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miércoles, 14 de septiembre de 2016

SEXperimentando un libro para adolescentes






Nayara Malnero es una sexóloga clínica con consulta en Gijón y gran actividad en redes sociales. Lleva años desarrollando contenidos escritos sobre sexo en su blog y tiene un canal de vídeos sobre el tema.

Su libro SEXperimentando lo prologa Carlos de la Cruz, eminente sexólogo y coordinador del Máster de sexología de la Universidad Camilo José Cela, de los más prestigiosos en nuestro ámbito.

Me ha agradado su lectura por lo bien que está conseguido el enfoque hacia los adolescentes, habilidad nada fácil de conseguir. El libro cuida la parte escrita, tanto en lenguaje como en extensión, ejemplos, modismos y estructura. Así mismo se incluyen ilustraciones adecuadas y códigos QR que remiten a los vídeos de la autora. Dicho sea de paso son excelentes, grabados con calidad profesional y con suficiente claridad y visión pedagógica. La combinación de contenidos escritos con audiovisuales aportan un enorme valor añadido en estas edades que la autora aprovecha.

Es un libro ideal para familias con adolescentes, puede ser una buena excusa para sacar el tema y, en lugar de hacerles preguntas o darles la típica charla, compartir con ellos nuestro interés como padres, y el suyo como adolescentes, sobre el tema





miércoles, 29 de junio de 2016

Orgullo Gay... mejor Dignidad Gay










El día del orgullo gay es una fiesta reivindicativa de la igualdad y la tolerancia que cualquier persona merece sea cual sea su sexo, orientación o identidad sexual. Lamentablemente está mal traducido al español, gay pride debería haberse traducido como dignidad gay. Esto, unido a que la celebración publica ha derivado en una fiesta de exibición que se aleja del cometido original, hace que mucha gente se sienta incómoda ese día.

Nuestra sociedad sigue haciéndose muchos líos con la orientación e identidad sexual. Vamos de progres cuando por dentro solemos cargar con armarios cerrados y deseos, complejos y otros muchos contenidos bajo llave. Ni siquiera sabemos cómo abordar las diferencias de comunicación asociadas al género que hacen que para muchas mujeres los hombres sean otra especie y viceversa. 

La sexuación de nuestros cerebros determina la forma en que vemos y entendemos el mundo. Tomar conciencia de la importancia de este filtro nos puede ayudar a dignificar los matices y diferencias que cada cual descubra al respecto sin tener que apelar al juicio o la condena. Montar un carnaval o una mascarada no me parece lo más inteligente para ello, o por lo menos no lo considero suficiente. Me parece bien que el personal organice todas las fiestas que quiera pero eso no ayudará a que cada cual se mire sus armarios con la suficiente calma y profundidad. Y sin este proceso introspectivo poco podremos avanzar en la comprensión y aceptación de la dignidad de los demás, algo fundamental si no queremos terminar destruyéndonos unos a otros.


Desde esta humilde tribuna apoyo y animo a todas las personas que sufran o hayan sufrido discriminación, castigo, juicio o segregación por su sexo, orientación o identidad sexual. Sentirse totalmente diferente del resto, segregado o juzgado no gusta a nadie. La dignidad personal se manifiesta en el grado de reconocimiento de la ajena. Seamos cuidadosos, nunca sabemos las batallas que cada cual libra por dentro.










sábado, 16 de mayo de 2015

El papel del sexo de las mujeres en los centros de salud



Wasserschlangen II (Detail) Gustav Klimt



En los centros de salud hablamos poco de sexo. Tocamos muchos temas, abordamos muchas dificultades, pero de sexo se habla poco. Sigue siendo un tabú tanto para la población general como para los profesionales sanitarios. Es cierto que los varones preguntan ocasionalmente. Por un lado adolescentes y jóvenes, por otro varones a partir de la quinta década de la vida. Los problemas consultados tienen que ver con variantes de la normalidad en forma y tamaño así como problemas de piel ó enfermedades de transmisión sexual en el primer grupo y problemas de erección ó eyaculación precoz en el segundo.

Las mujeres, en mi experiencia, consultan menos. Es verdad que mi visión es sesgada dado que soy varón pero parece que coincide con la apreciación de otros colegas

También es cierto que sacar este tema en la sobrecargada consulta de un médico de familia no es fácil. Muchas veces no nos atrevemos a preguntar sobre si la persona tiene algún problema sexual no porque lo consideremos irrelevante sino porque sabemos que existen en un gran porcentaje de casos y su abordaje requiere de un tiempo del que no disponemos.

