domingo, 6 de septiembre de 2015

Nutriguía. Manual de nutrición clínica.





El sistema sanitario español no suele ofertar consultas de nutrición en su cartera de servicios. Esta disciplina se aborda de forma tangencial la gran mayoría de las ocasiones siendo la información que se proporciona al paciente bastante limitada. La editorial Panamericana acaba de publicar la segunda edición del manual de bolsillo: Nutriguía. Manual de nutrición clínica, que puede ayudar a complementar la formación de todo profesional sanitario que en su práctica necesite acceder a información nutricional. El formato es adecuado para llevar en el bolsillo de la bata en un claro guiño a estudiantes y residentes, tengo en casa el anterior y el tamaño es más incómodo para el bolsillo, esta edición cabe en cualquier parte. Coordinan la obra Rosa María Ortega Anta y Ana María Requejo Marcos acompañados de un equipo de más de 35 especialistas.

La edición se complementa con una página web de acceso privado para la que se suministra clave con métodos de valoración del estado nutricional, modelos de cuestionarios y valores de referencia, dietas terapéuticas y materiales que ayuden a la mejora nutricional y sanitaria de cualquier individuo o colectivo. Esta parte es en sí misma otro libro complementario y da un importante valor añadido a la obra. También se ofrece la posiblidad de acreditar el aprendizaje mediante una evaluación certificada a quien lo requiera para su curriculum. 

viernes, 4 de septiembre de 2015

El despertar de la Fuerza de la Medicina de Familia



 Fotos Stars Wars: The force awakens. StarWars.com



Todo tiene su lado oscuro. La medicina de familia también. Los que se acercan a ella lo conocen. Si son jóvenes padecerán la carestía de trabajo y la precariedad de este, si son mayores la sobrecarga, la burocracia y la mala gestión. Hay muchas sombras y amenazas. Los presupuestos decrecientes,  la falta de apoyo institucional, el desconocimiento de la misma por la clase política... Pero lo peor suele estar dentro de los propios profesionales que ejercen esta disciplina en la forma de una baja autoestima, pésima moral y descorazonamiento crónico. La mayoría de los Jedis han sido suprimidos de alguna u otra forma. ¿Será posible que esta disciplina repunte y ofrezca a la sociedad todo lo que puede dar?




Las apariencias parecen indicar que necesitamos otra narrativa. Los congresos al uso, los popes, las sociedades científicas, los colegios de médicos y los sindicatos se han desvirtualizado. Muchos los consideran ya del lado oscuro, sintiendo que aportan muy poco a su práctica diaria. ¿Cómo formular una alternativa ante tanta desolación?




El primer paso será sin duda reflexionar. Me permito para ello caminar la senda de mi amigo Francesc Borrell quien lleva mucho tiempo investigando sobre ello. Hace falta más reflexión en la clínica pero también fuera de la consulta. El médico de familia precisa reformular permanentemente sus preguntas, hilvanar la madeja de la ética con la de la práctica asistencial y las necesidades propias y de sus pacientes. Hace falta reflexión para plantear nuevas estructuras y formas de trabajo.

Otro paso es formular propuestas creíbles y sensatas que aporten valor añadido a la sociedad, estructura sanitaria y a los propios profesionales. Esto irá de la mano de una nueva narrativa que sea entendible tanto por políticos como por sociedad a la par que ilusionante para profesionales y estudiantes con interés en esta disciplina. Llevamos demasiado tiempo perdido en charlas de café y foros internos, muchas horas de debate, estudio e investigación que no han movido molino. El enorme capital de talento que la medicina de familia tiene en nuestro país no ha salido todavía del armario. Ya va siendo hora, tanto en los junior como en los senior.




¿Hay verdaderamente alternativas de cambio? ¿tenemos posibilidades de ganarnos a los pacientes? ¿y a los políticos? dependerá de cómo navegue cada cual su propia consulta. De la resolubilidad, calidad científica, habilidades de comunicación, valores, interés real por los pacientes, habilidades diagnósticas y terapéuticas, etc... Nadie va a venir a arreglarnos una Atención Primaria carcomida por el mal de "no es mi función", ustedes ya me entienden.



En Estados Unidos la iniciativa Family Medicine Revolution y otras en Reino Unido y otros países están tratando de iniciar un movimiento que permita una evolución. Probáblemente sea sensato que lo que se formule en nuestro medio tenga en cuenta estas líneas de acción. También lo es aprender a dialogar con otros profesionales sanitarios y de la gestión invitándoles a añadir sus propuestas y puntos de vista.




Sabemos muy poco lo que los avances tecnológicos en hardware, software, ehealth, mhealth, big data y otros muchos frentes aportarán (o no) a la medicina. Intuimos que el modo de ejercerla va a cambiar notoriamente en los próximos años no tanto por la tecnología sino porque la sociedad entera se está reformulando a muchos niveles. Cuando la percepción de salud parece hundirse y cada vez hay más "enfermos crónicos complejos" parece que los profesionales sanitarios habrán de dar lo mejor de sí mismos para que la situación no se nos vaya de las manos. Dejarlo todo en manos del político que planifica a cuatro años vista ó a unos expertos que preparen su dossier ó su presentación en un congreso de crónicos no es sensato. El nivel de inteligencia colectiva que hay que movilizar es mayúsculo. Hace falta que mucha gente participe y que surjan personas que sepan liderar las posibilidades emergentes desde el servicio y no desde el ego.





jueves, 3 de septiembre de 2015

Medicina racional e irracional




John William Waterhouse. Niño enfermo en el templo de Esculapio





Desde la noche de los tiempos el ser humano ha enfermado y se ha enfrentado a la muerte de los que le rodean y a la suya propia. Lo ha hecho de forma racional, hasta dónde ha podido, e irracional hasta dónde ha necesitado. Utilizó sus habilidades cognitivas y el conocimiento del medio para mejorar sus habilidades de adaptación. Cuando se sentía enfermo usaba plantas y remedios que iba probando y que pasaban a formar parte del conocimiento oral del clan. Estos remedios eran capaces de aliviar y curar multitud de problemas. Lo que no podía tratar con métodos empíricos y racionales lo afrontaba con el universo mítico que creó para formular una explicación de un cosmos que no podía explicar de otra manera. De este modo surgieron dioses, ángeles y demonios, cielos e infiernos que constituían el necesario armazón narrativo que la realidad ha de tener siempre para poder caminar por ella sin perdernos. La revolución científica permitió que el armazón racional creciera exponencialmente en detrimento del mítico que fue encogiendo lentamente. El problema surge cuando la ciencia trata de explicar lo mítico para lo cual es del todo ineficiente como en su día lo mítico lo fue para explicar científicamente la naturaleza.

