jueves, 24 de septiembre de 2020

Confiar. Trust. 相信






Las malas noticias generan incertidumbre, la incertidumbre miedo, el miedo bloqueo, ansiedad y un punto de enfado. Y así estamos en un círculo vicioso de mal rollo del que no conseguimos salir.

Lo mismo pasa en situaciones límite como una tormenta en un barco de vela en alta mar o en primera línea de batalla cuando se empiezan a oír los tiros, miedo. Y ante el mismo hay pocos remedios, cada cual tiene los suyos, no me prodigaré en el tema. Tan solo quería señalar la importancia de la confianza en situaciones difíciles. Confianza en los demás. 

Nuestra época vive una profunda crisis de confianza global. Desconfiamos de instituciones, políticos, jefes, responsables, cargos... hasta de vecinos y familiares. Si queda poca gente que crea en dios, imagínense en todo lo demás. Pero sin confianza la vida es muy incómoda, nos pone a la defensiva y a la mínima nos hace saltar. Basta con que se den una vuelta por las redes sociales, cada día más reactivas y tóxicas.

La sanidad  vive estas semanas otro de esos tiempos recios y dada la irresponsable actitud de unos y otros, titulares de prensa incendiarios y declaraciones furibundas, no parece que nadie aporte suficiente sensatez y liderazgo útil cuando más se necesita. Por eso lanzo la pregunta: ¿de quién nos fiamos?

Miro a mi alrededor, en mi centro de salud, y he de reconocer que soy afortunado. Puedo decir que confío en las personas que me rodean como administrativos, personal de limpieza, auxiliares de enfermería, matrona, enfermeras y médicas. Y eso es un alivio cuando sé que me voy a jugar mucho los próximos meses con ellos a mi lado. Por otro lado siento que nuestros pacientes confían a su vez en nosotros, algo que tiene más importancia de lo que se piensa. Ese pozo de confianza es lo que todavía aglutina y sostiene la sociedad. ¿Seremos capaces de mantenerlo?

Dado que no es fácil fiarse de los que en estos momentos tienen las responsabilidades sanitarias en sus manos tal vez sea inteligente poner el foco en algo más cercano, y cuidarlo, reconocerlo, agradecerlo y visibilizarlo. 

Como vamos viendo en esta reflexión basada en verbos que estamos desgranando, hay interesantes alternativas a la mera queja. 






Trust


Bad news generates uncertainty, uncertainty fear, fear blockage, anxiety and a point of anger. And so we are in a vicious circle of bad news from which we cannot escape.

The same thing happens in extreme situations such as a storm on a sailing boat on the high seas or on the front line of a battle when you start to hear shots, fear. And there are few remedies for this, each one has its own, I will not dwell on the subject. I just wanted to point out the importance of trust in difficult situations. Trust in others. 

Our time is experiencing a profound crisis of global trust. We distrust institutions, politicians, bosses, officials, even neighbours and relatives. If there are few people left who believe in God, imagine everything else. But without trust, life is very uncomfortable, it puts us on the defensive and at the slightest bit makes us jump. Just take a look at the social networks, which are more and more reactive and toxic every day.

Healthcare is going through another tough time these weeks and given the irresponsible attitude of politicians, inflammatory headlines and furious statements, it doesn't seem that anyone provides enough sense and useful leadership when it's needed most. That's why I ask the question: who do we trust?

I look around me at my primary health centre and I have to admit that I am lucky. I can say that I trust the people around me as clerks, cleaners, nursing assistants, midwives, nurses and doctors. And that's a relief when I know that I'm going to be playing hard the next few months with them by my side. On the other hand I feel that our patients trust us in turn, something that is more important than people think. That well of trust is what still binds and sustains society. Will we be able to maintain it?

Given that it is not easy to trust those who currently have the political responsibility for health care in their hands, perhaps it would be wise to focus on something closer, and to care for it, recognise it, be grateful for it and make it visible. 