Dado que las mujeres consultan menos y los profesionales apenas preguntamos nos encontramos de nuevo con otra diferencia de género que habrá que tener en cuenta para buscar estrategias útiles. Una de ellas podría ser una actitud proactiva de enfermeras y matrona así como la inclusión de alguna pregunta genérica aprovechando la petición de citología ó en consultas determinadas como la menopausia dentro de la consulta de medicina de familia.

lunes, 8 de septiembre de 2014

Trabajadoras sociales de la líbido





El sexo es una de las preocupaciones principales de muchas personas, una necesidad que mueve montañas y sociedades. Como toda necesidad precisa de recursos que la sacien, recursos en forma de personas del sexo deseado que permitan establecer encuentros, contacto corporal, relaciones e intimidad. Las alternativas virtuales cada vez son más numerosas pero de momento no constituyen una opción de peso. En cualquier caso el terreno sexual es muy complejo pudiendo encontrarse todo tipo de opciones, desde el celibato total hasta la sexualización completa de lo cotidiano, desde prácticas consideradas socialmente habituales hasta todo tipo de opciones y derivaciones. 

En las pirámides sociales de los primates se establecen rígidas jerarquías por el control de los recursos alimenticios y sexuales. Los seres humanos sofisticaron sus sociedades pero la base sigue siendo la misma. Hay individuos con mayores prerrogativas sexuales y otros con grandes carencias. Dentro de los mecanismos de compensación se estableció desde tiempo inmemorial la opción de intercambio de sexo por alimento, recursos o dinero. Pascal Bruckner denomina esta opción trabajadoras sociales de la líbido justificando su existencia presente por el panorama de injusticia sexual que siempre existirá en cualquier sociedad por muy "liberada" que esta esté. 

La buena salud sexual implica un acceso al sexo con una persona que nos guste. Fenómenos como el de los numerosos jóvenes japoneses que no se relacionan con los demás de ninguna forma presencial ensombrece de alguna forma el panorama humano. Todos necesitamos contacto corporal, todos necesitamos caricias y de alguna u otra forma todos necesitamos sexo. Nuestras relaciones humanas son sexuadas, convertirlas en relaciones plenas no basadas únicamente en los aspectos de deseo sexual es un reto que precisa de madurez y amplia visión de las cosas. Los medios de comunicación y la publicidad tiñen sus mensajes apelando a esta necesidad básica creando así una cultura que cosifica la sexualidad y sexualiza cualquier tipo de relación. Dado que mucha gente sufre por no disponer de una sexualidad acorde con sus necesidades me parece importante reflexionar. Siempre tendremos a mano la opción de mediatizar la sexualidad valiéndonos del poder, la fuerza, el prestigio y la fama. Siempre tendremos a mano la opción de pagar por conseguir servicios sexuales. Pero el afán de felicidad de toda persona implica el encuentro con alguien que nos quiera y que nos permita querer, encuentros de calidad que generen relaciones que nos sostengan y nos permitan sostener. 

La líbido seguirá generando sus problemas, seguirán existiendo trabajadores y trabajadoras sociales de la misma y ocupando buena parte de nuestros sueños y desvelos. Tomar conciencia de lo que uno necesita, tratar de verbalizarlo con uno mismo y si es posible con nuestra pareja y no caer en la tentación de acercarse a la sexualidad con un prisma demasiado apegado a nuestra necesidad tal vez sean enfoques que nos ayuden a navegar las procelosas aguas de la sexualidad humana.

martes, 11 de febrero de 2014

Clítoris enormes, hombres multiorgásmicos y sexo anal




La educación sexual es una de esas eternas cenicientas en casi todos los contenidos curriculares del mundo. Parece mentira que siendo la esfera sexual tan importante para el ser humano siga siendo una gran desconocida.

Comparto con mis pacientes y lectores del blog un extracto del excelente libro de Pere Estupinyá en el que seguro descubren algún dato que desconcían.

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Marie Bonaparte –psicoanalista, sobrina nieta de Napoleón Bonaparte– nunca tenía orgasmos haciendo el amor y sí cuando se masturbaba. Era la segunda década del siglo XX y no tenía a quién consultárselo. Supuso que quizá su clítoris estaba demasiado alejado de su vagina y que no lograba reproducir con su marido la misma fricción que ella conseguía durante la masturbación. No era una hipótesis descabellada. El clítoris es un órgano diseñado exclusivamente para generar placer, pero no está dispuesto de la mejor manera para alcanzar el orgasmo con la penetración. Marie Bonaparte, con ayuda de un médico, midió la distancia entre el clítoris y la vagina de 243 mujeres, y les preguntó a todas por la frecuencia de sus orgasmos durante el acto sexual. A partir de este estudio estableció una distinción entre tres grupos de mujeres: las mesoclitorianas representaban un 10 por ciento de la muestra y eran las que tenían el clítoris situado a unos 2,5 centímetros de su uretra; en las teleclitorianas la distancia clítoris-uretra era significativamente mayor a 2,5 centímetros, y las paraclitorianas eran quienes tenían el clítoris más cercano a la uretra.
En 1924 Marie Bonaparte publicó sus resultados bajo el seudónimo de A. E. Narjani en la revista científica Bruxelles-Médical, concluyendo que efectivamente había una relación inversa entre la frecuencia de orgasmos durante el coito y la distancia del clítoris. En 2011, los investigadores Kim Wallen, de la Universidad de Emory, y Elisabeth Lloyd, del Instituto Kinsey, publicaron un artículo en la revista Hormones and Behaviour concluyendo que efectivamente la distancia entre clítoris y vagina podía ser uno de los muchos factores implicados en la frecuencia de orgasmos durante el coito.