 Los humanos tenemos pues dos naturalezas al igual que la luz que puede explicarse como onda ó como corpúsculo. Nosotros somos capaces de ver el mundo y a nosotros mismos de forma científica ó mítica pero no a la vez. Hay cuestiones que se entienden mejor con una visión y otras con la complementaria. A la hora de enfermar la ciencia tiene mucho que decir pero se encontrará con partes para las que no tiene respuestas. Tal vez eso explique que un gran número de personas sigue consultando con terapeutas no científicos aun a sabiendas de que sus disciplinas no tienen respaldo racional. Lo mítico y lo irracional siguen siendo imprescindibles para el ser humano de a pie que no es capaz de explicar su universo únicamente apoyado en la ciencia.

Los médicos, y los profesionales sanitarios en general, son formados dentro de un estricto paradigma científico lo que les hace complicado relaccionarse con el mundo irracional y mítico de sus pacientes, que suele quedar sin explorar ni ser tratado en la conversación de la consulta. No entienden sus demonios ni sus infiernos. Esto hace que muchos pacientes se sientan incomprendidos y no encuentren suficientes respuestas en la medicina convencional que tal vez trate el síntoma pero no termina de enterarse bien del "drama griego" del que surge en el interior de la persona.

¿Es posible relacionarse con la parte mítica de la enfermedad sin engañar al paciente? Si determinamos que racionalmente no hay ningún tipo de acción en un preparado homeopático ¿es ético proporcionarselo a un paciente sabiendo que científicamente no tiene fundamento? ¿y si es el mismo paciente el que solicita una intervención acientífica e irracional?

Esta reflexión debería ofrecerse a todos los galenos, a los que aconsejaremos se armen de prudencia para tratar de responderla. Reconocer la enorme importancia de la ciencia ha de ir de la mano del reconocimiento de la importancia de la parte mítica que todos nosotros acarreamos en forma de creencias de todo tipo.
Estas creencias forman el cimiento de nuestra identidad y son responsables de una considerable parte del sufrimiento humano. Nacionalismos, religiones, posiciones políticas surgen de aquí y como todos sabemos no es sencillo modificarlas ni llegar a acuerdos cuando son disonantes. La ciencia misma comúnmente deviene en creencia cuando hay partes de ella que creemos a ciegas sin entender bien los fundamentos ni el grado de certeza que goza el aspecto considerado. El mismo Hipócrates tomó conciencia de la importancia de este aserto cuando introdujo  la tercera pregunta clásica de toda historia clínica: ¿a qué lo atribuye?
También resulta interesante que cualquier ciudadano pueda reflexionar sobre esta cuestión dado que inevitablemente le tocará enfrentarse con la parte misteriosa de la existencia en la que inexorablemente están la enfermedad y la muerte. Una zona difícil de explicar y comprender que requiere respuestas personales para cada cual que incluirán argumentos científicos y míticos en proporción variable.

Como médico de familia me encuentro cómodo cuando soluciono problemas desde mi lado científico que me permite dar soluciones en un gran tanto por ciento de las consultas que atiendo. No me es tan fácil cuando la ciencia no da para más y la persona sufre por una narrativa para la que las pastillas son  ineficientes. En estos casos he de emplearme a fondo para escuchar todo lo que mi capacidad permite y para acompañar de una forma lo suficiente humana y creativa como para que la persona enferma se sienta comprendida y suficientemente aliviada. No siempre lo consigo. Este terreno irracional remeda caminar sobre hielo fino. Todos conocemos esta sensación cuando alguna vez nos ha tocado caminarlo por dentro de nosotros. Por eso es fundamental una buena conexión personal con nuestras narraciones míticas e irracionales, con nuestros mundos emocionales y creenciales. Pienso que no será posible dar normas generales pero que siempre habrá una posibilidad de entendimiento y contacto cuando se establece una comunicación en la que la zona mítica del terapeuta resuena con la del paciente. Esto no se entrena en las facultades de medicina y es una de las causas de que la misma no dé para más. Tal vez no pueda darlo, pero en cualquier caso parece sensato abrir el foco para reconocer nuestra ignorancia y seguir buscando luz dónde aparentemente solo vemos sombras.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Apuntes sobre demografía




El Instituto Federal Alemán para los Asuntos Urbanos ha publicado unos mapas muy reveladores que deberían estar en la cabecera de todos los periódicos. El primero analiza la población europea entre 2001 y 2011 dibujando en rojo las zonas que crecen y en azul las que decrecen. La imagen es escalofriante con un envejecimiento enorme de la zona balcánica y Grecia en el este, paralelo al que experimenta el oeste peninsular. España se rompe demográficamente en dos. Pero si damos un paso más y cruzamos esta información con la del siguiente mapa que analiza el porcentaje en riesgo de pobreza en 2020 la cosa se pone mucho más seria. La zona balcánica, Grecia, y el sur de Italia y España se empobrecen significativamente.

A nivel de salud estos datos son muy reveladores, es bastante sencillo pronosticar dónde empeorarán más los indicadores de salud y aumentará la morbilidad y la mortalidad. La pobreza y la vejez son caballos apocalípticos que no se andan con chiquitas cuando viajan juntos. La mala noticia es que el nivel de complejidad que enfrentamos es mucho más potente en un escenario de globalización, con un modelo político económico insostenible y un nivel de tecnificación progresiva que destruye empleo.

