domingo, 24 de mayo de 2020

¿Qué podemos esperar? What can we expect? 我們能期待什麼?





¿Qué podemos esperar?

A medida que pasan los años nos vamos llenando de distopias. Pareciera que puestos a imaginar el futuro solo nos salieran pesadillas. Lo vemos en las artes, en los telediarios, en series y películas y por supuesto en Internet. Esos sueños negros contaminan los nuestros y al final acabamos todos asumiendo que nos dirigimos hacia ellos. 

No quedan voces que hablen de esperanza. No quedan testimonios ni testigos que nos anuncien una buena noticia. Vemos las oscuras nubes del desastre climático acercarse y todo el mundo habla, teoriza y se agita pero nadie hace nada. No hay a quien imitar. Las figuras públicas más progresistas o ecologistas o intelectuales, siguen llevando el máximo tren de vida que pueden permitirse. Muchos de los que no lo somos también. Se habla bastante de decrecimiento pero aquí lo único que decrece es el número de trabajadores que por otro lado tienden a una mayor explotación y sobrecarga en una sociedad cada vez más asimétrica y polarizada. Somos testigos de cómo la sociedad ha sucumbido ante un sencillo virus que parece anunciar los terribles Tsunamis económico-social y climático que vienen detrás.

En las calles el enfado y la crispación aumentan. Se echan culpas al gobierno, a los políticos y a las correspondientes teorías conspiranoicas. Se hacen caceroladas, manifestaciones y demás protestas que aumentan el ruido de fondo de nuestros malogrados sueños. No pinta bien la cosa, nada bien. Y eso nos debería hacer pensar ¿qué podemos esperar? Porque si no ponemos algo de nuestra parte nos encontraremos con una profecía autocumplida. De alguna forma daremos por supuesto el desastre y empujaremos a la sociedad hacia él. 

Viene bien recordar que esperanza tiene que ver con deseo, en el fondo es un anhelo de futuro, una elección, una querencia de un determinado bien o circunstancia. Por eso en el infierno de Dante se la deja fuera, lo peor que en esa época se podía imaginar era un futuro sin salida. Me temo que hoy esto sigue vigente.

También será necesario llamar a las cosas por su nombre. Por fin parece que hemos reconocido que nos enfrentamos a una situación global de colapso social, económico, climático y humano. Un escenario de enorme complejidad que afecta a todo el planeta. Y en las manos llevamos instituciones, herramientas, armazones teóricos y filosóficos de la época industrial. No hemos construido un nuevo cimiento que soporte el gran peso de nuestra avanzada tecnología que permite un nivel de expolio y degradación medioambiental sin precedentes. Ese entramado debería tener mimbres éticos y morales, filosóficos y existenciales. Tendría que ver con los valores, con el bien y el mal, con el sentido de la vida y con la trascendencia. Pero la modernidad eliminó sin miramientos las religiones, que han quedado relegadas en pequeñas minorías, y ha arrinconado el pensamiento y la filosofía en beneficio de una sociedad del espectáculo en la que somos actores y público a la vez.

¿Cómo rescatar la esperanza? Quizá tengamos que desempolvar las tradiciones y los libros que nos hablaban de ella y la larga lista de personas que dieron la vida por defenderla. Una lista que llega a nuestros días pese a que no interese poner el foco en ella. Una lista que forman mujeres y hombres de todos los rincones del planeta que aportaron su pequeña luz y testimonio para que otros veamos. No es necesario inventar nada, basta detenerse un instante y darnos cuenta de que siendo la humanidad tan diminuta en un universo tan enorme, no nos es posible ser referentes de nosotros mismos, hay que buscarlo fuera de nosotros. Y al hacerlo reconocer que somos pura levedad y por lo tanto del todo prescindibles. Tomar consciencia del milagro de la vida debería ser un potente revulsivo que nos impulse hacia modos de vida compasivos que nos hagan un poco más humanos y respetuosos con los demás y con nosotros mismos.

La esperanza en su simplicidad es enormemente contagiosa, basta una gota para disolver un océano de sinsentido y de maldad. Por eso es razonable anunciar que no todo está perdido, tal vez baste con que una diminuta voz se alce y nos diga al oído que aún estamos a tiempo.







What can we expect?

As the years go by, we are filled with dystopias. It seems that when we imagine the future, we only get nightmares. We see it in the arts, in the news, in series and films and of course on the Internet. These black dreams contaminate our own and at last we all end up assuming that we are heading towards them. 

There are no voices left that speak of hope. There are no testimonies or witnesses left to announce good news. We see the dark clouds of climate disaster approaching and everyone is talking, theorizing and shaking but no one is doing anything. There is no one to imitate. The coolest public figures, environmentalists or intellectuals, continue to lead the maximum train of life they can afford. Many of us try to do so. There is a lot of talk about economic downturn but here the only thing that is decreasing is the number of workers who, on the other hand, tend to be more exploited and overburdened in a society that is increasingly asymmetrical and polarized. We are witnesses to how society has succumbed to a simple virus that seems to announce the terrible economic, social and climatic tsunamis that are coming.