Grande, el clítoris

El clítoris es un órgano mucho mayor que el pequeñito glande externo que conocemos, y su parte interna se extiende como dos brazos que pasan por los lados de la vagina. Es claro que la estimulación exclusiva del interior de la vagina puede desencadenar orgasmos. Pero estudios como las sonografías de la francesa Odile Buisson defienden que en realidad la penetración estimula la parte interna del clítoris y que el orgasmo exclusivamente vaginal no existe. Otros científicos no niegan que esta estimulación indirecta pueda suceder, pero defienden que la vagina sí tiene sensibilidad suficiente para generar orgasmos vaginales, que muchas mujeres describen como menos localizados o “de cuerpo entero”. De hecho, el clítoris sólo está inervado por el nervio pudendo, mientras que a la vagina también llegan el pélvico y el hipogástrico. Y en estudios de imágenes cerebrales de mujeres estimulándose el interior de la vagina se observa que las zonas de la corteza sensorial que se activan son diferentes a las activadas con la estimulación del clítoris. Si a eso le sumamos que se producen orgasmos por caricias en los pechos, el cuello, el ano o las orejas, y las opiniones de tantas mujeres que sí describen los orgasmos vaginales y clitorianos como diferentes, el consenso mayoritario en la actualidad es que el orgasmo vaginal puede existir como tal.

Varón multiorgásmico

¡Yo era multiorgásmico sin saberlo! Lo que ocurría es que mis multiorgasmos habían pasado de-sapercibidos. La clave está en el punto de no retorno, ese momento en que en los hombres se produce un aumento de sensibilidad genital, notamos la inmediata llegada del orgasmo y sabemos que eyacularemos a los pocos segundos aunque detengamos cualquier estimulación. Sí, es justo ese punto que a veces aparece por sorpresa antes de lo previsto y genera un considerable fastidio. Con el tiempo uno aprende a controlar ritmos, a saber en qué posturas la fricción nos excita “demasiado”. Cuando todo esto falla y notamos que se aproxima el punto de no retorno, otra opción es ingeniárselas para salir, parar unos segundos, comprimir los músculos pélvicos, sentir unas pulsaciones relativamente placenteras en el pene que pueden ir acompañadas de la expulsión de unas gotitas de líquido, notar a continuación un poco de relajación, y sin perder la erección poder volver al coito casi como si se empezara de nuevo. Muy bien, justo esto es ser multiorgásmico.
Los practicantes de sexo tántrico saben reconocer estas pulsaciones y disfrutar del momento. Durante mis orgasmos encubiertos, yo estaba luchando por inhibir el placer y evitar la eyaculación. En cambio ellos aprendieron a controlar este proceso, a dominar su musculatura pélvica responsable de la eyaculación y a ser capaces de vivir el momento de manera intensa distribuyendo la tensión sexual por todo el cuerpo en lo que ellos llaman un “orgasmo corporal”. Esto es lo complicado de alcanzar y lo que requiere entrenamiento. Lo difícil no es ser multiorgásmico, sino conseguir experimentarlo como algo extremadamente placentero sin que desencadene la eyaculación.
No pretendo hablar de mi vida, pero el día en que, tras varias pruebas, noté esas pulsiones escaparse de los genitales y subir por el cuerpo generando escalofríos incluso en los brazos, me pareció estar sintiendo algo que ya me habían descripto algunas mujeres. Los orgasmos sin eyaculación son claramente menos intensos, pero el cuerpo queda en un estado de mayor sensibilidad, no se pierde ni un ápice de erección, se puede continuar con energía renovada, y el último orgasmo en el que nos liberamos del todo se vive con mucho más placer.