La gran inversión en robotización que se está produciendo acelerará el punto de ruptura social al aumentar por un lado la asimetría social y precarizar cada vez más a la mayoría de la población. En este nuevo escenario ¿tener más ciudadanos será una ventaja o una desventaja?

 Lo que me sorprende es que estos temas no gocen de más interés y no se aliente la reflexión sobre los mismos. El mundo sanitario lleva décadas hablando del problema de los pacientes crónicos que es sólo un fleco del pastel. La complejidad que se nos viene encima será mucho mayor de lo que nuestros aviesos analistas han previsto.

El reto está servido y me parece importante empezar a reflexionar y buscar propuestas creativas.






De propina les propongo otro gráfico con una previsión de la población muncial en 2050 en el que destaca un aumento significativo de la población africana que afectará sin duda a la recesiva Europa.




martes, 1 de septiembre de 2015

La soledad sonora y el zapping mental




"la noche sosegada
en par de los levantes de la aurora,
la música callada,
la soledad sonora,
la cena que recrea y enamora."



Juan de la Cruz. Cántico espiritual.





Hace unos días me di el capricho de asistir al festival de teatro clásico de Mérida. Estar sentado junto a cuatro mil personas en un edificio de más de dos mil años es una sensación extraña. Cuando se apagaron las luces para dar comienzo al espectáculo pude ver claramente como aproximadamente un tercio de los asistentes tenía sus caras iluminadas por sus teléfonos móviles que consultaban animadamente mientras esperaban. La sensación fue chocante. Es verdad que todos llevábamos un móvil, pero que tanta gente lo estuviera usando aprovechando una breve espera me dio la pauta del grado de dependencia que tenemos frente a este adminículo que se ha constituido en una prolongación de lo que creemos ser. Nos pasamos muchas horas del día en modo zapping mental. Ya lo llevamos haciendo años con la televisión pero ahora es peor dado que esa televisión ha encogido y la llevamos en el bolsillo. Construimos andamios audiovisuales con los que sostenemos el árido panorama de nuestras vidas, tratando así de suavizar los sinsabores y engañar la sed. El problema es que este sucedáneo no deja de ser un frágil parche que no es capaz de contener el oleaje de nuestros deseos. Seguimos con un hambre voraz de todo aquello que un ser humano necesita: contacto, reconocimiento, belleza, seguridad, tranquilidad de ánimo... No somos conscientes del enorme precio que pagamos con este zapping vital que destruye algo tan frágil como imprescindible para alcanzar eso que algunos llaman felicidad: el silencio. Los poetas y los místicos ya nos lo cantaron, para encontrar el éxtasis hay que salir a la intemperie, a ese lugar pavoroso y misterioso que constituye el silencio interior. Únicamente quien sabe adentrarse en la soledad sonora encontrará la inspiración, el sentido ó al dios desconocido. Para crear hay que salir del modo zapping mental y entrar en esas aguas silenciosas que nos permiten reencontrarnos con nosotros mismos y desde ahí contactar con todo lo demás. Cuando no lo conseguimos terminamos sufriendo y enfermando. Algún fusible suele saltar para avisarnos del desastre de abandonarnos a nosotros mismos. La temporada estival ofrece muchas oportunidades para el ruido pero también para el silencio. Descansar del modo de conexión mental permanente, de las pantallas, de los aparatos que nos rodean es una sugerencia atrevida a la par que contracultural. Basta mirar el mar, el cielo estrellado ó regalarse un paseo... la paz está más cerca de lo que pensamos.

lunes, 31 de agosto de 2015

Relatos de verano: Nadie lo vio venir.


Nadie lo vio venir. Es cierto que alguno economistas pesimistas labraron su prestigio a base de ver densos nubarrones en el horizonte pero ni siquiera ellos pudieron preveerlo. El hundimiento fue una cuestión de valores, no podría ser de otro modo. Colapsaron como una fila de fichas de dominó instituciones, agrupaciones industriales, coorporaciones, ayuntamientos, familias e individuos que no superieron adaptarse a la hibridación con las máquinas. Los países más avanzados se quedaron sin demografía mientras la presión de oleadas que huían de la miseria se hizo insostenible. Hubo que recurrir a medidas de expcepción para diezmar el sobrenadante por un lado y para permitir que los ciudadanos con derechos pasaran a obtener una nueva carta de ciudadanía que fuera más allá de la especie. La interface cerebro máquina de Aguirre-Newman y el desarrollo de los hiperpaneles solares de grafeno marcaron el inicio de la verdadera era de Acuario que se llevaría por delante todo lo conocido hasta el momento. 

domingo, 30 de agosto de 2015

Relatos de verano: El final del dia


Tal vez la última hora del dia tenga un cariz redentor mayor incluso que la primera que suele ser la que tiene la fama. Es al final de la jornada cuando los pájaros celebran antes de la llegada de la noche, cuando los bosques se arropan y preparan para la llegada de la luna. Aprendemos a  sentir el paso de las horas gracias a las distintas tonalidades y calidades de la luz. Con la urbanización y las modernas circunstancias hemos perdido parcialmente el arte de acariciar la luz, ó más exáctamente de ser acariciados por ella. Si contemplamos cualquier ser vivo veremos con facilidad cómo se deja acariciar. Incluso las montañas inertes reaccionan abriendo y cerrando sus calcáreas vestimentas. Antes de desaparecer esta noche en un sueño en el que dejaré de ser yo, me alegro con la algaravía que se concentra en uno de los árboles del jardín, ellos también lo saben, hoy moriremos todos. La virtud estriba en no dotarlo de demasiado dramatismo tan solo de presente. Ha habido muchos días, vendrán más y la magia de este ocaso surge de que nos permite hablar en la distancia, yo desde esta hoja, tú desde tus ojos. 

sábado, 29 de agosto de 2015

Relatos de verano: La última reflexión.