As we are seeing in this reflection based on verbs that we are unpacking, there are interesting alternatives to mere complaint. 






相信

自動翻譯,對錯誤感到抱歉。

壞消息產生不確定性,不確定性恐懼,恐懼阻撓,焦慮和憤怒點。因此,我們處在一個壞消息的惡性循環中,我們無法逃避這個壞消息。

在極端情況下也會發生同樣的事情,例如公海的帆船風暴或戰鬥的前線,當您開始聽到槍聲,恐懼時。對此,幾乎沒有補救措施,每個補救措施都有其自己的用途,我將不贅述。我只是想指出在困難情況下信任的重要性。相信別人。

我們的時代正在經歷一場深刻的全球信任危機。我們不信任機構,政客,老闆,官員,甚至鄰居和親戚。如果只有很少的人相信上帝,那就想想其他的一切。但是,如果沒有信任,生活會非常不舒服,這使我們處於防御狀態,至少一點點就使我們跳了起來。只需看一下社交網絡,這些社交網絡每天都變得越來越活躍和有害。

最近幾週,醫療保健正經歷著另一個艱難的時期,並且由於政客們的不負責任的態度,煽動性的頭條新聞和憤怒的言論,似乎沒有人在最需要時提供足夠的理智和有用的領導才能。這就是為什麼我問一個問題:我們信任誰?

我在我的主要保健中心環顧四周,我不得不承認自己很幸運。我可以說我相信我周圍的人是文員,清潔工,護理助理,助產士,護士和醫生。當我知道接下來的幾個月我將在他們的陪伴下努力工作時,這真是一種解脫。另一方面,我覺得我們的患者反過來信任我們,這比人們想像的重要。信任的良好狀態仍然可以束縛和維持社會。我們能維持嗎?

鑑於要信任那些目前負有醫療保健政治責任的人並不容易,也許明智的做法是專注於更接近的事物,並對其進行照顧,認可,感恩並為之可見。

正如我們在對基於動詞的動詞的反思中所看到的那樣,有很多有趣的替代品可以用來代替抱怨。

miércoles, 23 de septiembre de 2020

Prioridades


Foto: Comunidad de Madrid


Ayer la Comunidad de Madrid hizo público a los sindicatos en la mesa sectorial de Atención Primaria su plan de actuación para los próximos 3 años. Desglosan una inversion de 82.67 millones de euros en 3 años. Es un paso sin duda, pero la emergencia la tenemos ahora y las mejoras anunciadas no van a disminuir la presión asistencial que sufren los centros de salud.


1. Es un 8% menos que lo pactado en el acuerdo de investidura entre PP y Ciudadanos. Pueden consultarlo aquí (punto 50). Por lo que se entiende que no es un plan de emergencia ni una inversión a mayores, tan solo bajan un poco lo que acordaron hace unos años y no se había implementado.

2. Parece que la Comunidad Madrid tiene, entre otros planes, 1500 millones para invertir en el Metro.



¿Qué les parece a ustedes que priorizan?








Y de momento no hay respuesta para otras posibilidades como:


  1. Informatizar las bajas laborales suprimiendo los documentos en papel.
  2. Permitir autodeclaraciones juradas de enfermedad para procesos leves.
  3. Sacar circuito de toma de PCR de centros de salud dando respuesta directa al paciente (página web, sms, llamada automática).
  4. Limitar listados de pacientes en centros de salud saturados.  

Ayunar. Fasting. 禁食

 

Foto submarina de Rosa Taberner


Estamos empachados. De malas noticias, de sombríos pronósticos, de gritos y ruido. Ya no nos cabe nada más. Sin embargo nos siguen dando estopa. Cada día que pasa nos meten más desgracias, cifras funestas y desatinos en vena mediante el potente entramado de información, desinformación y manipulación que nos rodea. 