“Suficiente, mi amor”

Hay muchas mujeres multiorgásmicas cuya excitación tras el clímax disminuye sólo un mínimo, y si continúa el estímulo correcto pueden volver a tener otro orgasmo rápidamente. Pero también hay muchas mujeres que tras el orgasmo sienten una incómoda hipersensibilidad en el clítoris parecida a la del glande en los hombres, acompañada de una petición de no continuar a sus parejas.
Un estudio de investigadores canadienses, publicado en 2009, presentó un cuestionario a 174 estudiantes universitarias de 25 años de media, con varias preguntas sobre su comportamiento sexual incluyendo las dos siguientes: 1) “¿Tu clítoris se vuelve más sensible cuando tienes un orgasmo?”. El 96 por ciento de las chicas respondieron: “Sí, pero no hasta después del orgasmo”, y el 4 por ciento restante: “No”. 2) “Después de tener un orgasmo, ¿deseas continuar con la estimulación clitoriana directa?” El 86,2 por ciento de las chicas respondieron: “No”: el 11,5 por ciento: “Sí, pero necesito tiempo”; el 1,7 por ciento: “Sí pero me concentro en mi pareja”; y sólo el 0,6 por ciento: “Sí, enseguida”. Estos resultados sugieren que la hipersensibilidad del clítoris tras el orgasmo es muy frecuente en mujeres.
Aclaremos que estamos hablando de estimulación directa del clítoris, no de continuar el coito o una estimulación más suave.
De entre todas las participantes, las investigadoras seleccionaron un grupo de once voluntarias para hacer un seguimiento más exhaustivo sobre la hipersensibilidad del clítoris, y comprobaron que la hipersensibilidad puede durar desde unos segundos a varios minutos, que en la mayoría la punta del clítoris es la que está más hipersensible y que en la masturbación la molestia es menor que en pareja porque ellas pueden regular la estimulación mejor que el amante.

Orejitas de conejo

Un anillo vibrador colocado en el pene del hombre o un pequeño aparatito en manos de la mujer puede incrementar enormemente el gozo sexual. Un estudio publicado en 2009 por investigadores de la Universidad de Indiana y el Instituto Kinsey con datos de tres mil ochocientas mujeres de entre 18 y 60 años concluyó que el 52,5 por ciento de las mujeres habían utilizado vibradores, y la mayoría tanto para masturbarse como durante el sexo en pareja. El estudio constató que el uso de vibradores está claramente en aumento, y lo asoció a mejores índices de excitación, lubricación, deseo y orgasmo.
Si te das una vuelta online o por una de estas tiendas, comprobarás la gran diversidad de formas, tamaños, texturas, materiales e intensidades de vibradores y juguetes sexuales que hay en el mercado, tanto para mujeres como hombres, heterosexuales u homosexuales, para disfrutar solos o acompañados. Quizá uno de los más famosos es el rabbit popularizado en la serie Sex & the City, que además de hacer cosquillas en el clítoris con unas orejitas de conejo tiene un dildo que da vueltas dentro de la vagina a diferentes velocidades. En realidad, es una manera de presionar el punto G con una intensidad que quizá una mujer sola o con la penetración de su compañero no lograría. La estimulación del punto G, generalmente situado a tres o cuatro centímetros de la entrada, en la parte superior de la vagina, debe empezar suave como una caricia, pero para aumentar el placer debe presionarse poco a poco con más fuerza, y eso es más fácil de conseguir con dildos que con los dedos o el pene.
De hecho, los sexólogos argumentan que una función de los juguetes sexuales y la masturbación es aprender sobre las reacciones del propio cuerpo, y que explorar qué produce más placer es fundamental para tener una vida sexual sana y para tomar la iniciativa en la relación de pareja. Hay muchas mujeres que avanzado el coito necesitan que movimiento e intensidad sean muy precisos para alcanzar el orgasmo, y es muy conveniente que en ese momento tomen el control del ritmo y la posición corporal. Pero para eso deben conocer bien su propia respuesta genital. Según un amplio estudio publicado en 2009, el 55 por ciento de las mujeres reconocen que empezaron a utilizar vibradores sólo por curiosidad, un tercio para facilitar el orgasmo, y un 27 por ciento porque sus parejas lo pedían, pero la gran mayoría opinó que habían contribuido a mejorar su vida sexual.