Los mejores placeres que conozco son sencillos. Caminar despacio por un bosque, contemplar la vista desde un alto, mirar las estrellas. Reconozco que a lo largo de mi vida me he olvidado de la fresca alegría que producen. No sabría decir con precisión por qué. Podría aducir la prisa, el agobio ó la incosciencia aunque seguramente la lista completa terminaría aburriéndonos. A punto de terminar mi vida reflexiono sobre todas las ocasiones que perdí. Sin acritud pero con rigor. Necesito comprender y para eso es fundamental recordar. En este momento escucho la voz de un piano y tengo un basto territorio virgen al otro lado de la ventana. Creo que la existencia ha sido muy generosa conmigo. Siento que ha llegado el momento de hacer una última ablución y una postrera rendición de cuentas ante mí mismo, el juez más severo que conozco. Empiezo la misma llamando a los testigos de la memoria y ellos vienen con sus testimonios precisos. Unos recuerdos traen su pulgar subido, otros apuntan hacia el suelo condenando. La verdad es que he desperdiciado muchas ocasiones, todas esas cicatrices me acompañan. Lo peor sin embargo no es lo que no hicimos sino lo que no nos permitimos sentir relegándolo a produndas santinas interiores. Queda poca luz fuera, tengo toda la noche por delante. Ahora más descargado sé que estoy preparado para marchar. Cuando lean esta carta sirvanse contactar con mi albacea y con mis abogados. Espero que la retirada del cuerpo no sea un gran inconveniente. 

viernes, 28 de agosto de 2015

Relatos de verano: Amar es desaparecer.

Amar es desaparecer. Las pocas veces que lo he conseguido algo se apagó en mí. Durante un instante todo queda en suspenso y lo que creo que soy se vuelve casi transparente. Las razones se van, quedan solo las certezas de los cinco sentidos y el esplendor del cuerpo que baila con nosotros alrededor de una columna infinita de fuego. Al convertirme en viento mi levedad no puede ser mayor, quizá por eso no es posible desvelar el misterio al no tener la suficiente corporalidad para traspasar el dintel de semejante santuario. Las palabras no aportarán más luz que mi deseo de saber lo que allí hay, sé que es bastante poco. No nos detendremos por esta limitación; seguiremos amando, intentaremos hacerlo una y mil veces, girando extasiados esa música perfectamente transparente que mueve las esferas y que sin esfuerzo nos reune en un lugar donde todos somos pura dulzura. 

jueves, 27 de agosto de 2015

Relatos de verano: La neuróloga prosaica.

Siempre quiso ser escritora. Se sabía con talento suficiente aunque nunca reunió valor para enseñar a otros sus escritos. Decidió publicar un blog dónde de vez en cuando dejaba entrever sus capacidades narrativas. Aquella experiencia la desilusionó. Al principio cosechó buenas críticas y comentarios de sus lectores pero con el tiempo se cansó del experimento y cada vez escribía menos. Su vida era complicada tanto en lo que se refería a la convivencia consigo misma como en la terrible búsqueda de afecto que la obligaba a atravesar desiertos infinitos. Recurría a sus cuadernos para desahogarse en la escritura, trataba de mejorar su trabajo, al que dedicaba más tiempo del prudente, estudiaba hasta altas horas de la noche... nada era suficiente. La habían educado en el perfeccionismo y su carácter era el peor carcelero posible. A menudo miraba con profunda envidia a aquellas compañeras con personalidades efímeras ó claramente disolutas. Pese a su levedad eran capaces de reírse a carcajadas y estaba segura de que gozaban plenamente los lances amorosos que les regalaba la vida. Su rigidez no se lo ponía nada fácil pese a que su belleza serena y su forma de ser ordenada y cabal eran muy atractivas para los que la conocían. Nunca había escrito una poesía. Todavía no era el momento, todavía no.

miércoles, 26 de agosto de 2015

Relatos de verano: La debilidad humana.


Había logrado fraguarse una verdadera reputación. Su personalidad paciente y metódica junto con su caracter amable y bonachón hacián de él un recurso infalible. La alta sociedad hispalense empezó poco a poco a frecuentarlo como siempre ocurren estas cosas, gracias al boca a boca. En pocos años tenía como pacientes a las neuróticas más egregias de la ciudad. Esto por un lado le proporcionaba pingües beneficios y por otro mantener el renombre. Como ya le ocurrierra al maestro Freud cada vez era más difícil contenerse ante mujeres tan deseables y vulnerables que abrían ante él sus intimidades psicológicas. Al principio fueron trémulas tentativas de acceder a otras partes de su privacidad, que cada vez acababan siendo más anatómicas. Alguna caricia, alguna confianza... luego fue más común ir pasando a mayores. Hasta que cometió el error de cruzar la línea roja e introducirse diréctamente en la neurosis de varias clientes que terminaron contándolo todo. Su carrera terminó al aparecer su foto en los diarios, los chicos de la prensa no suelen ser precisamente comprensivos con la debilidad humana. 

martes, 25 de agosto de 2015

Relatos de verano: Los vómitos vedados.


Nunca fue capaz de devolver con dignidad. Tal vez el ataque de pánico que debió sufrir con sus primeros vómitos infantiles se le quedara grabado en algún circuito primigenio. Nunca lo sabremos. Lo cierto es que sus problemas disgestivos los solventaba sin apelar a este primitivo mecanismo liberador que suele ahorrar disgustos y molestias. Es verdad que nunca acudió a ninguna consulta a quejarse, aprendió pronto que estas cuestiones personales se solucionaban en la intimidad sin ser necesario importunar a nadie. Fue su nonagenario abuelo materno quien se lo enseñó haciendo un uso del sistema sanitario tan exíguo que mereció sin duda algún tipo de prima compensatoria. No se quejó ni para morirse, cosa que hizo tranquilamente en una mecedora. Desgraciadamente no saber devolver tiene problemas en un tiempo de dietas ponzoñosas como el que vivimos. Hay que ser muy sagaz para buscar mecanismos de compensación que nos libren de consumir venenos por una parte y ser capaz de eliminarlos bien por otra. Miraba con envidia a los que le contaban que de forma sencilla se provocaban el reflejo. Nunca lo consiguió. En cualquier caso se afanó para llevar una vida sencilla que no requiriera apelar a la nausea como forma de queja. Puedo decir que le fue bien, casi como a su abuelo. 

lunes, 24 de agosto de 2015

Relatos de verano: la anestesista.