In the streets, anger and tension are increasing. The government, politicians and corresponding conspiracy theories are blamed. There are pots and pans, demonstrations and other protests that increase the background noise of our failed dreams. It doesn't look good, not good at all. And that should make us think, what can we expect? Because if we don't do something about it, we'll find ourselves with a self-fulfilling prophecy. Somehow we'll take disaster for granted and push society towards it. 

It is good to remember that hope has to do with desire, at heart it is a longing for the future, a choice, a desire for a certain good or circumstance. That is why in Dante's inferno it is left out, the worst thing that could be imagined at that time was a future without a way out. I am afraid that today this is still true.

It will also be necessary to call things by their name. At last we seem to have recognised that we are facing a global situation of social, economic, climatic and human collapse. A scenario of enormous complexity that affects the entire planet. And in our hands we carry institutions, tools, theoretical and philosophical frameworks of the industrial age. We have not built a new foundation to support the great weight of our advanced technology that allows an unprecedented level of plunder and environmental degradation. This framework should have ethical and moral, philosophical and existential foundations. It would have to do with values, with good and evil, with the meaning of life and with transcendence. But modernity has ruthlessly eliminated religions, which have been relegated to small minorities, and has cornered thought and philosophy in favour of a society of the spectacle in which we are both actors and public.

How can we rescue hope? Perhaps we need to dust off the traditions and books that told us about it and the long list of people who gave their lives to defend it. A list that reaches our days even though it is not interesting to put the focus on it. A list made up of women and men from every corner of the planet who contributed their little light and testimony for others to see. It is not necessary to invent anything, it is enough to stop for a moment and realize that being humanity so tiny in such an enormous universe, it is not possible for us to be references of ourselves, we have to look for it outside ourselves. And in doing so, recognize that we are pure lightness and therefore completely dispensable. Becoming aware of the miracle of life should be a powerful motivator that propels us towards compassionate ways of living that make us a little more human and respectful of others and ourselves.

Hope in its simplicity is enormously contagious; one drop is enough to dissolve an ocean of meaninglessness and evil. That is why it is reasonable to announce that all is not lost; perhaps it is enough for a tiny voice to rise up and tell us in our ear that there is still time.







我們能期待什麼?

自動翻譯,對錯誤感到抱歉。


隨著時間的流逝,我們充滿了反烏托邦。看來,當我們想像未來時,我們只會做噩夢。我們可以在藝術,新聞,連續劇和電影中看到它,當然也可以在互聯網上看到它。這些黑色的夢污染了我們自己的夢想,最後我們都假設我們正在朝著它們前進。

沒有任何聲音說出希望。沒有留下任何好消息或見證人來宣布好消息。我們看到氣候災難的烏雲逼近,每個人都在談論,理論化和動搖,但沒有人在做任何事情。沒有人可以模仿。最酷的公眾人物,無論是環保主義者還是知識分子,都將繼續引領他們所能負擔的最大生活。我們許多人都試圖這樣做。關於經濟不景氣的討論很多,但唯一減少的是另一方面,在一個日益不對稱和兩極分化的社會中,往往被更多剝削和負擔過重的工人人數。我們見證了社會如何屈服於一種簡單的病毒,這種病毒似乎預示著即將到來的可怕的經濟,社會和氣候海嘯。

在大街上,憤怒和緊張感正在增加。指責政府,政客和相應的陰謀論。有鍋碗瓢盆,示威遊行和其他抗議活動,增加了我們失敗的夢想的背景噪音。它看起來不好,一點也不好。那應該使我們思考,我們可以期待什麼?因為如果我們不做任何事情,我們會發現自己有一個自我實現的預言。我們將以某種方式將災難視為理所當然,並推動社會走向災難。

最好記住,希望與慾望有關,從本質上講,它是對未來的嚮往,選擇,對某種美好事物的渴望。這就是為什麼在但丁的地獄中將其排除在外的原因,當時可以想像的最糟糕的事情是沒有出路的未來。恐怕今天仍然如此。

也有必要用事物的名稱來稱呼事物。最後,我們似乎已經認識到,我們正面臨著社會,經濟,氣候和人類崩潰的全球局勢。影響整個星球的極其複雜的情況。並且,我們掌握著工業時代的製度,工具,理論和哲學框架。我們尚未建立新的基礎來支持我們先進技術的巨大重量,而這種技術卻允許空前的掠奪和環境惡化。該框架應具有道德和道德,哲學和存在的基礎。它與價值,善與惡,生命的意義和超越有關。但是,現代性無情地消滅了宗教,宗教已淪為少數族裔,並且使思想和哲學陷入困境,以支持我們既是演員又是公眾的奇觀社會。