Heteroanal

Los investigadores están empezando a abordar aspectos del sexo anal en parejas hetero. Según datos del Instituto Kinsey, el 46 por ciento de mujeres estadounidenses de 25 a 29 años ha practicado el coito anal en alguna ocasión. Si nos fijamos por franja de edades observamos un hecho curioso: el porcentaje de mujeres que han tenido sexo anal alguna vez en su vida decrece a un 35 por ciento en las de 50-59, al 30 por ciento en las de 60-69 y al 21 por ciento a partir de más de 60 años. La interpretación es muy obvia: el sexo anal heterosexual se está normalizando y es mucho más frecuente en la actualidad de lo que era hace unas décadas. Eso si confiamos en los resultados, ya que un estudio publicado en 1999 que analizaba en qué grado la gente miente en encuestas sobre temas espinosos demostró que la proporción de mujeres adultas que ocultan haber tenido sexo anal es mayor que las que ocultan haber abortado.
Otros datos interesantes son que, entre las personas que han practicado sexo anal en los últimos doce meses, el 69 por ciento de hombres y el 73 por ciento de mujeres lo hicieron en el contexto de una relación estable, y que, según una encuesta de 2003, el 58 por ciento de mujeres lo hicieron por primera vez a petición de sus parejas. Otro estudio con 2357 heterosexuales que habían practicado sexo anal en los últimos tres meses reveló que sólo el 27 por ciento había utilizado preservativo en todo momento, y el 63 por ciento nunca. Esto es algo que preocupa sobremanera a los investigadores, pues según otras encuestas casi la mitad de estudiantes hombres y mujeres consideraban el sexo anal menos peligroso que el vaginal en cuanto a enfermedades de transmisión sexual. Y es todo lo contrario, el tipo de tejido epitelial, la mayor frecuencia de lesiones y las respuestas inflamatorias que se producen durante el sexo anal lo hacen mucho más arriesgado.
Pero ¿por qué las parejas hetero practican sexo anal y lo hacen más ahora que hace unas décadas? Evidentemente, en lo segundo la pornografía ha tenido un rol muy importante. Si bien no hay datos para corroborarlo, estamos más expuestos a imágenes de sexo anal y eso genera que más personas se interesen en probarlo. Pero además de la curiosidad, la razón clásica de mantener la virginidad y evitar el embarazo continúa siendo válida entre algunos adolescentes. En un estudio estadounidense publicado en 1999, el 19 por ciento de los universitarios opinaba que el coito anal no era propiamente sexo, y que practicarlo no implicaba perder la virginidad.
La visión más conservadora del sexo anal entre heterosexuales lo concibe simplemente como una versión atípica y más peligrosa que el coito vaginal, pero claramente para muchas personas resulta algo más excitante psicológicamente; puede ser considerado como más íntimo y genera un tipo diferente de placer. El ano es una zona erógena con terminaciones nerviosas independientes cuya estimulación puede resultar gratificante, que además en los hombres permite acceder a la próstata.
En el caso de los hombres, la penetración anal con el pene, los dedos o dildos es placentera por el estímulo interno de la próstata, y esto vale tanto para gays como para heterosexuales (un hombre puede perfectamente disfrutar recibiendo penetración anal sin que le atraigan los hombres en absoluto). Para algunos, la estimulación prostática es muy placentera y puede conducir al orgasmo y la eyaculación, pero ¿por qué resulta también físicamente placentero para ciertas mujeres, llegando unas pocas incluso al orgasmo? La erotización es un factor, y las fibras sensoriales alrededor del ano, otro. Pero lo más novedoso son los estudios con sonogramas que se están realizando para determinar si durante la penetración anal se pueden alcanzar algunas estructuras internas del clítoris. Son estudios no finalizados todavía, pero de confirmarse explicarían que unas chicas sientan tanto placer asociado al sexo anal mientras que a otras les genera más bien indiferencia.
Quién sabe si además de insistir en la imprescindible lubricación (mejor los acuosos que de silicona), el relax (hay varios músculos en el ano: unos que podemos relajar voluntariamente y otros que sólo estarán relajados cuando el resto de tu cuerpo también lo esté, respirad hondo), la necesaria estimulación preliminar con dedos o juguetes (lubricados y con un preservativo), la importantísima pulcritud, el uso de preservativo y la negativa absoluta a cualquier tipo de presión o forcejeo, la fisiología propondrá algunas posturas o prácticas que favorezcan la satisfacción durante el coito anal, una de las prácticas sexuales que más está aumentando entre la población.

 Pere Estupinyá


tomado de Página 12 vía Alfredo Zurita


Si les interesa el libro pueden comprarlo aquí.



lunes, 2 de diciembre de 2013

Hablando de sexo con Venus O'Hara



Foto: Sebas Romero






Venus O'hara es una mujer compleja, bloguera en El País, actriz, escritora, articulista... La he pedido ayuda para tratar el tema del sexo en este blog. Los médicos de familia solemos hablar poco de sexo en las consultas y eso me parece un error. Sabemos que la esfera afectivo-sexual es imprescindible para todos, sabemos que el contacto es fundamental para la supervivencia, sabemos que el sexo nos da placer y nos hace disfrutar. ¿Por qué cuesta tanto hablar de él? ¿Por qué cuando acudimos al sistema sanitario nos solemos olvidar de esta esfera de nuestras vidas? ¿Por qué nos sigue dando miedo el sexo? Estas y otras muchas preguntas llevaban flotando tiempo en mi mesa de trabajo, por eso me decidí a salir de la consulta y preguntar a alguien que, si bien no sabe todas las respuestas, tiene el suficiente magnetismo como para sostener todas estas preguntas.