Era una mujer práctica además de muy inteligente. Su expediente académico era impecable. Lo tuvo claro a la hora de elegir una especialidad, no quería complicaciones. Sus objetivos vitales estaban a la vista de todos, recuperar el tiempo perdido en la larga carrera, encontrar un partido decente y sentar la cabeza con tranquilidad trayendo al mundo un par de retoños, ni más ni menos. Llevó a cabo su plan con precisión suiza terminando a la par su especialización en anestesia  y la sonada boda con la que le obsequiaron sus orgullosos padres. La larga lista de sobresalientes obtenidos no aumentó un ápice su interés por los pacientes, los prefería dormidos, daban muchos menos problemas. Además su trabajo era cómodo y permitía leer ó navegar tranquílamente por internet, no pedía mucho más. Terminaron comprando un cómodo piso en una urbanización de lujo en Barcelona, dando una costosa educación a sus hijos y alternando con la alta sociedad como siempre habían hecho en su casa. Se consideraba una mujer realizada, razonablemente feliz y seguidora fiel de Julio Iglesias, ¿qué más podía pedirle a la vida?.

domingo, 23 de agosto de 2015

Relatos de verano: Michel Houellebecq


Michel Houellebecq es uno de los mejores escritores franceses. Tiene algo de maldito como aquellos poetas decimonónicos. Aúna inteligencia, oficio de escritor y una pesada carga de sufrimiento humano que le permite modelar personajes torturados y deshumanizados que de alguna manera son exorcismos de sí mismo. Es fácil conjeturar que la escritura debe ser una de las pocas cosas que le salvan de perecer ahogado al introducir un poco de aire limpio en los pulmones cada vez que consigue regalarnos una obra conclusa. Debo reconocer que disfruto con su saber hacer que se atreve a reflejar sombras tanto sociales como individuales con una enorme precisión que otros no tienen. Para ser escritor de oscuridades hay que bajar muy abajo en las bodegas. Eso tiene sus riesgos, ha de conseguir uno un guía confiable, imaginen lo que le hubiera pasado a Dante sin su Virgilio. Mientras nuestro autor parezca mantenerlo seguiremos disfrutando de propuestas arriesgadas para toda imaginación. Esto merece un brindis. 

viernes, 21 de agosto de 2015

Relatos de verano: El Olimpo personal


No nos es posible imaginar la cantidad de tiempo que lleva el ser humano poblando estas praderas. Durante su mayor parte consiguió zafarse de su profunda sombra con música y con baile. El cerebro humano se fue complejizando y lo mismo pasó con todo lo demás. El manejo sencillo que hacen otras especies con sus sentimientos también sufrió un cambio radical por la posibilidad de la mente de rebobinar y producir bucles. De estos últimos surgieron los dioses y demonios que los humanos empezaron a sentir dentro de sí mismos y en consecuencia en todo lo que les rodeaba. Fueron necesarias infinitas horas de tambor, de cantos recurrentes, de danzas circulares para aliviar esta pesada carga. Lo que nos ha costado siempre más a todos los humanos es poner cierto orden en nuestro Olimpo personal, en ese mundo onírico y emocional que algunos llaman psique. Hoy la música ha pasado a utilizarse como ruído de fondo y el baile como expansión aeróbica y festiva. Recurrimos a fármacos potentes y a psicoterapéutas para atajar las veleidades de la psicología. Algo me dice que como sociedad no nos es suficiente a tenor de los derroteros que vamos eligiendo. Todos los paradigmas tienen sus partes ciegas y la ciencia también. Por eso me gusta tanto recordar a Diógenes en estos tiempos de soberbia. Para saber lo que vale la caricia del sol en ocasiones hay que cambiar la perspectiva. 

jueves, 20 de agosto de 2015

Relatos de verano: Las fiestas de pueblo.

El mundo rural se resume a la perfección en las fiestas de pueblo. Una orquesta, a menudo superior a las posibilidades del municipio, ameniza una velada junto a una barra que no para de despachar bebidas y una multitud que trata de hablar con esfuerzo bajo el fuego cruzado de altavoces sobredimensionados mientras mira con atención a su alrededor. Unos pocos disfrutan de la música en la pista, predominan en este bando niñas y mujeres que bailan juntas, hay alguna pareja pero pocas. Algunos siguen el ritmo con algún movimiento corporal poco perceptible, la mayoría mantienen la bipedestación con una copa ó un cigarro como fiel aliado. Si algún antropólogo midiera estas interacciones nos sorprendería lo estático de este universo. Probáblemente no fuera siempre así. Estos acontecimientos siguen cumpliendo su función de ver y dejarse ver lo que es una ayuda para los que buscan pareja, algún contacto ocasional ó tan solo quieren algo de diversión que rompa de algún modo la monotonía habitual. Sirven de tablón de anuncios donde cada cual sin excepción cuenta cómo le va. Podemos observar desde las parejas bien avenidas hasta las malencaradas, aquellos que están disponibles y también los interesantes forasteros, las fuerzas vivas ó los indeseables que no suelen perderse estos eventos. Un universo humano que despliega su complejidad mientras toma una copa y suena la pachanga en la mágica noche de verano. 

miércoles, 19 de agosto de 2015

Relatos de verano: El mundo mítico.