我們如何挽救希望?也許我們需要清除告訴我們的傳統和書籍以及為捍衛它而獻出生命的一長串人。即使關註一個重點,這份清單仍然可以滿足我們的需求。來自地球各個角落的男女名單,他們貢獻了自己的一點點光明和見證,供其他人看。不必發明任何東西,足以停下來片刻,意識到在如此巨大的宇宙中如此渺小的人類,我們不可能成為我們自己的參照物,我們必須在我們自己之外尋找它。在這樣做的時候,要認識到我們是純淨的,因此是完全可以放棄的。意識到生活的奇蹟應該是一種強大的動力,它可以促使我們朝著富有同情心的生活方式前進,使我們更加人性化,並尊重他人和自己。

簡單的希望具有極大的感染力。一滴就足以解散毫無意義和邪惡的海洋。因此,有理由宣布一切都沒有丟失。也許一個微弱的聲音揚起並在我們耳邊告訴我們還有時間


jueves, 21 de mayo de 2020

Construir la cotidianidad. Building the everyday. 何も信じないでください。






No se crean nada.



Tómense un momento y consideren qué es lo más importante para ustedes. Bueno, tal vez necesiten su tiempo. Un servidor precisó años y es un tema que me toca revisar de continuo.

Ahora consideren qué es lo más importante para los demás, para la sociedad, para el sistema económico que nos contiene como la pecera hace con el pez.



Si encuentran diferencias van por buen camino.



Para volver a tener una vida digna es fundamental repensar lo importante. Llámenlo valores, ética o filosofía, pero rescaten su propia posición. Seguramente necesitarán ayuda y habrán de hablarlo con los suyos. O leerlo recurriendo a los clásicos o a sus sabios de cabecera. Por eso elijo hoy una foto de un escritor en una librería. Es un precioso símbolo que nos orienta como un faro. Hay que apagar las redes sociales y los telediarios que nos ahogan con malas noticias, crispación y superficialidad para descansar en las profundidades que el silencio y los libros abren para nosotros.

Pocas cosas encontrarán más revolucionarias que el silencio.

O los libros.













Building the everyday


Don't believe anything.



Take a moment and consider what is most important to you. Well, maybe you need your time. It took years for myself to get through this, and it's a subject I have to keep reviewing.


Now consider what is most important to others, to society, to the economic system that contains us like the fish tank does to the fish.



If you find differences, you are on the right track.




In order to have a dignified life again, it is fundamental to rethink what is important. Call it values, ethics or philosophy, but rescue your own position. Surely you will need help and you will have to talk about it with your people. Or read it with the help of the classics or your own scholars. That's why today I choose a picture of a writer in a bookstore. It is a beautiful symbol that guides us like a lighthouse. We have to turn off the social networks and news programmes that drown us in bad news, tension and superficiality in order to rest in the depths that silence and books open up for us.



Few things you will find more revolutionary than silence.



Or books.













何も信じないでください。


自動翻訳、エラーをお詫び申し上げます。







少し時間を取って、あなたにとって最も重要なものを検討してください。まあ、多分あなたはあなたの時間が必要です。私がこれを乗り越えるのに何年もかかりました、そしてそれは私が見直さなければならない主題です。



さて、水槽が魚に対してするように、他人にとって、社会にとって、私たちを含む経済システムにとって最も重要なことを考えてみましょう。




あなたが違いを見つけた場合、あなたは正しい軌道に乗っています。




再び堂々とした生活を送るためには、何が大切かを考え直すことが不可欠です。それを価値観、倫理、または哲学と呼びますが、自分の立場を救います。確かにあなたは助けが必要であり、あなたはあなたの人々とそれについて話す必要があります。または古典やあなた自身の学者の助けを借りてそれを読んでください。だから今日は書店で作家さんの写真を選びます。灯台のように私たちを案内する美しいシンボルです。私たちは、沈黙と本が私たちのために開いている深いところで休むために、悪いニュース、緊張、そして表面的なもので私たちを溺れさせるソーシャルネットワークとニュースプログラムを止めなければなりません。



沈黙よりも革新的なものはほとんどありません。




または本。

martes, 19 de mayo de 2020

Burocracia y Covid-19 en Madrid





Transcribo un tuit de mi compañero Jose María Molero por su interés:


El procedimiento de @SaludMadrid de detección precoz y diagnóstico de nuevos casos de infección #COVIDー19 en AP, ante un caso confirmado parece ciencia ficción pero no lo es:


  1. Hay que crear 2 episodios en la historia clínica electrónica,
  2. Cumplimentar 3 protocolos,
  3. Cambiar el código CIE 10 para la gestión de la Incapacidad Transitoria
  4. Hacer test PCR en menos de 24 horas,
  5. Comunicar el resultado,
  6. Hacer seguimiento telefónico del caso,
  7. Identificar contactos sospechosos,
  8. Tramitar las bajas de los contactos si son trabajadores,
  9. Realizar PCR a los contactos si tienen síntomas
  10. y si es positiva actuar con ellos como nuevos casos confirmados (volver al paso 1)...


Además de seguir con la consulta, urgencias, domicilios...