Y así vamos, de sorpresa en sorpresa, con ese mal sabor de boca del que no ha podido dormir bien por ser imposible desconectar de tan negativa corriente. Los lamentos que se oyen dentro de los centros de salud son el siguiente nivel en intensidad sonora tras años de quejas y llantos variados, más bien susurrantes. Ahora es un clamor. 


Pero por mucho que uno llore, grite o exprese su malestar, el terrible dolor de vísceras y la sensación de empacho no se alivian. Hace falta algo más. La situación de sobrecarga brutal está funcionando como purgante, en todos los sentidos. Nos vamos de vareta, los sanitarios los primeros. Con todo no nos aliviamos. Si preguntamos a uno de esos viejos doctores de pueblo de toda la vida nos dirá que para el empacho lo mejor es ayunar hasta que pase. 


Ayunar de malas noticias, de confrontación, de contertulios malencarados, de telediarios cargados de veneno, de titulares de prensa llenos de hiel, de la bronca de las redes sociales. Ayunar de la queja personal permanente, de ese estado de batalla perpetua contra los que piensan distinto, contra cualquier clase de gobierno, autoridad, político o responsable. 


Tal vez si dejamos de sobredosificarnos tanta negatividad podamos empezar a respirar algo más tranquilos. Y darnos un paseo, contemplar unas nubes, saborear un bocado o disfrutar de una conversación. 


¿Quién iba a decir que la cura social más urgente sea ayunar?. Pues ya ven, atrévanse a probarlo y me cuentan.







Fasting


We're indigested. Of bad news, of gloomy forecasts, of shouting and noise. We have no room for anything else. Yet we are still given more stuff. Every day we get more misfortunes, disastrous figures and misunderstandings in our veins through the powerful web of information, misinformation and manipulation that surrounds us. 


And so we go, from surprise to surprise, with that bad taste in our mouth that we have not been able to sleep well because it is impossible to disconnect from such a negative current. The laments heard inside the primary health centres are the next level in sound intensity after years of varied, rather whispering, complaints and cries. Now it is a loud cry. 


But no matter how much one cries, screams or expresses his discomfort, the terrible tummy pain and the feeling of indigestion are not alleviated. Something else is needed. The situation of brutal working overload is like a purgative, in every sense. We're going to leave, the health professionals first. Yet we are not relieved. If we ask one of those old village doctors, he will tell us that for indigestion it is best to fast until it passes. 


Fasting from bad news, from confrontation, from misunderstandings, from news programmes full of poison, from headlines full of gall, from the anger of the social networks. Fasting from the permanent personal complaint, from that state of perpetual battle against those who think differently, against any kind of government, authority, politician or person in charge. 


Perhaps if we stop overdosing ourselves with so much negativity we can start breathing a little easier. And take a walk, contemplate some clouds, savour a bite or enjoy a conversation. 


Who would have thought that the most urgent social cure would be to fast? Well, you see, dare to try it and tell me about it.





禁食


自動翻譯,對錯誤感到抱歉。


我們被消化了。壞消息,令人沮喪的預測,喊叫聲和噪音。我們沒有別的空間。然而,我們仍然得到了更多的東西。通過圍繞我們的強大信息網絡,錯誤信息和操縱,每天我們都會遭受更多的不幸,災難性的數字和誤解。


因此,我們吃驚地發現口中的不良味道使我們無法入睡,因為不可能擺脫這種負電流。在經歷了數年的不斷變化,低聲細語,抱怨和哭泣之後,初級保健中心內聽到的哀嘆聲達到了更高的水平。現在是一個大聲的呼喊。


但是,無論人們哭泣,尖叫或表達不舒服的程度如何,都不會減輕可怕的肚子痛和消化不良的感覺。還需要其他一些東西。從任何意義上講,殘酷的工作超負荷情況都像瀉藥。我們要離開了,首先是衛生專業人員。然而,我們並不放心。如果我們問那些鄉村醫生中的一位,他會告訴我們,為了消化不良,最好禁食直到它過去。