El ser humano se ha caracterizado por la conquista de nuevos territorios. Su curiosidad, avidez y otros muchos factores le han llevado siempre un poco más lejos. En ese proceso ha chocado irremisiblemente con los intereses de los demás dando lugar a todo tipo de conflictos. Ha habido sin embargo una búsqueda mucho más compleja y apasionante por la que no se han tenido que enarbolar banderas de combate. A dicho territorio mandó a los mejores, a los más valientes, seres con clara vocación de servicio a la comunidad que arriesgaron su vida y su cordura en dicha empresa. En el principio de los tiempos fueron los chamanes de cada clan los que se aventuraban por esos páramos inexplorados. Recorrían aterrados una realidad pavorosa para la cual no tenían ni armas ni palabras lo que les obligó a construir un lenguaje mítico en el que dioses, espíritus y demonios reinaban en una tierra que podía ser cielo ó infierno y cuyas leyes, referencias y circunstancias eran completamente diferentes a lo ya conocido. Más adelante el mundo cambió y se contruyeron grandes ciudades e imperios, aquellos chamanes fueron sustituidos por castas sacerdotales que siguieron mandando místicos a explorar estas ínsulas. Hoy todo es diferente, la religión ha sido sustituida por la ciencia y esta es del todo inoperante en la tierra que hablamos, no puede medir ni calibrar el mundo mítico por lo que lo desdeña en su impotencia. Lo malo es que los sueños y los movimientos profundos del alma del hombre y la mujer siguen urdiéndose precisamente allí y sin mapas ni guías la tecnológica humanidad está perdida entre la bruma. Tal vez no sea a Marte dónde deberíamos situar nuestro próximo objetivo de exploración, tal vez sea razonable recordar que conocer algo más nuestras profundidades siempre ha sido sensanto. 

martes, 18 de agosto de 2015

Relatos de verano: El mujeriego.

Pocos especialistas de su rama que conociese habían publicado en el New England, pocos habían tenido un inicio de carrera más prometedor, pocos tenían la fama de mujeriego baboso que el tenía. No había sido siempre así. Su educación moral fue rigurosa: familia ultraconservadora, colegio de jesuitas, director espirtual, novenas... Desde niño le costó relacionarse con las chicas, al llegar la adolescencia fue el desastre, que se prolongaría toda su vida adulta. Consiguió mantener tres relaciones largas de noviazjo formal en las que nunca pasó de besar a sus novias en la mejilla. Cuando la tercera se cansó y le dejó algo delicado se rompió en él. Empezó a hostigar a todas las chicas que se ponían a tiro, fundamentalmente enfermeras y residentes. Las camelaba burdamente, las prometía cosas, trababa de robarlas un beso ó tocarles el culo. Tuvo algún éxito exíguo en alguna jornada jalonada de alcohol pero al precio de ver como su reputación se hundía como un gran pecio en las profundidades. Cuando algún conocido preguntaba por él era habitual ver como un velo de zozobra hacía temblar levemetne el rostro de su interlocutor durante el instante que éste requería para decidir si contar o no esta historia. Al final terminaban contándola para aliviar el nudo en la garganta produciendo siempre la misma reacción en el que preguntaba: Vaya, ya lo siento.

lunes, 17 de agosto de 2015

Relatos de verano: Catarros infantiles.


Los catarros y gripes suelen tener una pátina de melancolía. Recuerdo algunos en mi infancia que me dejaban una semana postrado en una cama liberándome de la obligación de acudir al colegio. Eran días mágicos que pasaba entre sábanas imaginando mundos mientras miraba el cielo por alguna ventana. Siempre se me han dado bien estas convalecencias. Agradecía disponer de enormes horas aparetemente largas y vacías en las que iba encontrando formas, intuiciones e imágenes de todos los tamaños. Aprendí pronto a transformar el aburrimiento en un ejercicio máximo de creatividad en el que construir todo tipo de historias. Estas habilidades no nos las pueden enseñar, cada cual las descubre en los derroteros de su propia biografía. Por eso tengo tan buen recuerdo de aquellos resfriados infantiles que por un lado atronaban el cuerpo y por otro permítian que la mente volase. No fueron necesarios muchos médicos ni medicinas, afortunadamente. Tan solo proporcionarme el suficiente espacio como para que hoy les pueda estar contando precisamente esto. 

domingo, 16 de agosto de 2015

Relato de verano: No es mi función



Empezó aquella interinidad con muchas ganas tras una larga temporada haciendo guardias y refuerzos en ambulatorios desperdigados con horarios infames. Sin embargo el reto era mayúsculo, tenía que pasar consulta en dos pueblos y atender cuatro residencias de ancianos, una con más de un centenar de internos. Acababa agotada. La carga burocrática era abrumadora y  como tres residencias no tenían médico todos los días tocaban múltiples avisos. Jamás había trabajado tanto. La enfermera del cupo sin embargo ocupaba parte de la tarde pintándose las uñas y hablando por teléfono. Un día la doctora la pidió ayuda, "no es mi función" fue la respuesta. Aquellas palabras terminarían produciendo el desastre, como ha ocurrido siempre desde que  Caín las pronunció por primera vez.

sábado, 15 de agosto de 2015

Relatos de verano: El nuevo enfermero

Sabían que venía de hospital y le quedaba poco para jubilarse. Compartiría dos cupos del centro de salud, los respectivos titulares se esperaban lo peor acostumbrados a recibir profesionales con pocas ganas de trabajar ó muy castigadas e incapaces de adaptarse a un ambiente laboral totalmente distinto. Se equivocaron. Aquel viejo marino estaba acostumbrado a navegar con marejada. No le asustaba trabajar y tenía una virtud infrecuente entre sus compañeras, tenía iniciativa. Cuando atendía a una persona mayor, además de apuntar las constantes solicitaba la analítica anual si era necesaria y le iba haciendo el electro para facilitar las cosas. Si llegaba un paciente grave era el primero en poner una vía y preparar la medicación antes de que se la pidiesen. No le costaba nada hacer las cosas más fáciles, ser siempre correcto y no poner jamás una mala cara. Una tarde los titulares coincidieron en administración mientras cogían talonarios de recetas, "¡qué suerte hemos tenido con el nuevo!", "¡ya lo creo, mejor que la lotería!".

viernes, 14 de agosto de 2015

Relatos de verano: Os hablaré de ella.