Como sean muchos vamos dados... de momento no hemos recibido en Atención Primaria de Madrid ningún refuerzo conocido, ni médicos rastreadores ni nada... sigo confiando en que vengan pero...




Y aquí dejo otro hilo Twitter de @vbaosv que no tiene desperdicio:





Qué pena que con lo fácil que es (casi) nadie dé ejemplo...






lunes, 18 de mayo de 2020

El rescate de la normalidad. Towards normality. 走向常態




El rescate de la normalidad

Todos queremos que nos devuelvan nuestra vida normal, o por lo menos lo que de normal podía tener. Nos dicen que no va a ser posible, que nos darán una nueva y eso me hace recelar. Parece que lo que viene será una versión devaluada con menos ingresos y más restricciones. 

Nos tocará arrimar el hombro para conseguir que la vida sea vida y la dosis de miedo y crispación social se reduzca a niveles tolerables. Como médico me atrevo a proponer algunas sugerencias.

Estar vivo no es normal. Si uno mira un instante el universo se dará cuenta de que la norma es precisamente lo contrario. El problema que tenemos en nuestra sociedad es que nos sentimos eternos e invulnerables algo que, por muy impopular que sea, debemos asumir como falso. Hemos convertido en un tabú la levedad humana, su impermanencia. Por eso quitamos la muerte de la vista y escondemos todo lo posible la enfermedad, la pérdida y las catástrofes personales. Es verdad que algunos las airean, pero lo habitual es avergonzarse de ellas y beber su hiel en solitario. 

Al ser pues la vida un regalo extraordinario lo lógico sería agradecerla y vivirla con plena conciencia. Esto lo saben bien los que han resucitado de una enfermedad grave o han sobrevivido a un accidente. Se dan cuenta de lo frágil que es permanecer vivos y lo poco que hace falta para sonreír y recorrer el día. Los demás parecemos haberlo olvidado y nos desplazamos a toda velocidad por existencias agobiadas que dedicamos a hacer demasiadas cosas, consumiendo todo lo que podemos y terminando consumidos. Son los engaños del progreso y el crecimiento económico, la rueda de la jaula donde el pequeño roedor da vueltas sin parar. 

Salir de una rueda, y mucho menos de una jaula, nunca fue sencillo. Pero es posible cuando uno se da cuenta de que ni la una ni la otra son reales. Lo real es otra cosa, la fuerza del sol, la generosidad de la tierra, la belleza de un paisaje, la solidez de un abrazo a alguien cercano. Momentos que normalmente no se pueden comprar ni vender y están ahí mismo esperando que nos demos cuenta. 

Para alcanzar pues esa normalidad nos será necesario pensar un poco lo que de verdad significa la vida para nosotros. Y de esta forma hacer un repaso de lo que consideramos importante, algo que suele estar bastante mediatizado por una sociedad de mercado que se dedica a vendernos cosas desde que sale el sol hasta el ocaso. 

El siguiente paso es salir a la calle, dejar por un momento la seguridad de nuestra casa y abrirnos al espectáculo que hay fuera. Para ello necesitaremos una buena dosis de prudencia. Seguimos en estado de epidemia y tendremos que protegernos y proteger a los demás, fundamentalmente a los más débiles, y esto no debería ser mediatizado por eslóganes políticos ni intereses económicos o de otra índole. Se trata de tener la suficiente humanidad como para ir más allá de lo que nuestro ombligo nos dicte. La buena noticia es que es sencillo, bastará usar mascarillas en los espacios públicos, con especial cuidado en el transporte y los lugares más frecuentados. También necesitaremos guardar cierta distancia unos con otros, seguir estornudando en la flexura del codo o en un pañuelo y evitar en lo posible las aglomeraciones. 

Será inevitable que nos reunamos y regresemos a los bares y lugares públicos. Hagámoslo con alegría y con prudencia, de la mejor forma posible, valorando el posible riesgo de cada situación. No es lo mismo un encuentro casual en la calle con dos metros de distancia que una pequeña fiesta en un apartamento que reúna a diez amigos. A lo mejor nos toca hacer las primeras fiestas con menos invitados o plantearlas en algún lugar al aire libre. 

Otro factor a comentar es la toxicidad de los medios de comunicación y las redes sociales en el marco de la actual coyuntura de miedo y crispación. Todos estamos nerviosos, los políticos más si cabe, y el espectáculo mediático y en Internet es terrorífico. Cada cual se alinea con sus amigos afines y carga sin piedad contra quien piensa distinto. Las palabras escucha, diálogo y compasión han sido secuestradas. Por ello solicito cierto ayuno mediático. Usen las dosis mínimas que se puedan permitir, y créanme si les digo que evitarán una peligrosa intoxicación que empieza lentamente pero termina pudriendo el ánimo con agresividad, cabreo y desazón. Tal vez sea interesante dejar de escribir improperios en Twitter y rescatar ese cuaderno donde alguna vez escribimos algo o quizá arriesgarnos a mandar una carta a esa persona que la espera. Rescatar el poder sanador de la palabra escrita puede hacer mucho bien a mucha gente. 