與壞消息,對抗,誤解,充滿毒氣的新聞節目,充滿膽怯的頭條新聞,社交網絡的憤怒相抵觸。從永久的個人抱怨,與與不同思維的人,與任何類型的政府,機關,政客或負責人的永恆鬥爭中擺脫出來。


也許,如果我們停止過度消極地過度用藥,我們可以開始呼吸輕鬆一些。散散步,考慮烏雲,品嚐美食或進行對話。


誰會想到最緊急的社會治療方法就是禁食?好吧,你知道,敢嘗試一下,並告訴我有關情況。

martes, 22 de septiembre de 2020

Un poquito de dignidad, un poquito de por favor





Sí, ya saben ustedes como está la cosa en los centros de salud. Pero eso no es nuevo, no nos engañemos. Llevamos años regular, con sobrecarga crónica y picos de aumento de consultas que cada año duran más tiempo. 

Hoy no voy a pedir nada. Tan solo compartir con ustedes una historia que podría haber contado cualquiera de mis compañeras en cualquier centro de salud y a la que cuatro profesionales de Atención Primaria ponemos cara.

Una entrevista de Raquel Peláez con fotos de Carlos Carrión que tienen disponible online y tendrán completa en la edición de este domingo del suplemento XLSemanal.





lunes, 21 de septiembre de 2020

Escuchar.








Sabemos que no es lo mismo oír que escuchar. Pero qué difícil nos resulta discernirlo en estos tiempos de gritos y anuncios comerciales permanentes. Desde que nos levantamos el ruido de fondo acompaña nuestros pasos, habitualmente de la mano de su hermana la imagen. Por eso nos resultan extraños esos momentos de calma y de silencio que, de alguna manera, terminamos rehuyendo para llenarlos en seguida de estímulos enlatados servidos en cualquier dispositivo con pantalla. 

Sin embargo sin escucha no es posible el diálogo, tampoco la reflexión ni quizá la toma de conciencia. Caminar despacio por el campo sin usar auriculares es un potente acto político. Meditar un instante, contemplar en silencio, centrarse en hacer cualquier cosa sin tener algo de fondo... son conductas casi revolucionarias que nos sacan del permanente atracón de estímulos al que estamos acostumbrados. 

No nos damos cuenta de que ese exceso de información nos embota y nos deshumaniza. ¿Cuándo miramos la última vez un cielo estrellado, una hilera de hormigas, el baile de las nubes? ¿Cuándo bailamos en mitad del salón con algún ser querido? ¿Cuándo dimos un abrazo de esos reconfortantes?

No escuchamos y nos perdemos la voz de la naturaleza, la belleza, el sentido, la compasión y la divinidad. Porque, aunque parezca mentira, el mismo creador se sigue paseando por estos pagos cuando le viene en gana... y no nos enteramos corriendo como vamos. Esa voz no aparece en el buscador del teléfono móvil, tampoco en la pila de mensajes que recibimos cada día. Hay que callarse de verdad para poder oírla pues remeda el murmullo de esos arroyos de montaña que saltan frescos en el borde del bosque. 

A los que por azares vamos teniendo un curriculum demasiado lleno de papeles nos suele resultar imposible escuchar otra voz distinta de la propia. Hay excepciones pero son escasas. Por eso no entendemos como las instituciones se funden unas detrás de otra y el mundo cambia a una velocidad que no da opción a comprensión alguna. 

En sanidad estamos perdiendo la habilidad de escuchar al que sufre. A los pocos segundos interrumpimos su discurso aportando la correspondiente etiqueta diagnóstica y un vale de remedios a retirar en la botica. Y que pase el siguiente. La gente encantada de la vida de poder consumir la barra libre de pastillas que el sistema permite. Más tarde alguno lamentará haberse dejado escatimar aquella antigua relación de confianza que se tenía con la enfermera y con el médico de toda la vida. Eso no se estilará más, ya se encarga el sistema de cambiarlos con periodicidad o de expulsarlos o quemarlos lentamente.