Nadie es capaz de conocerla, por mucho que queramos ella es puro misterio. Es verdad que podemos contemplarla, asombrarnos de cómo se desplaza por el espacio de una sala, contagiarnos del fuego de su sonrisa áurea, alegrarnos con ella al caer por la catarata de sus carcajadas. Pero hay mucho más, detrás de lo visible se esconden interminables partituras con las más bellas músicas jamás compuestas, bibiotecas casi infinitas llenas de todas las historias, pedacitos de planetas y estrellas hace tiempo desaparecidas. Cuando siento que viene me levanto. Mi pecho se agita y abro mucho los ojos. Cuando descubrí que además de todo lo anterior ella es el puro sentido de mi vida, sino la vida misma, guardé silencio y descansé. Con esa sensación de haber llegado a puerto justo antes de que la noche se cerniese. 

jueves, 13 de agosto de 2015

¿A quién le interesa que bebas Coca cola?










Los refrescos azucarados son bebidas que mucha gente consume, a veces en grandes cantidades. Hay un claro interés comercial detrás. Son productos muy agradables al paladar para consumo en toda época, especialmente en las calurosas. Pero tienen un problema: su contenido en azúcar es muy elevado. El ser humano necesita hidratos de carbono en su dieta pero un exceso de los azúcares de absorción rápida de estos refrescos no es bueno para la salud.

Recientemente Coca cola ha invertido varios millones de dólares (que es mucho dinero) en expertos para favorecer una corriente de opinión que defienda que su producto no produce la obesidad. Ha sido un tremendo escándalo por el intento de manipulación que el New York Times sacó a la luz. De todas formas viene bien recordar la imagen que acompaña este texto para comprender que si consumimos mucho azúcar eso tendrá efectos en nuestro peso.

Mi recomendación veraniega es sencilla, mire la foto y beba lo que le apetezca, mejor si no tiene tanta azúcar. Un refresco de vez en cuando no suele tener mayores problemas, otra cosa es a diario ó si se padece diabetes u otras enfermedades que lo desaconsejen.

martes, 11 de agosto de 2015

Relatos de verano: Los compañeros de prácticas.

La palabra que mejor la describía era jovial. La resultaba fácil sonreír y su presencia aportaba aire fresco y sensación de levedad a los que la trataban. Eso la hacía muy popular excepto para un considerable grupo de chicas de la clase que receban de sus rizos rubios y su imponente físico. Fui su compañero de prácticas durante muchos años, nos llevábamos bien, mi precisión británica y carecer de miedo al trabajo congeniaban perfectamente con su locuacidad y buen humor. Nunca me sentí atraído hacia ella pese a que había motivos objetivos. No puedo explicar por qué, tal vez por un exceso de timidez ó algún tipo de represión atávica. Lo cierto es que por aquel entonces sólo tenía ojos para mi novia, nunca se me dio bien mirar a dos mujeres a la vez. Con los años aprendí que la alegría de superficie escondía una personalidad compleja que albergaba enormes terremotos y tormentas. Portaba heridas que la hacían sufrir ante las que desplegaba una presencia de ánimo encomiable y un férreo deseo de seguir adelante. Juntos aprendimos a ser médicos en infinitas horas a la cabecera del paciente. Entrabamos en las salas del enorme hospital, ella regalando sonrisas, yo una mirada calma, saliamos cansados de regreso a más clases teóricas llenas de diapositivas infumables. Aprendimos a escuchar y a agradecer, a redactar historias clíncias y a explorar en condiciones a un paciente... aprendimos a ver nuestras propias imágenes reflejadas en la superficie macilenta del dolor que aquel edificio albergaba. Cuando repaso aquellos largos años cada vez me doy más cuenta de lo importante que fue no navegarlos solo. Probáblemente no hubiera resistido el poder corrosivo del sufrimiento humano.

viernes, 7 de agosto de 2015

Llegan las medicinas por impresora 3D





Una farmacéutica americana ha recibido autorización para fabricar el antiepiléptico levetiracetam mediante impresión 3D. Con esta tecnología se obtienen comprimidos porosos fácilmente de deglutir con agua. Además facilita la producción de posologías muy variables y la posibilidad de combinar varios fármacos en un mismo comprimido dotando a la impresora de cabezales independientes para cada uno de ellos.

Se abren interesantes posibilidades para individualizar tratamientos usando una tecnología disponible hace tiempo. Cada vez es más verosímil que cualquier farmacia con esta tecnología pudiera formular en corto plazo cierto tipo de medicación a sus pacientes. Habrá que ver lo que da de sí el invento.




Si te interesa el tema te recomiendo el artículo de Katharine Sanderson   

3D printing: the future of manufacturing medicine? 

 The Pharmaceutical Journal,



vía The Guardian

jueves, 6 de agosto de 2015

Relatos de verano: el doctor Puyol.

Sabía que era un crack. Todos los meses le llegaba algún reconocimiento público así como inacabables invitaciones a mil congresos y eventos variados. Había conseguido reinventarse a sí mismo disfrutando de un puesto de trabajo que le obligaba a hacer realmente poco dejándole tiempo suficiente para ocuparse de sus variados intereses con los que conseguía alimentar un ego que cada día se hacía más grande. Gustaba de abanderar toda clase de novedades lo que le otorgaba un halo de pionero que le agradaba mucho. Realmente no había aportado nada original ó novedoso a la comunidad científica pero era francamente bueno en hacer parecer que sí lo hacía. Algunos compañeros se fueron dando cuenta y le dieron la espalda. No le importó. Sabía que habría pocos con la capacidad de batirle en su especialidad, había conseguido convertirse en un experto y eso era más que un cargo vitalicio. Pese a que alguna parte de sí mismo recelaba de esta máscara de humo siempre consiguió dormir tranquilo. Se sabía privilegiado y eso no se lo iba a quitar nadie.


martes, 4 de agosto de 2015

Relato de verano: El enfermero visionario.