Habrá que volver a poner en valor la comunicación de calidad y el contacto físico que tanto necesitamos. Habrá que aprender de nuevo a abrazar, besar, tomar de la mano. Rescatar el tesoro de no sabernos solos, de poder interesarnos por otros y tratar de ayudar, de tender puentes, de cuidar, de hacer algo por otros. 

La sociedad está herida de miedo y frustración, indigesta por haber perdido libertades y haberse acercado a la incómoda consciencia de su fragilidad. Para curar estas heridas nos harán falta potentes medicinas como la consciencia, la compasión y la delicadeza que nos llevarán a tomar decisiones y acometer cambios necesarios. Dejar de hacer lo que no nos aporte vida y atrevernos a soltar aquello que nos encadene sin aportarnos verdadero valor. 

Tengo la profunda sensación de que saldremos de esta y con esa pequeña gota de esperanza me gustaría terminar. Las esperas nunca fueron agradables pero cuando se sabe que el sol está al otro lado de la tormenta suele ser más fácil aguantar el chubasco. 









Towards normality


We all want our normal life back, or at least the closest thing to what it was. They tell us it's not going to be possible, that they'll give us a new one, and that makes me suspicious. It seems that what is coming is a devalued version with less income and more restrictions. 

It will be our turn to pitch in to make life a living one, and the dose of fear and social tension will be reduced to tolerable levels. As a doctor I dare to propose some suggestions.

Being alive is not normal. If one looks at the universe for a moment, one will realize that the norm is precisely the opposite. The problem we have in our society is that we feel eternal and invulnerable to something that, however unpopular it may be, we must assume to be false. We have made human lightness, its impermanence, a taboo. That is why we remove death from sight and hide illness, loss and personal catastrophes as much as possible. It is true that some show them in public, but the usual thing is to be ashamed of them and drink their gall alone. 

Since life is an extraordinary gift, it is logical to be grateful for it and to live it with full awareness. This is well known to those who have risen from a serious illness or have survived an accident. They realize how fragile it is to remain alive and how little it takes to smile and go through the day. The rest of us seem to have forgotten and are rushing through overburdened existences, doing too much, consuming all that we can and ending up consumed. They are the tricks of progress and economic growth, the wheel of the cage where the little rodent spins around endlessly. 

Getting out of a wheel, let alone a cage, was never easy. But it is possible when one realizes that neither one nor the other are real. What is real is something else, the strength of the sun, the generosity of the earth, the beauty of a landscape, the solidity of a hug to someone close. Moments that can't normally be bought or sold and are right there waiting for us to notice. 

In order to reach this normality, it will be necessary for us to think a little about what life really means to us. And in this way we can review what we consider important, something that is usually quite mediatized by a market society that is dedicated to selling us stuff from sunrise to sunset. 

The next step is to go out into the street, leave the security of our home for a moment and open ourselves up to the spectacle outside. To do this we will need a good dose of prudence. We are still in a state of epidemic and we will have to protect ourselves and others, fundamentally the weakest, and this should not be mediated by political slogans or economic or other interests. It is about having enough humanity to go beyond what our selfish dictates. The good news is that it is simple, it will be enough to wear masks in public spaces, with special care in transport and the most frequented places. We will also need to keep some distance from each other, continue sneezing into the bend of the elbow or into a handkerchief and avoid crowding as much as possible. 

It will be inevitable that we will meet and return to the pubs and public places. Let us do so with joy and prudence, in the best possible way, assessing the possible risk of each situation. A casual meeting in the street two metres away is not the same as a small party in an apartment with ten friends. Maybe we have to organize the first parties with fewer guests or have them somewhere in the open air. 

Another factor to comment on is the toxicity of the media and social networks in the current climate of fear and tension. We are all nervous, politicians even more so, and the media and Internet spectacle is terrifying. Everyone is aligned with their like-minded friends and ruthlessly charges those who think differently. Words as listening, dialogue and compassion have been hijacked. That is why I call for a certain media fasting. Use the minimum doses you can afford, and believe me when I tell you that you will avoid a dangerous intoxication that starts slowly but ends up rotting your mood with aggression, anger and uneasiness. It might be interesting to stop writing expletives on Twitter and rescue that notebook where we once wrote something, or perhaps risk sending a letter to that person who is waiting a word from us. Rescuing the healing power of the written word can do a lot of good for many people. 

We will have to re-evaluate the quality of communication and physical contact that we so desperately need. We will have to relearn how to hug, kiss, and hold hands. We will have to rescue the treasure of be living in society, of being able to take an interest in others and try to help, the posibility of buildIng bridges among us, to care, to do something for others. 

Society is wounded by fear, frustration and lost freedoms and approached the uncomfortable awareness of its fragility. To heal these wounds we will need powerful medicines such as awareness, compassion and gentleness that will lead us to make decisions and undertake necessary changes. To stop doing what does not bring us life and to dare to let go of that which chains us without bringing us true value. 

