en una partitura con ayuda de Arvo Part. Y sigo reconociendo mi ignorancia. Hoy acudí al domicilio de una anciana enferma, llegué corriendo. Afortunadamente fue una falsa alarma. El piso era humilde, las paredes raídas, los muebles sencillos, el suelo no brillaba. Volví caminando despacio, desolado al darme cuenta de que la verdadera emergencia no es el coronavirus sino la miseria y esa sí que es imparable.

Pero no soy capaz de encontrar la narrativa. La manera de explicámelo y explicarlo a otros. Me di cuenta de que la palabra hundimiento no valía, batalla y barricada tampoco. Hace falta abrir más la mente y reconozco que no puedo. Soy igual de limitado y rígido que esos jefes que critico. Igual de impotente.

Por eso me tengo que callar. O escribir bajito algo de poesía o alguna reflexión pequeña como esta. Espero me comprendan y reconozcan conmigo que por muy negra que sea la noche al final suele llegar el alba. 






jueves, 10 de septiembre de 2020

¡Vamos! Let's go! 我們走吧!






Necesitamos gritos de batalla. En el deporte, en la guerra, en la vida. Sobre todo cuando vienen mal dadas. 

Y en esta hora de confusión quizás más. 

Porque no logramos entender lo que pasa. No conseguimos encontrarle la lógica. Las instituciones, lo más sólido de nuestras sociedades, parecen derretirse una tras otra mientras al fondo los incendios, catástrofes naturales, sequías y epidemias se suceden. Los gobiernos, estados y países se hunden en espirales de mala gobernanza, populismos, ausencia de ética y narrativas. Y la globalización líquida engulle en su triunfo imperial lo poco que quedaba de dignidad y buena educación.

Todo gira cada vez más rápido mientras la luz se apaga.

Entonces alguien grita: ¡Vaaaamos! Y a los que escuchamos nos sale repetirlo. No podemos seguir bloqueados en miedo o queja permanente. Hay mucha tarea por hacer y mucha tela que cortar. 

Gritemos, peleemos, luchemos. Contra las sombras de injusticia y opresión que deshumanizan, sean de la forma que sean y tengan el nombre que tengan. Dejemos las viejas etiquetas en el suelo, de poco valen ya. De poco valen ya. 

Pues son los frutos y no los adjetivos los que diferencian la higuera de las zarzas. 







Let's go!

We need battle cries. In sport, in war, in life. Especially when we have bad cards. 

And in this hour of confusion perhaps more. 

Because we do not understand what is happening. We cannot find the logic. The institutions, the most solid part of our societies, seem to melt one after another while in the background fires, natural disasters, droughts and epidemics follow one another. Governments, states and countries sink into spirals of bad governance, populism, lack of ethics and narratives. And liquid globalization swallows up in its imperial triumph what little remains of dignity and good education.

Everything spins faster and faster as the light is dimmed.

Then someone shouts: Vamos! And those of us who listen get to repeat it. We cannot continue to be blocked in fear or permanent complaint. There is much work to be done and much cloth to be cut. 

Let's shout, let's fight, let's struggle. Against the shadows of injustice and oppression that dehumanize, whatever form they take and whatever name they have. Let's leave the old labels on the floor, they are of little use now. They are of little value now. 

For it is the fruit and not the adjectives that differentiate the fig tree from the bramble. 







我們走吧!

自動翻譯,對錯誤感到抱歉。

我們需要戰鬥吶喊。在體育,戰爭,生活中。尤其是當我們有不良卡片時。

在這個混亂的時刻,也許更多。

因為我們不了解發生了什麼。我們找不到邏輯。這些機構是我們社會中最牢固的部分,似乎彼此融為一體,而在大火,自然災害,乾旱和流行病的背景下又相繼出現。政府,州和國家陷入治理不善,民粹主義,缺乏道德和敘事的漩渦中。流動的全球化在其帝國的勝利中吞噬了幾乎沒有多少尊嚴和良好的教育。

隨著光線變暗,一切旋轉得越來越快。

然後有人大喊:走吧!我們這些聽的人會重複一遍。我們不能繼續因恐懼或長期抱怨而受阻。有很多工作要做,也要裁掉很多布。

讓我們喊,讓我們戰鬥,讓我們奮鬥。面對不人道的不公正和壓迫的陰影,他們採取什麼形式,使用什麼名字。讓我們將舊標籤留在地板上,現在它們已無用。他們現在沒有什麼價值。

因為無花果樹和荊棘的區別是果實而不是形容詞。

lunes, 31 de agosto de 2020

Ciegos al cambio. Blind to change. 盲目改變





El futuro está velado a los mortales. Hay un abismo negro que impide su visión. La desgracia vence sin embargo cuando esta ceguera invade el presente continuo y los seres humanos pierden la facultad de discriminar y de entender.