Tampoco hay voluntarios que escuchen a los escasos sanitarios que llaman a las cosas por su nombre. Se les permite lanzar sus mensajes al mar en botellas cerradas, mientras otros suben el volumen de los monitores de las salas de espera y la desfachatez de los programas que la gente consume con placer. 

Pero cuando las cosas se ponen duras de verdad no queda más remedio que buscar soluciones. Y para eso hay que atreverse a hablar y sobre todo sacar valor para escuchar. No nos engañemos, el carácter pasivo del verbo lleva implícito la voluntad de dejarse alcanzar y para eso hay que tener agallas o al menos la ingenuidad del niño pequeño que no teme lanzarse de bruces a un mundo incomprensible. 










domingo, 20 de septiembre de 2020

Preocupación, sobreocupación, saturación.








Ante la situación de colapso de la Atención Primaria en la Comunidad de Madrid y la convocatoria de huelga próxima, la junta directiva de SoMaMFyC quiere mostrar su preocupación por la situación actual de sobrecarga de los centros de salud. Creemos que la Atención Primaria necesita cambios profundos para poder atender a la población en una situación de pandemia y apoyamos todas las propuestas que mejoren la atención a los pacientes manteniendo la longitudinalidad. En este sentido, consideramos que hay tomar medidas urgentes y viables para intentar aliviar el colapso actual, la falta de accesibilidad y las listas de espera que dificultan el acceso de la atención sanitaria a muchos de nuestros pacientes. Por ese motivo lanzamos una propuesta de mínimos para implementar de forma urgente en Atención Primaria, consideramos que estas medidas pueden llevarse a la práctica en menos de un mes y pueden mejorar la situación de los centros de salud:


1. Burocracia:  

  • Incapacidad laboral temporal (ITL): Envío telemático, cese de la impresión en papel de ningún parte de forma indefinida. 
  • Anulación del alta por incomparecencia en la ITL durante al menos 2 semanas más a la fecha de revisión.
  • ITL en caso de contacto COVID-19:  Único parte con alta y baja en el mismo acto que cubra la cuarentena de 14 días, la ITL por este motivo puede ser emitida por personal distinto al facultativo.
  • Renovación automática de recetas y visados por un año.
  • Resultados de PCR para SARS-CoV-2 directamente cargados en la App de cita previa para que el paciente lo pueda consultar en 48 horas independientemente de donde se tome la muestra.
  • Acceso de los administrativos sanitarios al módulo de IT web y receta electrónica para que puedan consultar la emisión de la ITL, la fecha de revisión de la ITL, emitir copia de la medicación, informar si la medicación está cargada en la e-receta, informar de la caducidad de la misma, imprimir la pauta de anticoagulación.

2. COVID-19:
 

  • Rastreador: Enfermeras comunitarias que trabajen en el centro de salud en coordinación con el equipo de Atención Primaria. Se encargarían del rastreo, seguimiento COVID-19 leve, toma de muestras PCR y derivación de aquellos casos que requieran atención médica al médico de familia.  
  • Protocolos unificados de manejo de paciente COVID-19 para toda la Comunidad de Madrid tanto en Atención Primaria como en Atención Especializada.
  • Acceso a serología para SARS-CoV-2 en Atención Primaria.
  • Acceso a radiografía de tórax urgente en todos los centros de salud.

3. No COVID-19:
 

  • Aumento de líneas telefónicas. No es aceptable que ninguna llamada al Centro de Salud se corte de forma abrupta. Todas las llamadas deben quedar en espera como sucede en los números de emergencia hasta ser atendidas. 
  • Campañas informativas en medios de comunicación sobre el acceso a los Centros de Salud. Hay que explicar que el acceso es limitado para evitar aglomeraciones y posibles contagios del SARS-CoV-2. La atención inicial será telefónica y se valorará la consulta presencial si es necesaria.