I have a deep feeling that we will get out of this and with that small drop of hope I would like to finish. Waiting has never been pleasant, but when you know that the sun is on the other side of the storm, it is usually easier to endure the rain. 







走向常態


自動翻譯,對錯誤感到抱歉。

我們所有人都希望我們的正常生活恢復原狀,或者至少要恢復到最接近的狀態。他們告訴我們這是不可能的,他們會給我們一個新的,這使我感到懷疑。似乎即將出現的是貶值的版本,收入更少,限制更多。

現在該輪到我們介入以使生活成為一種生活,恐懼和社會緊張局勢將減少到可容忍的水平。作為醫生,我敢提出一些建議。

活著是不正常的。如果看了一會兒宇宙,就會意識到規範恰恰相反。我們社會中存在的問題是,對於某種東西,無論它多麼不受歡迎,我們都必須假設自己是虛假的,這使我們感到永恆和不受傷害。我們把人類的輕便,無常作為禁忌。這就是為什麼我們將視線移開死亡,並儘可能地掩蓋疾病,損失和個人災難。確實有人在公共場合向他們展示過,但通常的做法是為他們感到羞恥並獨自喝膽汁。

由於生活是一份非凡的禮物,因此對它充滿感激並充滿意識地生活是合乎邏輯的。對於那些從重病中復活或在事故中倖存的人來說,這是眾所周知的。他們意識到維持生命的脆弱性,微笑和度過一天的時間很少。我們其餘的人似乎已經忘記了,他們正忙於繁重的生活,做得太多,消耗了我們所有的力氣,最終被消耗掉了。它們是進步和經濟增長的竅門,籠子裡的小囓齒動物不斷旋轉。

離開輪子,更不用說籠子了,從來都不是一件容易的事。但是當一個人意識到一個都不是真實的時,這是可能的。真實的東西還包括太陽的力量,大地的慷慨,風景的美以及擁抱某人的堅固性。通常無法買賣的時刻,就在那等著我們注意。

為了達到這種常態,我們有必要思考一下生活對我們的真正意義。這樣一來,我們就可以回顧我們認為重要的內容,而這通常是由致力於向我們出售日出至日落的東西的市場社會所介導的。

下一步是走到街上,離開我們的房屋安全片刻,然後向外界敞開大門。要做到這一點,我們將需要一定的謹慎。我們仍處於流行病狀態,我們將必須保護自己和其他人,從根本上說是最弱者,這不應以政治口號或經濟或其他利益為媒介。這是關於有足夠的人性超越我們自私的指示。好消息是它很簡單,在公共場所戴口罩就足夠了,在交通運輸和最常去的地方要特別注意。我們還需要保持一定距離,繼續打噴嚏到肘部彎曲或手帕,並儘可能避免擁擠。

我們將不可避免地會面並回到酒吧和公共場所。讓我們以最大可能的方式高興而謹慎地評估每種情況的可能風險。在兩米外的街道上的一次休閒聚會不像是一個有十個朋友的公寓中的小型聚會。也許我們必須組織更少的客人參加第一方聚會,或者讓他們在露天的某個地方。

要評論的另一個因素是在當前的恐懼和緊張氣氛中,媒體和社交網絡的毒性。我們都很緊張,政界人士更是如此,媒體和互聯網的景象令人恐懼。每個人都與志同道合的朋友結盟,並無情地指責那些不同想法的人。諸如傾聽,對話和同情之類的詞已被劫持。這就是為什麼我呼籲某些媒體禁食。使用您可以承受的最低劑量,當我告訴您,您將避免危險的陶醉,這種陶醉會慢慢開始,但最終會因為侵略,憤怒和不安而腐爛,請相信我。停止在Twitter上寫俗語並拯救我們曾經寫過東西的筆記本可能是很有趣的,或者冒著給正在等我們一個字的那個人發送一封信的風險。挽救書面文字的治愈能力可以為許多人帶來很多好處。

我們將不得不重新評估我們迫切需要的溝通和身體接觸的質量。我們將不得不重新學習如何擁抱,親吻和牽手。我們將必須挽救生活在社會中,珍惜對他人的興趣並試圖幫助建立我們之間的橋樑,照顧他人,為他人做事的寶藏。

社會因恐懼,挫折和失去的自由而受傷,並對其脆弱性感到不安。為了治愈這些傷口,我們將需要強大的藥物,例如意識,同情心和溫柔,這將使我們做出決定並進行必要的改變。停止做不會給我們帶來生命的事情,並敢於放開那些束縛我們而又沒有給我們帶來真正價值的事情。

我有一種深切的感覺,我們將擺脫困境,並帶著一小滴希望完成。等待從來都不是一件令人愉快的事情,但是當您知道太陽在暴風雨的另一面時,忍受雨水通常會更容易。

jueves, 14 de mayo de 2020

Mascarillas y distancia. Masks and distance. 口罩和距離



Nos vamos a tener que ir acostumbrando a ciertos cambios en nuestras interacciones sociales y en la manera de desplazarnos.