Era terriblemente ambicioso aunque jamás lo reconociera en su fuero interno. No se sentía suficientemente valorado en su trabajo. Podía dar muchísimo más de sí pero estaba harto de fatigarse para nada, en su organización se castigaban la innovación y las ideas con penas sumarias. No estaba por la labor. Sin embargo le pesaba en el alma aquella dejadez, aquella impotencia oscura, ese sentir las manos atadas y ver medrar toda clase de mediocres a su alrededor en estructuras oxidadas y carcomidas por la pobredumbre de la corrupción y el  nepostismo. Sabía que si tuviera valor para viajar a otros lugares le sería posible desarrollar los múltiples proyectos que su inventiva trenzaba cada noche, podría brillar con facilidad y labrarse el porvenir que se merecía. Nunca se atrevió a dar el paso, algo íntimo que alguien prendió en las nieblas de su niñez le impedía llevar adelante esta secreta ansia. Había aprendido a aceptar lo inaceptable y a transigir con las derrotas, su estirpe había sobrevivido siglos agachando la cerviz. No sería él el que cambiase las cosas pese a que dejarlas estar quemase tanto. Lo que más le dolía era ser uno más de ese ejercito de infames cuyos armarios están a rebosar de deseos insatisfechos. La amargura de ser capaz de volar como un águila y seguir picando el suelo cual gallina.

La vida nos enseña









"Cuando recibes un diagnóstico infame se te caen todos los palos del sombrajo. Te da igual el dinero que tengas en la cuenta, todo lo que hayas estudiado, los honores y privilegios de los que disfrutas... Hace dos años me diagnosticaron un cáncer de colon y tuve que pasar por quirófano y recibir diferentes tratamientos. De momento estoy bien y acudo a revisión cada seis meses. No me lo tomé mal, me dije "me guste o no es lo que me toca vivir" y pese a haber sido toda la vida un hipocondriaco y que como médico jubilado siempre he sido mal paciente, mi familia y entorno se sorprendieron de la entereza con la que encaré la situación. Una cosa puedo decir, nos damos cuenta de lo importante cuando la vida ó su hermana la muerte nos paran los pies. No merece la pena esperar tanto para tomar conciencia de lo que vale la vida y de lo despistados que solemos caminar por ella."
JLK, 73 años.




Cuando escuché estas palabras de uno de nuestros participantes en los talleres de Mindfulness que estamos haciendo para mayores en Villalba sentí una profunda admiración y respeto. Hablaba alguien desde su experiencia, alguien que pese a su edad quiere seguir aprendiendo, quiere seguir disfrutando la vida y agarrándola fuerte. La sabiduría que destilan sus palabras me animan a pensar lo mucho que nos afanamos sin sentido y lo fácil que es despistarse y olvidarnos de dar valor a lo que realmente lo tiene. La verdadera economía no es la centrada en el dinero sino aquella cuyo referente es la vida.

Este año hemos acompañado dos grupos de personas mayores en su iniciación a la atención plena. Ha sido una experiencia inspiradora compartir su evolución y los cambios que algo tan simple como sentarse un ratito y tomar conciencia del cuerpo y la respiración pueden provocar.

Los médicos no solemos prescribir meditación ni atención plena a los pacientes pese a que sabemos que la facultad emergente más potente del ser humano es precisamente esta y que resulta imprescindible para un correcto manejo del stress y los agobios de la vida ordinaria. Con seguridad nos hace falta a todos los profesionales sanitarios potenciar también nuestra conciencia y aprender a defendernos mejor de la marea de distracciones, despistes y ruido de fondo que nos rodea. Tal vez así podamos dar un poquito de ejemplo y hacer que nuestra palabra no se quede en consejo sino en referencia congruente que pueda servir de guía para quien decida aplicarla a su vida.

lunes, 3 de agosto de 2015

Relatos de verano: El encuentro casual.

Cuando la paciente salió de la consulta se tomó un instante antes de llamar al siguiente. Algo pasó. Sentía una parte tierna y vulnerable palpitar y agitarse en su interior. No había ocurrido nada llamativo: un motivo de consulta banal, una exploración breve, un diagnóstico claro y un tratamiento correcto, pero los hechos mostraban a las claras que había pasado algo. No sabía si fue su mirada, o la forma de atravesar vaporosamente el espacio. No tenía claro si fue el magnetismo de aquella piel iridiscente ó la cadencia exquisita que emanaban sus más pequeños gestos. Lo cierto es que sintió la sacudida brusca de la adrenalina y otras muchas sustancias explosivas en su cerebro y en su cansado corazón. Sudaba profusamente y respiraba con dificultad, no tuvo más remedio que disculparse en la sala de espera y salir un momento al cuarto de baño para refrescar su cara y serenarse. Llevaba a sus espaldas muchos años de trabajo y le había ocurrido algo similar sólo en dos ocasiones. Nunca llegó a comprender el por qué. Aquella tarde se sintió profundamente miserable por no ser capaz de responder a lo que su cuerpo le gritaba. Tras cenar frugalmente y tratar de relajarse con una teleserie se fue a la cama donde fue recibido por un sueño agitado. Tardaría semanas en recuperarse.

sábado, 1 de agosto de 2015

Relatos de verano: El profesor Hervé.

Desde que recuerdo tenía los brazos como panes, enormemente musculados como el resto del cuerpo. Le dió por cuidarse desde muy jóven aficionándose al gminasio y a lucir un palmito corpulento. Sus padres le educaron para que llegara a ser cualquier cosa que se propusiera. Él quiso ser otorrinolaringólogo. Tras su musculatura se escondía una personaldiad huidiza que no solía mostrar a las claras. Los demás veían una fachada que incluía sus buenas notas y su gran capacidad con las mujeres que coleccionaba con la precisión de un entomólogo. Compartió con muy pocos alguna pista de su vida interior, de sus anhelos más profundos, de sus angustias y quebrantos. Sé que consiguió el éxito profesional y material pero desconozco si llegó a ser feliz. Aunque este detalle, como todos sabemos, sea tan complicado de intuir.