Pregunta: ¿Habla la gente suficientemente de sexualidad?

Respuesta: Creo que nos cuesta mucho hablar de este tema. Hay gente que confía en mí sus cosas porque siempre he sido una amiga abierta. Me sorprende cuántas cosas la gente reprime,  porque en mi caso es al contrario. Con frecuencia hay asuntos que no se hablan, por ejemplo situaciones de impotencia o eyaculación precoz. Creo que muchos de estos problemas provienen de la pornografía... "mi pene es pequeño" o "no me gusta mi cuerpo"... todo viene quizá del énfasis en la perfección.

P: Tal vez los modelos que se siguen son muy exigentes. Si lo que vemos son señores y señoras con cuerpos esculturales la comparación nos hará desdichados...

R: Yo no veo nada de porno, no me gusta nada esa representación de la sexualidad. Creo que muchos problemas vienen de esta presión. Hay expectativas muy altas "hay que follar así...", "hay que tener no se cuantos orgasmos..." si tu vives esto te sientes mal. Cuando yo empecé a tener sexo no encontré problemas para tener orgasmos. Hablaba con mis amigas y era como si hablara otro idioma, no entendían.

P: ¿Cómo es la comunicación sobre sexualidad entre chicas, dónde y cómo buscan información?

R: Cuando se es más joven es más fácil abrirse más, en la fase de los primeros novios. Luego cuando las relaciones se hacen más serias con hipotecas, bodas y niños la gente deja de hablar, lo deja para los amigos íntimos. Sólo cuando pasa algo grave se empieza a hablar de nuevo. Tengo esa sensación. Mis mejores amigas, con las que compartí mis vivencias con los primeros novios, han tenido ya niños y no me atrevo ni a preguntarles por el sexo. Es un territorio del que no se habla y que pertenece a la más estricta intimidad.

P: A los profesionales sanitarios nos pasa igual. Cuando tenemos un paciente delante le preguntamos por todo (su cabeza, su digestión, su sueño) pero la sexualidad se deja fuera y no se trata. ¿Cómo se podría abordar la esfera sexual en una consulta con una enfermera o un médico?

R: Yo soy inglesa y recuerdo con cariño los centros de planificación familiar que me atendieron cuando era joven. Centros que garantizaban la confidencialidad, proveían de condones y de información y en los que podías hablar con tranquilidad. Estaban anunciados en todas las revistas de adolescentes. Recuerdo haber pasado tardes deborando folletos e información. Por otro lado creo que los hombres no tienen la costumbre de ir al médico y bajarse los pantalones como tenemos las mujeres cuando vamos a hacer nuestras revisiones, por eso les cuesta más consultar o preguntar. Yo he ido mil veces pese a que lo paso fatal. He tenido amigas con verrugas genitales de transmisión sexual que lo han pasado mal con el tratamiento. No entiendo por qué seguimos sin protegernos con preservativos. No sabes con quién duermes... es el nombre de una de mis webs.

P: ¿Consideras que muchos aspectos de la esfera de la salud sexual se han mercantilizado, que hay una pastillita para casi todo?

R: El otro día estaba bajando música de internet y me encontré un anuncio de alargamiento de pene... qué miedo...


P: Hay mucha gente preocupada por esto

R: Así es. Recibo spam todas las semanas con este tipo de productos.

P: ¿Falta educación sexual?

R: Creo que sí, en muchos sitios no hay acceso a centros de información sexual como los que he comentado. Es verdad que ahora tenemos Google, pero ahí no siempre encontramos la respuesta. No se habla en las familias o en las escuelas. Pese a la importancia del tema los medios de comunicación siguen primando la violencia y otros contenidos antes que una información sobre sexualidad bien estructurada. Yo me eduqué en un sistema educativo católico donde se contemplaba la reproducción pero no otros temas como el sida o los anticonceptivos. Esa información tuve que buscarla en los centros de información sexual públicos.

P: ¿Cómo podríamos mejorar la educación sexual de los jóvenes en los centros de salud?


R: Una profesora cuando teníamos 12 años nos hizo una encuesta anónima sobre sexualidad y nos sirvió mucho. Pienso que en las familias y escuelas se debería abordar este tema de una forma acorde con la edad y madurez de los niños y niñas.


P: ¿Hay mucha paja en Google a la hora de buscar información sobre sexo?


R: Probablemente se puedan crear blogs o páginas web que permitan la comunicación y las preguntas a varios especialistas como tú por ejemplo. Donde haya sexólogos y un grupo de profesionales que permita el diálogo con jóvenes. Creo que están mal informados. Yo estoy haciendo ahora reseñas de educación sexual tal y como se hacen en otros países, creo que estamos un poco atrasados en esto.