Lo principal es reconocer situaciones de riesgo para minimizar el mismo

Los lugares de más riesgo en general son:


  1. Aquellos en los que hay más gente.
  2. Lugares cerrados o con mala ventilación.
  3. Aquellos en los que no sea posible mantener distancia de separación con otros.


Concretando: medios de transporte públicos, comercios, centros comerciales, mercados, mercadillos, algunos parques, calles o plazas céntricas o populares.


¿Cómo podemos protegernos y proteger a los demás?


  1. Lavándonos las manos con frecuencia.
  2. Usar mascarilla correctamente (ver vídeo) en lugares públicos.
  3. Mantener nuestra distancia de los demás tanto como sea posible.
  4. Tos en el codo (incluso si usamos una máscara).
  5. Si nos reunimos con amigos o familiares, hacer lo mismo.




Vídeo de la dra Laura Lozano en la Voz de Galicia










Masks and distance



We are going to get used to certain changes in our social interactions and in the way we move around.


The main thing is to recognize situations of risk to minimize it

The most risky places in general are:

  1. Crowded places.
  2. Closed or poorly ventilated places.
  3. Those in which it is not possible to maintain a correct distance from others.


Specifically: public transport, shops, shopping centres, markets, street markets, some parks, streets or squares in the centre of town.


How can we protect ourselves and others?

  1. By washing our hands frequently. 
  2. Using a mask correctly (see video) in public places. 
  3. Keeping our distance from others as much as possible.
  4. Cough at the elbow (even if we wear a mask).
  5. If we meet with friends or family, do the same.






口罩和距離

自動翻譯,對錯誤感到抱歉。

我們將習慣於社會交往中的某些變化以及我們的出行方式。


最主要的是識別風險情況以將其最小化

一般而言,最危險的地方是:

擁擠的地方。
封閉或通風不良的地方。
無法與其他人保持正確距離的人。


特別是:城市中心的公共交通,商店,購物中心,市場,街邊市場,一些公園,街道或廣場。


我們如何保護自己和他人?

經常洗手。
在公共場所正確使用口罩(請參見視頻)。
盡量與他人保持距離。
肘部咳嗽(即使戴口罩也是如此)。

如果我們與朋友或家人見面,請照做。






martes, 12 de mayo de 2020

¿Quién va a escuchar todo este silencio?


A lo largo de las semanas del confinamiento planetario obligatorio millones de personas se han visto forzadas a perder su libertad de salir a la calle para permanecer en arresto domiciliario bajo una severa ley marcial. Perder nuestra capacidad de desplazamiento nos obligó a parar la tempestad de movimiento en que se han convertido nuestras vidas. Dejar de hacer tantísimas cosas, correr tanto, ser productivos. Y pese a que hemos tratado de permanecer distraídos, al final la gran mayoría acabó ahíta de televisión, redes sociales y demás entretenimientos. Hemos terminado cayendo por la pendiente resbaladiza de la pereza para llegar a un territorio árido y monocorde que los antiguos místicos llamaban desierto interior. 

En algún momento nos hemos visto obligados a contemplar nuestra soledad, cuya presencia es ubicua pese a que su grado de manifestación aparente pueda variar. Hemos vuelto la vista a esas heridas escondidas, a todo ese dolor y sinsentido que no queríamos aceptar. Hemos tenido que bajar a las bodegas del alma y quizá abrir armarios que llevaban demasiado tiempo sin ventilar. 

De alguna u otra forma todos hemos tenido contacto con nuestro dolor y no hemos tenido muchas oportunidades de contarlo. Es verdad que el miedo nos ayudaba a permanecer callados pero llegarán tiempos en los que este cambiará por enfado u otras emociones y nos obligue a salir a buscar alguien que apague nuestra desazón. 

¿Quién escuchará todo ese dolor? ¿Quién podrá asumir esa infinita carga de soledad, sinsentido y horror que se ha ido acumulando estas semanas?

¿Podemos pedir más a los profesionales sanitarios?







En estos dos meses los sanitarios hemos vivido situaciones muy duras. Las peores escenas han tenido lugar en las urgencias y en las UCIs hospitalarias por un lado y en las residencias de ancianos y algunos domicilios que hemos asistido desde los centros de salud por otro.

Para más de uno habrá un antes y un después. Algunas heridas curarán, otras no.


Muchos de nosotros estamos cansados, fatigados, heridos, tristes, agobiados...

Algunos nos hemos sentido abandonados, traicionados, sobrecargados, explotados, ninguneados...

Y frente a todo esto seguimos tratando de dar la cara, de cumplir lo mejor que podemos con la misión encomendada. Pero...

¿Dónde están los responsables que deberían velar por nosotros?
¿Por qué no han salido de su despacho?
¿Por qué no se han interesado, preguntado, acercado?
¿Por qué no han reconocido sus errores, retrasos o incapacidades como yo como profesional reconozco los míos?