4. Recursos Humanos: 
 

  • Aumento de la plantilla de médicos de familia con medidas atractivas y contratos dignos.
  • Retribución de los doblajes en las mismas condiciones que las peonadas hospitalarias.
  • Contratación de administrativos sanitarios que se dediquen de forma exclusiva a la atención telefónica. 




Junta Directiva de la SoMaMFyC

sábado, 19 de septiembre de 2020

Jesús Calleja y Fernando Simón ganan altura.









Soy fan de Jesús Calleja. No veo mucha televisión pero sé reconocer quién tiene un don para la comunicación y Jesús lo tiene. Me parece que su trabajo es estupendo y la línea de su programa muy apropiada: sacar a un personaje público de su contexto habitual para llevarle a otro muy distinto y hablar con él relajadamente desde esa nueva perspectiva. ¿A quién no le vendría bien que le invitaran a uno de esos paseos especiales?

Como médico me paso el día hablando con gente con problemas, tengo claro que Jesús Calleja hace una labor parecida, conversa como si tal cosa mientras crea un espacio de confianza y tranquilidad en el que sus acompañantes pueden compartir sus ideas, inquietudes, emociones y anhelos. Los sanitarios tenemos mucho que aprender de él. Su alegría, espontaneidad y el buen rollo que proyecta se pueden resumir en una bella palabra castellana: amabilidad. He de reconocer que la prisa, el agobio y la sobrecarga nos convierte a muchos profesionales de la salud en individuos hoscos y malhumorados... hay que abrirse a personas como Calleja para darse cuenta de que es posible conversar de otra manera. 


Esta semana el equipo de Calleja ha rodado con Fernando Simón, al que considero un compañero de navegación con una difícil misión. No entraré en valoraciones, tan solo diré que en este país dar la cara es deporte de riesgo y a él le ha tocado hacerlo en complicadísimas circunstancias. Es normal que esté agotado y es normal (y aconsejable) que se haya escapado unos días con Calleja. Yo lo hubiera hecho en su lugar. 

Espero que hayan tenido una experiencia positiva y que los demás podamos aprender alguna pista de la misma. Lamento haber hecho una pequeña broma en Twitter que quizá no fue bien entendida, lo que es lógico en estos días de prisa y crispación general. 

Por mi parte animo a Jesús Calleja a que siga llevándose a la gente a esos sitios maravillosos para desarrollar su labor socrática... me podría postular voluntario o mandar una lista de candidatos pero no ha lugar, seguro no le faltan. 







Y animo a los demás a tratar de escuchar y entender: afrontamos una situación mundial difícil que afecta de lleno nuestro entorno. Todos vamos a ser necesarios.


Porque la situación en los centros de salud de este país nunca ha estado tan mal...





viernes, 18 de septiembre de 2020

Rezar. Pray. 祈禱。






Imaginen por un momento que no hay enfermeras, ni médicos, ni sistema sanitario. Imaginen que tienen un problema de salud, elijan el que quieran. Imaginen lo lento que se les pasa el tiempo con ese flemón, cólico renal, dolor intenso o herida supurante, sabiendo que solo pueden esperar.

No hay que irse muy lejos, nuestros bisabuelos tuvieron un acceso muy limitado a servicios sanitarios. Antes de ellos menos todavía. Se defendían con remedios caseros, algún medicamento básico y solo de forma excepcional podían acceder puntualmente a consultar con alguien. 

Muchos solo podían rezar. Y si no tenían a quien aguantar el sufrimiento lo mejor que podían. 

Hoy nos hemos olvidado de rezar, algo que ha quedado trasnochado cuando podemos solucionar casi cualquier problema tirando de tarjeta de crédito o comprando a distancia. Con respecto a la salud pasa lo mismo. La hemos convertido en un bien de consumo más siguiendo las reglas de la nueva religión de mercado que impera en este sistema de cosas. 

Pero a veces las cosas se tuercen y uno se pone malo de verdad o aparece una pandemia que satura el sistema sanitario. En esos momentos no es posible comprar la solución, por más dinero que tengamos no encontraremos la puerta de salida. Ahí tal vez podamos empezar a rezar. 