P: ¿Qué proyectos tienes entre manos?

R: Bueno, escribo todo lo que puedo: primera línea , El País... trabajo en la radio y también hago vídeos. El libro Inglés para pervertidos va muy bien y tengo en mente algunos proyectos más.  Estoy contenta.





Continuará...










viernes, 5 de abril de 2013

Literatura, creatividad, sexo y muchas preguntas


De izquierda a derecha Gabriela Wiener, un servidor, Manuel Vilas y Christina Rosenvinge


Esta semana se presentó en Madrid y Barcelona el último libro de Manuel Vilas. En el caso de Madrid el escritor estuvo flanqueado por Constantino Bértolo y Gabriela Wiener que supieron animar una conversación muy inteligente. Al acto asistieron Caballero Bonald, Christina Rosenvinge y muchos miembros del paisaje intelectual de la capital; lleno en la libreria tipos infames. No era para menos, se presentaba una obra de literatura muy potente.

Podríamos decir que Victor Dilan, el protagonista de el Luminoso Regalo, es una recreación del mito de don Juan llevado hasta el extremo. Podríamos aventurar que su historia nos enfrenta con conceptos conocidos: el mal, el sexo, las relaciones humanas, el amor, el odio, el deseo, el caos, las adicciones... El itinenario no deja indiferente. Decían los antiguos judíos que nadie puede mirar la cara de Dios y seguir viviendo. Lo numinoso tiene carácter de misterio por este hecho, no es posible mirarlo a la cara y seguir viviendo. Manuel Vilas hace que su criatura mire y se abrase. La revelación está en este caso al otro lado de la sexualidad humana, detrás de lo aparente, más allá del deseo. En ese personaje, y en su correspondencia femenina que no deja de ser una imagen especular de él mismo,  está Prometeo como también estamos todos nosotros. La humanidad sigue deseando el fuego de los dioses, desea comprender, desea ver la luz.

Leer el luminoso regalo suscitará diversas emociones. Es un libro duro que deja un itineario de preguntas. Lo creíamos saber todo del sexo. Resulta que no sabemos casi nada.



miércoles, 27 de marzo de 2013

¿El sexo es vida?

Foto: 'contentment'
http://www.flickr.com/photos/20005495@N00/101723980



Los médicos hablamos poco de sexo. Es un tema que sacamos poco en consulta aún cuando sabemos que causa en muchos casos preocupaciones o problemas.

Uno de las dificultades al afrontar el tema es que a nivel social la exigencia es enorme. Si no se tiene un cuerpo escultural, unos genitales voluptuosos y un rendimiento sobrenatural parece que uno no vale nada. Son muchas las personas jóvenes que me consultan si su anatomía o funcionamiento sexual es adecuado, el tema llega a angustiar. Por otro lado suelen consultar varones de mediana edad solicitando medicación para elevar su rendimiento. Este tipo de fármacos son uno de los negocios más lucrativos de la industria farmacéutica. Considero que en ocasiones puede ser una ayuda, pero habitualmente el tema es más complejo y es necesario tener en cuenta otros factores de índole personal, psicológico, comunicacional y de pareja.

Debería ser mucho más sencillo.

El contacto físico es imprescindible para el bienestar humano. En sociedades "desarrolladas" cada vez nos tocamos menos, reservándose esto para la esfera íntima. Tal vez sea sensato rescatar formas de contacto no sexualizadas como tomar la mano de una persona mayor, hacer cosquillas a un niño o caminar del brazo con un amigo.

También ayuda poder hablar del tema. Cosa que a los hombres se nos suele dar mucho peor que a las mujeres. Si en nuestras conversaciones la sexualidad fuera un tema habitual normalizaríamos muchas situaciones que nos preocupan. Y si nos lo tomamos con un poco de humor, muchísimo mejor.

Viene bien recordar que el principal órgano sexual del ser humano sigue siendo, con mucho, su cabeza.






sábado, 23 de marzo de 2013

El luminoso regalo. Salvaje Vilas




Tras leer El luminoso regalo me doy cuenta de que estoy ante un hito. Se ha escrito mucho de sexo en los últimos siglos, con pocas novedades. Hoy estamos frente a una. Manuel Vilas ha conseguido realizar algo nuevo, una novela excesiva, hiperbólica, en la que examina la condición humana con un grado de visión extraordinario. Vilas crea unos personajes con una vida sexual salvaje, llevada al extremo. Desde allí nos provoca. Lo hace desde la primera página, dando caña. Dispara donde duele, a la línea de flotación de la soledad humana. Todos buscamos al otro para encontrarnos a nosotros. Y en este viaje nadie sabe definitivamente qué es el sexo, para qué sirve.