Y no me extiendo más porque hoy el cuerpo no me acompaña.




viernes, 8 de mayo de 2020

La Atención Primaria ante la nueva normalidad, ¿alguna vez fue normal? Primary Care in the face of the new normality, was it ever normal? 面對新的常態,初級保健曾經是正常的嗎?





La sanidad española ha ido experimentado modificaciones con el tiempo que han tendido a reforzar con tecnología, financiación y recursos humanos los hospitales desatendiendo los servicios de Atención Primaria, Salud Pública y Salud Mental comunitaria.

Han pasado muchos años desde la reforma de la Atención Primaria de 1984. Y largos los ríos de tinta aportando ideas y pidiendo ajustes y mejoras. Mucho ruido y pocas nueces por cierto. 

Los hechos nos dicen que el cambio de modelo no llegó a cuajar del todo sobre todo por falta de apoyo político y financiación pero también por la inercia del sistema, la impotencia o dejadez de los profesionales y el sobreuso de la misma por parte de la ciudadanía. 

Pese a los esfuerzos de un gran número de profesionales abnegados nuestra Atención Primaria nunca fue normal del todo, más bien algo sub-normal, si me permiten la ironía. Aunque algunos centros de salud de gran tamaño han podido desarrollar su labor con ciertas garantías otros muchos, así como un gran porcentaje de consultorios locales, han sufrido un permanente estado de penuria y sobrecarga de larga duración.

¿Qué esperar para el futuro cercano de nueva normalidad?

Pues me temo que mucho deberían cambiar las cosas para dejar atrás la subnormalidad previa y avanzar hacia algo mejor. Si nada lo remedia iremos otra vez para atrás con una crisis económica que hará difícil conseguir una financiación sanitaria que nos iguale a los países de nuestro entorno. 

Y en cuanto a los cambios y ajustes que no requieren grandes presupuestos (minimizar burocracia, mejorar la coordinación entre centros y niveles, sistemas de información, historia clínica electrónica mejorada, autonomía de gestión de los centros, etc...) me gustaría ser optimista, dejémoslo ahí. 






Primary Care in the face of the new normality, was it ever normal?

Spanish health care has undergone changes over time that have tended to reinforce hospitals with technology, funding and human resources, neglecting Primary Care, Public Health and Community Mental Health services.


Many years have passed since the reform of Primary Health Care in 1984. And long rivers of ink have been pouring in with ideas and calls for adjustments and improvements. Much ado about nothing, by the way. 


The facts tell us that the change of model did not fully take hold, above all due to a lack of political support and funding, but also due to the inertia of the system, the impotence or neglect of the professionals and the overuse of the system by the citizens. 


Despite the efforts of a large number of dedicated professionals, our Primary Care was never completely normal, rather something sub-normal, if I may be ironic. Although some large local health centres have been able to carry out their work with certain guarantees, many others, as well as a large percentage of small rural clinics, have suffered a permanent state of hardship and long-term overload.


What to expect for the near future of new normality?


Well, I am afraid that a lot should change in order to leave behind the previous subnormality and move towards something better. If nothing remedies it, we will go back again with an economic crisis that will make it difficult to obtain health financing that will put us on a par with the countries around us. 


And as for the changes and adjustments that do not require large budgets (minimizing bureaucracy, improving coordination between centres and levels, information systems, improved electronic medical records, management autonomy of centres, etc...) I would like to be optimistic, let's leave it at that. 







面對新的常態,初級保健曾經是正常的嗎?

自動翻譯,對錯誤感到抱歉。

隨著時間的推移,西班牙的醫療保健發生了變化,這些變化傾向於通過技術,資金和人力資源來加強醫院,而忽視了初級​​保健,公共衛生和社區精神衛生服務。


自從1984年進行基本醫療保健改革以來,已經過去了很多年。漫長的墨跡湧入了各種想法,並呼籲進行調整和改進。順便說一句,什麼都沒有。


事實告訴我們,模式的改變並沒有完全得到控制,這首先是由於缺乏政治支持和資金,而且還因為系統的慣性,專業人員的無能或忽視以及系統的過度使用由公民。


儘管有大量敬業的專業人員做出了努力,但如果我可能具有諷刺意味,我們的初級保健從來就不是完全正常的,而是有些不正常的。儘管一些大型的地方衛生中心已經能夠在一定的保障下開展工作,但許多其他的以及一些小型的農村診所長期處於困境和長期負擔。



新的常態在不久的將來會發生什麼?


好吧,我怕為了擺脫以前的超常現象而朝著更好的方向邁進,應該做出很多改變。如果沒有任何補救措施,我們將再次陷入經濟危機,這將使它難以獲得使我們與周圍國家相提並論的衛生資金。



至於不需要大量預算的變更和調整(最大限度地減少官僚主義,改善中心與各級之間的協調,信息系統,改進的電子病歷,中心的管理自治權等),我想保持樂觀,讓我們留在那。