No es nada fácil en estos tiempos recordar que no somos el centro del universo, pero la naturaleza nos lo sigue mostrando a base de huracanes, incendios, terremotos y pandemias. Somos vulnerables, pura levedad. Los que trabajamos en lo sanitario bien lo sabemos, como todo el que haya pasado por algún camino de dolor o enfermedad importante. 

Reconocer que nuestra posición en el mundo es muy pequeña y que quizá haya otros referentes mayores que nosotros nos abre la puerta a analizar nuestras prioridades. 

¿Es la oración un recurso sanitario? ¿puede ayudar al que sufre enfermedad o dificultad? 

Lo que parece cierto es que quizá necesitemos abrir la mente y reconocer que ante circunstancias extraordinarias es preciso conjugar verbos no habituales. 







Pray.

Imagine for a moment that there are no nurses, no doctors, no health system. Imagine that you have a health problem, choose the one you want. Imagine how slowly time passes with that boil, kidney colic, severe pain or oozing wound, knowing that you can only wait.

You don't have to go far, our great-grandparents had very limited access to health services. Even less so before them. They defended themselves with home remedies, some basic medication and only exceptionally were they able to access someone with sanitary habilities. 

Many could only pray. And if they had no faith to endure the suffering as best they could. 

Today we have forgotten to pray, something that is outdated when we can solve almost any problem by pulling a credit card or buying on line. The same goes for health. We have turned it into another consumer good by following the rules of the new market religion that prevails in our time.

But sometimes things go wrong and you get really sick or a pandemic comes along and overwhelms the health system. In those moments it is not possible to buy the solution, no matter how much money we have we will not find the way out. Then maybe we can start praying. 

It is not easy in these times to remember that we are not the centre of the universe, but nature continues to show us this through hurricanes, fires, earthquakes and pandemics. We are vulnerable, pure lightness. Those of us who work in the health field know this well, as does anyone who has gone through any major pain or illness. 

Recognising that our position in this world is very small and that there may be other references greater than ourselves opens the door to analysing our priorities. 

Is prayer a health resource? Can it help those who are suffering from illness or difficulty? 

What seems to be true is that we may need to open our minds and recognise that in extraordinary circumstances it is necessary to conjugate unusual verbs. 






祈禱。

自動翻譯,對錯誤感到抱歉。

想像一下,這裡沒有護士,沒有醫生,沒有衛生系統。假設您遇到健康問題,請選擇所需的健康問題。想像一下,煮沸,腎臟絞痛,劇烈疼痛或傷口滲血會花多長時間,知道您只能等待。



您不必走太遠,我們的曾祖父母獲得醫療服務的機會非常有限。在他們面前更是如此。他們以家庭療法,一些基本藥物為自己辯護,只有在例外情況下,他們才能夠接觸具有衛生能力的人。



許多人只能祈禱。如果他們沒有信心盡力忍受痛苦。



今天我們忘了祈禱,當我們可以通過拉信用卡或在線購買解決幾乎所有問題時,這已經過時了。健康也是如此。通過遵循當今流行的新市場信仰的規則,我們已將其轉變為另一種消費品。



但是有時情況會出錯,您會真正生病,或者發生大流行,使衛生系統不堪重負。在那些時刻,不可能購買解決方案,無論我們有多少錢,我們都找不到出路。然後,也許我們可以開始祈禱了。



在這些時期,要記住我們不是宇宙的中心並不容易,但是大自然繼續通過颶風,火災,地震和大流行向我們展示這一點。我們脆弱,純潔。我們這些在衛生領域工作的人以及任何經歷過重大痛苦或疾病的人都知道這一點。



認識到我們在這個世界上的地位很小,並且可能還有比我們更大的參考文獻,這為分析我們的優先事項打開了大門。



祈禱是一種健康資源嗎?它可以幫助那些患有疾病或困難的人嗎?