El concepto de vampiro psicológico, el ente que se alimenta de la vida de otros, vuelve a aparecer con maestría. Ningún escritor que yo conozca ha entendido tan bien el concepto que creo Stoker. No se trata de chupar la sangre del otro, es más sutil. Se trata de beber su vida, de dominar, de poseer. Vilas lo ejemplifica usando el sexo como escenario. Tablas que domina a la perfección, con puntos de vista y detalles que solo una cabeza privilegiada puede ser capaz de descubrir. Manuel se ayuda de su sexo para escribir la novela, sabedor de que el órgano sexual más poderoso del ser humano es el que llevamos encima de los hombros. En esta novela encontrarán una clase de vampiros muy alejados de la versión ñoña de las series de televisión, una versión abyecta en la que quizá vean reflejados a destacados personajes de la vida pública o miembros de su círculo relacional privado.

Esta obra escandalizará a muchos, ruborizará a otros y enfadará a la gran mayoría. Pero es literatura contemporánea pura. Y el arte, señores y señoras, es un privilegio al que los que somos capaces de paladear debemos rendir tributo.


La hela donaco. Sovaĝa Vilas

Post legi La hela donacon mi rimarkas min ĉe turnopunkto. Tre estas skribita sur sekso en la lastaj jarcentoj, kun malmulta nova. Hodiaŭ ni alfrontas. Manuelo Vilas sukcesis krei ion novan, romano troa, hiperbola, kiu ekzamenas la homa kondiĉo kun grado de eksterordinara vizio. Vilas kreas gravuloj kun sovaĝa seksa vivo, portita al la ekstrema. De tie ni kaŭzi. Ĝi faras de la unua paĝo, ludante malmola. Pafi kie doloras, al la flotación de homa soleco. Ni ĉiuj serĉas alian trovi nin. Kaj en ĉi tiu vojaĝo certe neniu scias kio sekso estas, kio ĝi estas.
La koncepto de psikologiaj vampiro, organizo kiu nutras la vivoj de aliaj, majstre reaperas. Neniu verkisto, kiun mi konas tiom bone komprenis la koncepton Mi kredas Stoker. Ne pri suĉado reciproke sango, estas pli subtila. Ĉi tiu estas trinkante sian vivon, por regi, por ekposedi gxin. Vilas ejemplificado uzante sekso kiel scenejo. Tabeloj tio estas flua, kun opinioj kaj detaloj kiuj nur insider povas direkti por povi malkovri. Manuelo helpos vian sekson por skribi la romano, sciante ke la plej potenca seksa organo estas la homo, kiu transprenis la ŝultroj. En ĉi tiu romano trovos klason de vampiroj for de sappy versio de la televida serio, versio en kiu fianima eble reflektos al elstaraj figuroj en la publika vivo aŭ en sia rondo privatajn rilata.
Tiu libro estos skuita multaj aliaj kaj kolera rugxigxi la plej. Sed estas pura nuntempa literaturo. Kaj arto, sinjorinoj kaj sinjoroj, Estas privilegio ke ni kapablas odorajxon ni pagas tributojn.




lunes, 25 de febrero de 2013

Mediocridad sexual en una socidad líquida



La sexualidad humana determina nuestra ordenación en la vida privada y en la pública. Es causa frecuente de sufrimiento y desazón. No lo hemos sabido hacer bien. Algo natural se ha civilizado y al hacerlo hemos ganado cotas de sofisticación y hemos perdido el aroma de lo salvaje.

Juan Abreu define al ser humano como mediocre sexual; limitado y abyecto. La alternativa que propone es ser real y honesto, reconocer lo que hay (la mayoría de nosotros somos normalitos, es decir mediocres) y sobre todo hablar...

No lo pone sencillo, hablar es de lo más difícil en estos tiempos. Hablar bien. Nos pasamos el dia emitiendo palabras, pero hablar, lo que se dice hablar, hablamos poco.

En consulta es frecuente recibir varones de todas las edades solicitando píldoras azules para aumentar su vigor y rendimiento aunque este sea completamente normal. Preocupados por el tamaño de su sexo, por no estar a la altura... Mucho dolor, mucha confusión.

El principio masculino parece estar bastante despistado. El principio femenino también, luchando por una identificación que no ofrece una referencia suficiente. Esto produce una "guerra de sexos" que en muchas ocasiones genera desencuentro y violencia. Un problema añadido al empeoramiento de la calidad del semen en los países desarrollados y a la falta de sentido que enmarca a un gran número de relaciones de pareja o de familias.


Lo que tengo claro es que habrá que retomar este tema tanto en consulta como en cualquier foro, dejar de hacer del sexo un tabú y ponerlo en la agenda. A fin de cuentas es un interés importante en casi todos los adultos. Actuemos como tal y hablemos, no para ver "quien la tiene más grande" sino quien es capaz de encontrar más sentido.


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