Un tiempo de bonanza puede trocar rápidamente en uno de catástrofe cuando la bruma de la indecisión, el bloqueo y la falta de criterio llena con sus paños opacos la intemperie. Y es la mala noticia que tenía que anunciarles: eso de ahí fuera es niebla densa. 

La paradoja es que algunos sí pueden ver a través de esa nube, concretamente los chino parlantes.

La manera más sencilla de explicarlo tiene que ver con los verbos ya que son ellos los responsables de expresar la acción en relación al tiempo. En los idiomas europeos los verbos se conjugan para adaptarse a una amplia gama de tiempos verbales, eso permite que podamos situar la acción en presente, pasado, futuro, hacerla condicional o distinguir si es simple o continua. En chino el verbo solo existe en infinitivo, no se conjuga. El tiempo verbal lo da el contexto. 

Lo que estamos viviendo en nuestro momento histórico es un cambio de contexto. Los valores están cambiando al ritmo veloz y líquido que marcan las ideas y tendencias lo que está amenazando y hundiendo instituciones y estructuras solidas tradicionales. 

Por su lado China ha evolucionado a gran velocidad adaptándose a un mundo complejo y cambiante. Ha sabido mantener sus estructuras sociales básicas y añadir las que le ha parecido bien del exterior. La coexistencia de un sistema político firme con limitación de derechos civiles y una economía basada en capitalismo de estado, han permitido su elevación al puesto de primera potencia mundial. 

Desde Europa seguimos sin entender cómo nuestra posición histórica de supremacía sigue devaluándose mientras la industria se desmantela, los mejores profesionales emigran, la población disminuye y la economía se hunde.   Asistimos con pavor al rápido deterioro del antiguo imperio americano al que considerábamos hermano y miramos con suspicacia la elevación del nuevo imperio chino que ha conseguido inundar nuestros mercados de productos baratos al enorme precio de haber fagocitado incontables puestos de trabajo y dejado al mínimo la estructura industrial. 

De nada nos sirven nuestro superpoderes gramaticales si por mucho que podamos conjugar nuestros verbos nos movemos por contextos oscuros que no aportan ninguna claridad. 

La única respuesta de calado que ha dado Estados Unidos es la transformación del capitalismo tradicional en un capitalismo de gigantes, permitiendo la emergencia de megacorporaciones monopolísticas que concentran una gran masa de poder. Estos gigantes tratan a los trabajadores como perros de paja y destruyen todo el entramado de pequeñas y medianas empresas de su sector y de los aledaños. Al final crecen ofreciendo competitividad al precio de eliminar derechos sociales y destruir empleo y entramado social. 

El ciudadano europeo vive pues en la mitad de un espejismo de supermercados llenos y gran bonanza de bienes y servicios mientras las clases medias adelgazan y crecen las colas de la asistencia social. 

La confusión, los gritos y las quejas sirven de poco. El ruido de fondo que crean medios de comunicación y redes sociales no favorece ni el silencio, ni la reflexión, ni la toma de conciencia. Queda algún intelectual pero su voz no llega lejos en medio de tanta algarabía, máxime cuando las crisis sociales se suceden y el miedo se extiende cada vez más. 

Lo más revolucionario en este momento es algo tan simple como abrir los ojos. Ver que todo está cambiando según la antigua ley que permite que el más poderoso haga valer su voluntad. Entender que necesitaremos mucha creatividad para adaptarnos. Confiar en que podremos aportar el valor que los tiempos exigen. 





Blind to change

The future is veiled from mortals. There is a black abyss that prevents their vision. But misfortune overcomes when this blindness invades the present continuous and human beings lose the faculty to discriminate and understand.

A time of bonanza can quickly turn into a time of catastrophe when the mist of indecision, blockage and lack of judgment fills the open air with its opaque cloths. And this is the bad news that I had to announce to you: this is a dense fog outside. 

The paradox is that some can see through that cloud, specifically the Chinese speakers.

The simplest way to explain it has to do with verbs, since they are responsible for expressing the action in relation to time. In European languages, verbs are conjugated to adapt to a wide range of verb tenses, which allows us to situate the action in the present, past, future, make it conditional or distinguish whether it is simple or continuous. In Chinese the verb only exists in the infinitive, it is not conjugated. The verb tense is given by the context. 

What we are experiencing in our historical moment is a change of context. Values are changing at the rapid and liquid pace set by ideas and trends, which is threatening and sinking traditional institutions and solid structures. 