似乎正確的是,我們可能需要敞開胸懷,意識到在特殊情況下,有必要將不尋常動詞進行共軛。

jueves, 17 de septiembre de 2020

Desvelar







Muchos desvelos traen estos tiempos. Mucho quebranto.

La confusión genera una capa densa de ruido que se queda pegada a la piel como esa humedad de las ciudades de mar en verano. Una adherente pátina de gelatinosa desidia. 

Y las pantallas vomitando fuego griego, ese fluido misterioso que ardía destrozando flotas sin que nada pudiera apagarlo.

¿Cómo llegar a ver? ¿Cómo alcanzar a oír la voz del ángel que desde las alturas nos indica?

El denso velo nos impide entender. Los sumos sacerdotes durante siglos remendaron el que cayó cuando crucificaron al viviente. Ya no es posible entrar a ese nivel de intimidad que Eva y Adán tenían a la caída de la tarde. 

Pero tal vez haya una pequeña posibilidad si cada cual desvela sus heridas. Si entre todos mostramos esta nueva normalidad como lo que verdaderamente es: un robo monstruoso de derechos para aplastar sociedades enteras. 

Los médicos de Madrid estamos saliendo a las 12 a la puerta de los centros como pequeño signo de protesta. Tal vez podamos además enseñar en un papel lo que pasa por dentro y ahora es invisible para tantas personas que necesitan atención y no pueden ni siquiera contactar por teléfono. 

Desvelar es mostrar, demostrar y permitir que otros vean, entiendan y puedan pasar donde antes había velo y confusión.

































miércoles, 16 de septiembre de 2020

Reconocer






Foto de Rafa Cofiño





Déjame taparte esta noche
Acomodar la sábana en tu cuello
Respirar un momento
Las luces apagadas
Salir con suavidad.

Luego fundiremos nuestro sueño
De una manera misteriosa
Para terminar en la mañana
Como dos náufragos novatos

Recién llegados a la aurora.




Voy a intentar escribir algunos artículos centrándome en un verbo. Una manera como cualquier otra de intentar ponerme en movimiento, en búsqueda de acción. Y comienzo el viaje reconociendo que no veo. 

Llevo meses sin ver claro. Ni evidencia científica, ni liderazgo, ni claridad. Mi capacitación profesional no sirve, es insuficiente en estos momentos para aportar a los demás el servicio que desean. La estructura en la que trabajo limita mis manos con burocracia y protocolos rígidos e ineficaces. Los pacientes a mi alrededor están confundidos y molestos al ver que la atención sanitaria que conocían ya no está. Mis compañeros gritan sobrecargados y angustiados. Yo grito también.

Salgo de la consulta buscando algo de luz. Camino lejos hasta la consejería de sanidad, hablo con ellos, no consigo claridad. Camino al ministerio de sanidad, me dejan entrar al descansillo pero no al salón, me voy frustrado. Miro en las redes sociales, solo encuentro más gritos. 

Termino en el silencio, bueno más bien en una partitura con ayuda de Arvo Part. Y sigo reconociendo mi ignorancia. Hoy acudí al domicilio de una anciana enferma, llegué corriendo. Afortunadamente fue una falsa alarma. El piso era humilde, las paredes raídas, los muebles sencillos, el suelo no brillaba. Volví caminando despacio, desolado al darme cuenta de que la verdadera emergencia no es el coronavirus sino la miseria y esa sí que es imparable.

Pero no soy capaz de encontrar la narrativa. La manera de explicámelo y explicarlo a otros. Me di cuenta de que la palabra hundimiento no valía, batalla y barricada tampoco. Hace falta abrir más la mente y reconozco que no puedo. Soy igual de limitado y rígido que esos jefes que critico. Igual de impotente.

Por eso me tengo que callar. O escribir bajito algo de poesía o alguna reflexión pequeña como esta. Espero me comprendan y reconozcan conmigo que por muy negra que sea la noche al final suele llegar el alba.