For its part, China has evolved at great speed, adapting to a complex and changing world. It has known how to maintain its basic social structures and add those that it has found good from the outside. The coexistence of a strong political system with limited civil rights and an economy based on state capitalism has allowed it to rise to the position of world power. 

From Europe we still do not understand how our historical position of supremacy continues to devalue as industry is dismantled, the best professionals emigrate, the population declines and the economy collapses.   We witness with dread the rapid deterioration of the old American empire that we considered our brother, and we look with suspicion at the rise of the new Chinese empire that has managed to flood our markets with cheap products at the enormous price of having phagocytized countless jobs and left the industrial structure at a minimum. 

Our super grammatical powers are of no use to us if, however much we can conjugate our verbs, we move around in dark contexts that bring no clarity. 

The only significant response that the United States has given is the transformation of traditional capitalism into a capitalism of giants, allowing the emergence of monopolistic mega-corporations that concentrate a large mass of power. These giants treat the workers like “straw dogs” and destroy the whole network of small and medium-sized enterprises in their sector and those around them. In the end they grow by offering competitiveness at the price of eliminating social rights and destroying jobs and the social fabric. 

The European citizen lives then in the middle of a mirage of full supermarkets and great bonanza of goods and services while the middle classes are thinning and the queues of social assistance are growing. 

The confusion, the shouting and the complaints are of little use. The background noise created by the media and social networks does not encourage silence, reflection or awareness. There are still some intellectuals, but their voices do not reach far in the midst of so much noise, especially when social crises follow one another and fear spreads more and more. 

The most revolutionary thing at this moment is something as simple as opening one's eyes. To see that everything is changing according to the old law that allows the most powerful to enforce their will. Understanding that we will need a lot of creativity to adapt. To trust that we will be able to provide the value that the times demand. 





盲目改變

自動翻譯,抱歉。

未來被凡人遮蔽了。有一個深淵阻止了他們的視線。但是,當這種盲目行為侵擾了當前的連續性而人類失去了辨別和理解的能力時,不幸就克服了。

猶豫不決,阻塞和缺乏判斷力的薄霧充斥著不透明的衣服,充滿了生機。這是我不得不向您宣布的壞消息:這是外面的濃霧。

矛盾的是,有些人可以透過雲看到,特別是講中文的人。

解釋它的最簡單方法與動詞有關,因為動詞負責表達與時間有關的動作。在歐洲語言中,動詞被共軛以適應各種各樣的動詞時態,這使我們能夠將動作定位於現在,過去,未來,使其成為條件或區分其是簡單的還是連續的。漢語中的動詞僅存在於不定式中,而不是共軛的。動詞時態由上下文給出。

我們在歷史時刻所經歷的是環境的變化。價值正以思想和趨勢所設定的迅速而流動的速度變化,這正在威脅和消滅傳統機構和堅實的結構。

就中國而言,它已迅速發展,以適應複雜多變的世界。它知道如何維護其基本的社會結構,並增加從外部發現的良好結構。具有有限的公民權利的強大政治體係與基於國家資本主義的經濟的並存,使其得以提升為世界大國的地位。

從歐洲,我們仍然不了解,隨著工業的瓦解,最優秀的專業人員移民,人口下降以及經濟崩潰,我們的至高無上的歷史地位如何繼續貶值。我們恐懼地目睹了我們視為兄弟的舊美國帝國的迅速惡化,並且我們懷疑新中國帝國的崛起,該帝國設法吞噬了無數工作,並以巨額價格向我們市場注入了廉價產品並最小化了產業結構。

如果我們能使動詞有更多的共軛,而我們卻在沒有清晰性的黑暗環境中四處走動,那麼我們的超級語法能力對我們毫無用處。

美國給出的唯一重要回應是將傳統資本主義轉變為巨人的資本主義,從而允許出現了集中大量權力的壟斷性巨型企業。這些巨人像對待“流浪狗”一樣對待工人,並摧毀了其所在部門及其周圍中小型企業的整個網絡。最後,它們通過以消除社會權利,破壞工作和社會結構為代價提供競爭力來發展。

那時,歐洲公民生活在大型超市,商品和服務的豐盛海市rage樓之間,而中產階級在減少,社會援助的隊列也在增加。

混亂,大喊大叫和抱怨毫無用處。媒體和社交網絡產生的背景噪音不會鼓勵沉默,反思或意識。仍然有一些知識分子,但是他們的聲音在如此大的喧鬧聲中傳不開,特別是當社會危機接follow而至,恐懼越來越蔓延時。

此刻最具革命性的事情就是睜開眼睛。看到一切都在按照古老的法律在變化,這使最有權勢的人能夠執行自己的意志。了解到我們將需要大量的創造力來適應。相信我們將能夠提供時代需求的價值。